REAL MAESTRANZA - Novillada con picadores

Roca Rey, Filiberto y Aguado, crecidos ante la dificutad

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El novillero peruano Roca Rey ha cortado dos orejas a los novillos de la ganadería de Villamarta en interesante festejo celebrado en la Maestranza con motivo de la fstividad del Corpus, erigiéndose en triunfador de la tarde. Filiberto y el sevillano Pablo Aguado pasearon también un apéndice de sus respectivos novillos.

LA FICHA

NOVILLOS: Se han lidiado novillos de Villamarta, muy en su tipo y de diferentes hechuras. Complicado el primero; de muy buen tranco y orientado el segundo; muy complicado el tercero; encastado el cuarto; bravo el quinto; y con mucho peligro el sexto.

NOVILLEROS: -Filiberto (de salmón y oro), ovación y oreja.

-Roca Rey (de canela y oro), oreja y oreja.
Pablo Aguado (de rioja y oro), ovación y oreja.
 
CUADRILLAS: Saludaron en banderillas Manuel A. Odero y Roberto Ortega.
 
INCIDENCIAS: Menos de media plaza. Novillada de la festividad del Corpus.

 

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Javier Martínez
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El peruano Roca Rey, con la primera de las dos orejas que ha conseguido hoy en la Maestranza. (FOTO: Javier Martínez)

 

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Pañuelo alegre y olé

Francisco Mateos

 


Manuel Viera.-

     Fue tarde de emociones. De esas que llegan tras la complejidad de una lidia y el valor y la ambición de quien la ejecuta. Tarde de novilleros que quieren y pueden. De novilleros crecidos ante la dificultad. Tal vez faltó toreo, pero sobró actitud. Actitud de quien se presentaba en la Maestranza con vitola de torero poderoso, valiente, que no valentón. No fue faena fácil, pero tampoco excesivamente complicada. Una lidia, eso sí, rebosante de poderío, de valor y de ganas.

     Roca Rey entendió muy bien las dificultades del mansito segundo, e incluso nos permitió disfrutar de matices de una tauromaquia vigorosa, de enorme aguante y de emotiva quietud. Quizá no existió ese toreo acompasado y sutil a derecha e izquierda, pero sí un trasteo, a veces portentoso, con el que reforzó su valor. Con media estocada tumbó al complicado utrero de Villamarta.

     El trasteo al quinto, noble aunque con escasa fuerza, lo inició de hinojos de manera firme y ordenada. El natural sobresalió de lo demás. Acaso fue el trazo, de mano baja, específicamente más emotivo por su lentitud, hondura, ligazón y remate dentro de una faena con puntos de intermitencia aunque de generoso valor. Pinchó antes dejar la media estocada con la que finiquitó, resultando cogido en el encuentro y sufriendo varetazo en la zona inguinal y escroto. De ambos utreros paseó sendas orejas, quizá debido a la poca exigencia del nuevo público que parece ocupar los tendidos de la Maestranza.

     Filiberto también le cortó la oreja al buen novillo corrido en cuarto lugar. El también debutante de Calasparra realizó una faena cuidada, de importantes momentos que dieron cuenta de un toreo plagado de convincentes razones. Una faena templada, sentida e hilvanada con la que consiguió momentos de brillantez más a derecha que a izquierda. Acortó las distancias en el epílogo con segura quietud para dejar una estocada trasera que bastó y sirvió para que le pidieran el apéndice, que la presidencia concedió.

     Sin embargo, con el noble y repetidor primero no logró nota en una faena de trazos hacia fuera, despegada, y la que sólo se recuerda algún que otro muletazo de mano baja como muestra de su buen concepto. Estocada a toro parado y ovación.

     Pablo Aguado ofreció con el complicado sexto un sólido argumento para la credibilidad de su toreo. En un inicio que sirvió para ilustrar su enorme ambición, el sevillano se hincó de rodillas en los medios, encima de la boca de riego, para trazar tres faroles sin solución de continuidad. Al intentar el cuarto fue volteado de fea manera, levantándose como un resorte para hacerlo de nuevo y llevar la emoción a los tendidos y a la banda de música que, de inmediato, amenizó el momento. Después, las continuas sacudidas de un novillo a la defensiva las amortiguó el sevillano a base de firmeza y saber estar. Metido en la faena no hizo más que echarle valor e intentar atemperar su toreo. Un toreo con el que consiguió la fluidez al final en hilvanados muletazos diestros. Lo mejor. Tras la estocada, la oreja también cayó.

     Escasa fuerza tuvo el noble tercero, al que Aguado toreó muy templado a la verónica y al que le ejecutó una faena desigual en la que prevaleció el detalle sobre el conjunto sin llegar a alcanzar alta nota. Eso sí, la estocada fue fulminante.


AL NATURAL

Pañuelo alegre y olé

Francisco Mateos.-

     Cualquiera que lea la ficha-balance de la novillada celebrada esta tarde en la Maestranza, en el día en el que debió haber una corrida de toros por la festividad del Corpus en la ciudad en vez de una novillada, y compruebe que se han cortado cuatro orejas pensará que vaya metedura de pata no haber ido hoy a la Maestranza, porque se ha perdido la novillada del año. Pues no, tranquilo: no se ha perdido gran cosa. Como el pasodoble ese que dice «Francisco Alegre, y olé», pues esta tarde ha estado la presidenta con su «pañuelo alegre, y olé», y allá van a mansalvas orejas de las rebajas de julio adelantadas. Bueno, «pañuelo alegre, y olé» el de la presidenta; y «batuta alegre, y olé» el señor que comanda la banda de Tejera. Gracias por el concierto gratuito, José Manuel; pero su función es acompañar cuando en el ruedo hay toreo grande…

     Hoy era todo alegría en la semidesértica plaza maestrante aprovechando la huida masiva de los aficionados que siguen dándole la espalda a los maestrantes irresponsables con su secretismo y mutismo, y a la empresa que está desmantelando la afición sevillana con un plan que ni los antitaurinos lo hubieran orquestado mejor… Y para colaborar en el hundimiento de la plaza, y premiar de forma exageradamente excesiva lo poco destacable de toreo hoy, el concierto de batuta alegre y el pañuelo alocado de la presidenta… Un caos con una plaza abarrotada de turistas… Todos alegres, excepto el pobre peruano de las gradas de sol al que los securatas de la plaza le quitaron una bandera peruana que quería exhibir para saludar a su novillero Roca Rey. Los securatas de Ramón Valencia (vamos a ir prescindiendo de Eduardo Canorea ya que se marcha, parece) se ponen lobos con la inofensiva bandera peruana de un aficionado, y se visten de piel de cordero para no llamarles la atención a los maestrantes que usan vasos de cristal (contundentes y cortantes potencialmente) que usan en exclusividad y privilegiadamente con el consentimiento de la Junta de Andalucía pese a la prohibición en espectáculos públicos… ¿Pero hay una plaza más clasista que la Maestranza? 

     El ganado, desigualmente presentado e impropio varios ejemplares de la categoría de esta plaza. Los tres chavales, con ganas; eso sí. Pero de ahí a cuatro orejas… La medio faena que se sostiene un poco más es la de Roca Rey al quinto. Y poco más. Faenas de pocos argumentos y mal rematadas a espadas premiadas con orejas; faenas con acompañamiento de pasodoble que ni eran jaleadas por el público; uno de los novilleros con los ‘huevos’ al aire tras un puntazo y recorriéndose media plaza sin atender a los compañeros que le daban una toalla o un capote para taparse las partes íntimas (que ya no eran tan íntimas), en un exhibicionismo inncesario; la música tocando por una chispa de garra tras un violento encontronazo al recibir de rodillas con capote en los medios… Un caos… Sevilla ha perdido el norte. Cuatro orejas, señores. ¡¡Cuatro!! Y apenas recuerdo la disposición de los chicos y algo de toreo de Roca Rey en el quinto. Qué pena, qué pena… 

 

  


GALERÍA GRÁFICA (Javier Martínez)

Filiberto.

Filiberto.

Filiberto.

Filiberto.

Filiberto.

Filiberto.

Filiberto.

Roca Rey.

Roca Rey.

Roca Rey.

Roca Rey.

Roca Rey.

Roca Rey. Pablo Aguado. Pablo Aguado.
Pablo Aguado. Pablo Aguado. Pablo Aguado.
Pablo Aguado. Pablo Aguado. Pablo Aguado.
  Pablo Aguado.  

OTRAS IMÁGENES (Javier Martínez)

De nuevo mucho cemento a la vista en la plaza de Sevilla.

Eduardo Canorea quiso dejar claro que, hoy por hoy, manda él en Sevilla.

El delegado de la Junta: ¿últimos días en el cargo para ir gratis?

Muy a gusto.

Muy a gusto.

Muy a gusto.

Muy a gusto. Muchos turistas; poca afición. Turismo del 'sol' naciente.
Luchando contra el sol. El último de la fila. Una muleta en el tendido.
El picador Paco Martín Sanz. Escuela de Sevilla y Tertulia Universitaria, en el palco maestrante. Los turistas rellenan un pcoo el amplio hueco que ha dejado la afición.

 


 

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