El diestro Salvador Cortés ha cortado un total de seis orejas en la corrida goyesca que ha lidiado como único espada en Écija, en el Día de Andalucía. El torero sevillano, que finalmente ha regalado el sobrero, se ha mostrado solvente en siete faenas en las que se mostró sobrado de técnica, variado y siempre valiente y muy motivado destacando su toreo con la mano izquierda
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Manuel Viera.-
Generoso e incisivo en el transcurso de toda la tarde, Salvador Cortés desarrolló un toreo con el que en determinados momentos convenció. El sevillano toreó sin esfuerzo siete toros y a cada uno de ellos lo entendió y le hizo su lidia. Técnico en ocasiones y muy seguro, mostró su innegable valor y, sobre todo, su mano izquierda. Brilló al natural con el toro de Victorino Martín y desplegó todo su saber en faenas reivindicables, técnicas a veces, muy hilvanadas otras, e incluso con perfección inusual. El caso es que Salvador gustó. Y que la lidia fue un continuo encuentro con su verdad.
Al noble toro de Parladé, de notable nobleza aunque con las fuerzas justas, le construyó una faena correcta con ambos manos destacando una serie diestra hilvanada y bien rematada. La falta de transmisión de toro la sustituyó con un toreo de cercanías en el epílogo de la lidia para finiquitar de estocada. Oreja.
Mansedumbre y escasa calidad en sus embestidas tuvo el toro de Partido de Resina. El sevillano lo recibió en el tercio con una larga cambiada. Y poco más. Vanos intentos con ambas manos sin conseguir el lucimiento deseado. Tras estocada desprendida escuchó leves palmas.
Faena correctísima y de considerable nivel fue la realizada a buen toro de Luis Albarrán. Anovillado y justo de fuerza mostró una notable calidad en sus embestidas. Salvador lo recibió a portagayola, lo toreó despacio con el capote y lo banderilleó con soltura, ofreciendo después un toreo claro, valiente, templado, ligado y perfectamente rematado con notables pases de pecho. Estocada casi entera y descabello. Dos orejas.
Salvador Cortés encontró en la lenta embestida del toro de Victorino Martín terreno propicio para forjar una faena de mano izquierda, densa, concisa y muy templada, con esa sugerente mezcla de firmeza y ambición. El resultado se avala por la calidad del natural. Lo mejor de toda la tarde pese a la falta de ligazón propiciada por el cansino embestir del ‘victorino’. Estocada y oreja.
De nuevo se arrodilló delante de la puerta de chiqueros para recibir al toro de Javier Molina. Un bonito jabonero, descastado y sin fuerza, que requirió técnica precisa en la lidia. La faena fue de esas que ilustran el saber de un torero que quiere, a toda costa, revalorizarse en su justa medida. Estocada precedida de pinchazo. Oreja.
Noble y soso resultó el toro de Los Recitales al que exprimió el sevillano de manera precisa y contundente aunque sin conseguir el deseado lucimiento. Pinchazo, estocada y oreja.
También de Los Recitales fue el sobrero lidiado en séptimo lugar, de regalo. Complicado y sin clase poco pudo hacer Salvador, más que mandarlo al desolladero con la contundencia y la seguridad con la que finiquitó a cada uno de sus toros, saliendo airoso de una tarde en la que apostó y ganó.
GALERÍA GRÁFICA (PrimeTime) |
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