Los jóvenes novilleros sevillanos Pablo Aguado y Carlos Llandres han destacado en el festival benéfico sin caballos celebrado en la plaza de toros de Espartinas. Alfoso Cadaval, Rafa Serna, Carlos Corradini y Matías Bores derrocharon ganas y mostraron detalles de sus respectivos conceptos. El banderillero Juan José Viejo sufrió un percance con fractura de tibia.
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Manuel Viera.-
Son conceptos diferentes pero ambos hacen gozar de un toreo apoyado en el mejor temple. Pablo Aguado está, nadie lo duda, para empresas mayores, muy puesto, dominador y, sobre todo, con enorme sitio. Maneja el capote con gusto, despacio y muy auténtico. Su muleta es un dechado de temple y despaciosidad. Al buen eral de Luis Algarra lo toreó a placer con ambas manos, muy despacio, hilvanado y con fenomenales remates de pecho. Al natural lució su estilo puro. Alargó la faena en demasía y le costó finiquitar. De ahí la concesión de una sola oreja.
Carlos Llandres volvió a ratificar lo que ya mostró en anteriores ocasiones. Sus formas, basadas en un exquisito temple, llegan al público con la inmediatez de lo diferente. Le dio ritmo y cadencia al copote e imprimió a la muleta una enorme lentitud. Lo hizo con la diestra y dibujó después el natural con la hondura y despaciosidad de los elegidos. Gustó el toreo esperanzador del sevillano que no lució como merecía por el raquítico eral de Juan Pedro Domecq.
Alfonso Cadaval se gustó con la nobleza y calidad del eral de Julio de la Puerta. Su faena tuvo momentos y detalles. Al final mostró lo mejor de su toreo con la diestra consiguiendo muletazos bien trazados y rematados.
Lució también su toreo Rafa Serna. Lo hizo con un noble novillo de Ignacio González. Toreó despacio a la verónica y lo hizo de igual manera con la diestra. Quizá templó menos al natural, pero sí dejó muestras de su buen gusto y concepto.
Carlos Corradini tuvo un eral chico y flojo de La Quinta con el que anduvo desigual en banderillas. Le echó voluntad y ganas de agradar sin conseguir su pretendido objetivo.
Buen eral, casi utrero, fue el de Toros de la Plata. Y con tal buen animal quiso demostrar su valor y ganas Matías Bores. Lo recibió a portagayola para después seguir con otra larga cambiada de rodillas en el tercio. Y poco más. Sus ganas se vieron frenadas por las muchas carencias técnicas mostradas.