REAL MAESTRANZA - Día de la Hispanidad

Dífícil de entender

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Lama de Góngora.

El novillero sevillano Lama de Góngora ha solventado la tarde de su encerrona con seis novillos sin especial brillo. Las dificultades de lidia ofrecidas por algunos novillos no ayudaron a lograr el objetivo de una tarde triunfal. Lidias monótonas y repetitivas que sólo emocionaron al final, con sendas orejas al quinto y sexto.

LA FICHA

NOVILLOS: Se han lidiado, por este orden, novillos de El Parralejo, manso y sin clase; Fuente Ymbro, encastado; Javier Molina, complicado; El Pilar, noble flojo y soso; Luis Algarra (lidiado como sobrero de uno de Daniel Ruiz que se partió un pitón), manso aunque con un buen pitón derecho; y Luis Algarra, bravo.

NOVILLEROS: -Lama de Góngora (de purísima y oro), como único espada, ovación, vuelta al ruedo, silencio, silencio, oreja y oreja.

 
INCIDENCIAS: Un tercio de plaza.

 

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 Lama de Góngora, con rostro serio, recoge la oreja del sexto, segundo trofeo en seis novillos. (FOTO: Javier Martínez)

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Francisco Mateos

Manuel Viera.-

     Hoy, Lama de Góngora, era más que un deseo. Un sueño de Maestranza que, con súbita e inexplicable ilusión, debía activar un toreo con regusto sevillano. Pero los hechos son los hechos y he aquí cómo el sueño, en sueño se quedó. Pese al final feliz de una tarde, larga y de esperanza, donde la actitud superó a lidias monótonas, repetitivas, de escaso contenido emocional y carente de frescura. Quizá la presión por el obligado triunfo borró clarividencia y aceleró el corazón de un torero con una enorme carga de responsabilidad. Las complicaciones de cada lidia fue un lastre con demasiado peso para moverlo con naturalidad. La que le faltó a quien una tarde de verano la mostró en este mismo redondel para hacer su toreo diferente al de los demás. Difícil de entender, pero real como la vida misma.

     Ya se sabe que la diversidad durante la lidia se hace imprescindible cuando el que la hace es único lidiador. Máxime si escasea la emoción. Emoción que sólo llegó en contados detalles dignos de tener en cuenta y que el sevillano fue capaz de obtener.

     Paco Lama lo dejó para el final. No más de cinco muletazos diestros le permitieron desentrañar la compleja tarde y aportar una pizca de naturalidad a su toreo. Sucedió con el sexto, un noble y bravo utrero de Luis Algarra, con el que mostró su reconocida calidad para transmitir la deseada emoción. La faena, hecha con la derecha, tuvo detalles que llegaron con inmediatez a su gente. Poco, demasiado poco, para lo que se esperaba, pero lo suficiente para levantar ánimos y dejar la apuesta sin ganador ni perdedor. Pinchazo, estocada y oreja.

     La faena al quinto, un sobrero de Algarra que sustituía al de Daniel Ruiz, inutilizado al partirse un pitón, representó una oportunidad para recuperar la tarde. Lama, se fue por segunda vez a portagayola para después postrarse de rodillas en los medios y trazar tres largas cambiadas aprovechando la huída del manso en busca de salida. La faena, con unos notables muletazos diestros, despaciosos, ligados y rematados con los de pecho, transmitió al público lo mejor de su toreo. Fueron instantes, momentos, que acabaron venidos a menos con la izquierda pese al arrimón final. Estocada y oreja.

     Con el encastado segundo de Fuente Ymbro no resulta fácil determinar si el sevillano hizo fácil lo difícil o, al contrario, difícil lo fácil. Sin llegar a ese punto medio donde el toreo se hace emotivo, la lidia transcurrió con escasos detalles que sólo aportaron chispa a una faena que se quedó en media nota. Su tendencia hacia fuera, una no muy buena colocación, más el pinchazo antes de dejar la estocada, dejó el premio en solitaria vuelta al ruedo.

     El manso primero de El Parralejo sólo le dejó exponer sus claras intenciones para con la tarde. Se fue de rodillas a la puerta de chiqueros para después dejar muestras de unas bien trazadas verónicas. Único toreo de capa a destacar junto a unas ajustadas chicuelinas. Dos tandas diestras, hilvanadas y rematadas aunque algo despegadas fueron lo mejor de una faena vibrante y rabiosa pero sin demasiado contenido emocional.

     Con el complicado tercero de Javier Molina se adentró de inmediato en un intento de pases sin conseguir hacerlo pasar una sola vez. Y con el noble y soso novillo de El Pilar, cuarto de la suelta, repitió faena con la diestra de iguales características a las demás trazadas durante la tarde. Con la espada se atascó.


AL NATURAL

Estabilidad artística

Francisco Mateos.-

     A mitad de verano algo debió suceder. No ha sido explicado. Me dí cuenta en la novillada de la Feria de Colombinas, al no ver en el callejón de La Merced a Luis de Pauloba mientras en el ruedo toreaba ‘su’ torero, Lama de Góngora. Llamé a Pauloba y estaba en su pueblo, sin ver al torero. Las cosas se habían torcido y Pauloba había salido del equipo. No sé realmente los motivos; tampoco es que sean trascendentes. Además, soy partidario de que estas cosas queden dentro de casa. La cuestión es que tal y como marchaba la temporada de Paco Lama (con altibajos y sin terminar de rematar con la contundencia que se preveía en este año último como novillero), el soporte de Luis de Pauloba se me antojaba muy necesario.

Lama de Góngora, Luis de Pauloba y Manuel Tornay, hoy en la Maestranza. (FOTO: Javier Martínez)

     Paco Lama está apoderado por Manuel Tornay y Santi Ellauri, que como bien es conocido son dos taurinos allegados a la casa Canorea. Evidente es que Lama de Góngora (como en el caso de El Cid, con los mismos apoderados) ha estado ‘protegido’ por la empresa Pagés, aprovechando el gran tirón de Lama entre los aficionados sevillanos. Antes de la llegada de Tornay, Ellauri y la casa Canorea, el trabajo de base con Lama de Góngora en la Escuela de Tauromaquia de Sevilla lo hizo Luis de Pauloba como su profesor. Y no sólo en la Escuela, sino también en las horas ‘extraescolares’. Recuerdo hace ya varios años cuando Pauloba me dijo que tenía tres o cuatro chavales en la Escuela que iban a funcionar seguro en un par de temporadas; me nombró a Silvera, Rafa Serna o Alfonso Cadaval, pero sobre todo me insistió en Paco Lama. Año y medio después vendría la Puerta del Príncipe de Lama de Góngora y ya todo fue de corrido

     La realidad es que desde verano hasta ahora a finales de temporada ha debido de recapacitar el torero, y bien hecho está. Creo que ha sido el torero el que ha llamado a Pauloba y han conversado con sinceridad. Pauloba es muy bueno en el toreo de salón, tiene el pellizco sevillano, sensibilidad en las muñecas y temple en los brazos. El toreo de Pauloba y el de Lama tienen la misma afinidad. Además, la juventud de Pauloba lo hace una persona cercana para entender a un novillero joven. Hoy, en la Maestranza, he vuelto a ver a Pauloba en el callejón arropando a Lama de Góngora. Buena rectificación a tiempo. Un torero como Lama de Góngora necesita mucha establidad en su preparación artística, más allá de los líos de despachos de los que a veces, como puede haber ocurrido esta tarde (sin triunfo contundente en una arriesgada apuesta, en un momento que tanto le hacía falta y con sólo un cuarto de plaza publicado por la empresa en su web), sea preso de favores para medio salvar una fecha en claro declive.


 

GALERÍA GRÁFICA (Javier Martínez)

Lama de Góngora.

Lama de Góngora.

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Contacto para fotografías: 619 99 37 06

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