El presidente de Écija confirma los rocambolescos hechos que ya adelantó SEVILLA TAURINA sobre la polémica suspensión de la corrida de Écija. Los toros de Carlos Núñez no llegaron a embarcarse por falta de garantías de pago, y los de Jódar y Ruchena se los llevó el ganadero para evitar que se analizaran los pitones. Uno de los toros no tenía ni el rabo.
Francisco Mateos.-
Mientras el delegado de la Junta de Andalucía en Sevilla, Javier Fernández, continúa en su habitual silente pasotismo respecto a los toros en la provincia sevillana (a pesar de ser su máximo responsable administrativo), los detalles que va conociendo SEVILLA TAURINA de la polémica suspensión de la corrida de toros en Écija rayan en el ridículo y la picaresca de la España más profunda.
SEVILLA TAURINA ha podido conversar con el presidente de la corrida de toros de la Feria de Écija, suspendida el pasado sábado por falta de toros, el aficionado local ‘Lolo’ Manuel Pérez, que también es presidente de la Peña Taurina ‘Pepe Luis Vargas’ de Écija. El presidente confirma la narración y correlación de los hechos que publicó este portal el pasado martes, ahondando en algunos datos que la hacen aún más rocambolesca y ridícula.
El presidente, delegado gubernativo y veterinarios estaban citados con el empresario (el utrerano Juan Manuel Rodríguez Vélez) en la plaza astigitana el viernes pasado (un día antes de la corrida), a las seis de la tarde. «Nos dijo el empresario que la corrida se iba a echar al ruedo en manifiesto público para los aficionados, lo que a priori nos pareció una buena idea». Pero los hechos iban a ser completamente distintos…
El presidente de la corrida indica que «todo el equipo gubernativo llegó a la plaza a las seis menos cuarto. Al ser las siete de la tarde y no haber aparecido ni el empresario, ni toros, ni nadie, el delegado gubernativo llamó al empresario. Éste le indicó que se habían retrasado porque un toro había matado a un caballo; se supone que embarcando la corrida… Pero que ya iban de camino, casi llegando a Marchena». Unos cuarenta minutos después, y ante el prolongado nuevo retraso, el delegado volvió a llamar al ganadero, «indicando que ya habían pasado Marchena y que venían de camino». Hubo una tercera llamada «y ahora otra vez parece que habían dado marcha atrás -indica el presidente de forma irónica- porque comentaron que estaban llegando a Marchena otra vez…».
A las ocho y media aproximadamente llegó el camión con los toros, con dos horas y media de retraso. Además, para sorpresa de presidente y veterinarios, los toros que llegaban no eran los anunciados de Carlos Núñez, sino de la ganadería sevillana de Jódar y Ruchena, cuyo propietario es Luis Valdenebro. «Le preguntamos al empresario por los toros de Carlos Núñez, y nos indicó que había rechazado embarcar los toros. Le habían ofrecido 9.000 euros, y el resto del dinero se le pagaría con el dinero de la taquilla días después»; según parece la corrida estaba fijada entre 13.000 a 15.000 euros. Esto concuerda con lo que adelantó SEVILLA TAURINA el pasado martes: Carlos Núñez no había embarcado sus anunciados toros al no tener suficientes garantías de cobro por parte de la empresa. El presidente quiere aclarar tajantemente que «a Écija no llegó en ningún momento ningún toro de Carlos Núñez, a pesar de ser el hierro anunciado».
Con nocturnidad
El presidente comentó con su equipo que era evidente que el empresario debería saber con suficiente antelación que no podría embarcar los toros de Núñez, con lo que no se entendía el enorme retraso en llegar a Écija con una ganadería de la misma provincia sevillana. «Eso sí, una vez visto en las condiciones que venían de pitones de los toros y algún otro aspecto, quizás ya uno duda de si el retraso pudiera ser pícaramente intencionado para buscar la oscuridad del anochecer para examinar los toros y que los veterinarios no pudieran ver bien el estado de los pitones… Afortunadamente los corrales de la plaza de Écija disponen de una buena iluminación… y se vio lo que se vio…»
De la ganadería de Jódar y Ruchena se reconocieron un total de ocho toros. «Sólo uno quedó aprobado. Otro fue rechazado por cojera. Cinco fueron rechazados por los veterinarios porque evidenciaban claramente que sus astas parecían estar manipuladas… Se le dijo al empresario que se podría lidiar siempre y cuando el ganadero aceptara lidiarlo bajo su responsabilidad. Es decir, que nada más se arrastrara al desolladero cada toro, se les cortarían los pitones y se enviarían todos a analizar por supuesta manipulación. El empresario Rodríguez Vélez llamó al ganadero Luis Valdenebro (ausente en el reconocimiento), que parece que iba camino de Marbella a una boda. El ganadero no aceptó lidiar bajo su responsabilidad y para evitar que los cuernos fueran analizados se los llevaba de vuelta a la finca».
Un toro con el rabo cosido o pegado
Hubo un séptimo toro rechazado porque no tenía…¡rabo!. Según explica el presidente de la corrida, «este toro salió del camión con su rabo, como es normal, aunque se le notaba algo raro. Al deslizar los cuartos traseros por la pared, el rabo cayó por completo al suelo, se le cayó ante el asomvbro y sonrojo de todos… Parece que el rabo lo tenía cortado y se lo debían haber cosido con unas puntadas o bien se lo habían pegado de alguna forma… Un desastre vamos, y que como aficionado me saca los colores…».
Con sólo un toro aprobado, el presidente le preguntó al empresario si iba a traer más toros para reconocimiento, «que estábamos dipuestos a estar en la plaza el tiempo que fuera necesario para que Écija no se quedara sin toros, aunque sinceramente Écija se quedó sin toros hace ya tiempo», comenta con amargura. El empresario le indicó que no iba a traer más toros y que la corrida quedaba por tanto suspendida. El presidente reconoce que en los exteriores de la plaza no se informó a los aficionados en ningún momento del cambio de ganadería, como es obligatorio; es decir, que jamás llegaron a la plaza los anunciados toros de Carlos Núñez. La empresa sólo expuso un cartel anunciando que la corrida de toros quedaba suspendida, indicando que las entradas se devolverían este pasado lunes por la tarde, pero tampoco informaba del motivo de la suspensión.
SEVILLA TAURINA lleva tres días intentando recabar información y medidas adoptadas ante este escándalo en Écija por parte de la Delegación de la Junta de Andalucía en Sevilla, pero desde el departamento del delegado Javier Fernández (que siempre ha tenido a los toros olvidado en un rincón) sólo indican que el delegado Javier Fernández está muy ocupado en otras materias importantes y que no tienen información sobre lo sucedido en Écija, a pesar de ser los responsables máximos y directos.
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