El novillero sevillano Borja Jiménez y el extremeño José Garrido han salido por la Puerta del Príncipe en la tarde de su presentación en la Maestranza tras cortar tres orejas cada uno y firmar el toreo en faenas llenas de contenido emocional. Fernando Beltrán, debutante también, sólo fue ovacionado. Gran novillada de Fuente Ymbro.
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Manuel Viera.-
Para hacer el toreo hace falta argumentos, y Borja Jiménez y José Garrido lo han tenido muy claro para hacer lo que hay que hacer y ponerse donde hay que ponerse hasta redondear una tarde histórica que mereció la pena. Hubo bravura y hubo toreo para poder emocionar a una gente deseosa de volver a soñar. Sevilla lo merecía tras las circunstancias vividas en la pasada Feria de Abril. Y así sucedió en esta inesperada función donde hubo goce y emoción. Amparados por la bravura de unos excelentes novillos de Fuente Ymbro, uno y otro debutante, irradiaron el talante sabio y sereno para conseguir el triunfo sobrado de toreo.
Y es que Borja Jiménez se movió con enorme firmeza con el extraordinario segundo novillo de Fuente Ymbro. El resultado: una obra que podría definirse como paradigma de la ambición. Desde las obligadas portagayolas hasta los ligados y bien rematados pases diestros de final del trasteo. El sevillano de Espartinas mostró su definido concepto dando sorprendente solución a una lidia de despaciosos trazos e inspirados remates. Faena en la que la facilidad rítmica de cada muletazo se alió con la versión del natural lleno de chispa y vivacidad. Sólo su toreo, a veces despegado y desplazado, restó altura a una faena que, pese a ello, no le faltó contenido. Tras la contundente estocada las dos orejas fueron suyas.
Con el importante quinto volvió a torear despacio con el capote e imprimió temple a un trasteo con altibajos de fondo y forma pero siempre ambicioso y valiente. Quizá la prisa por descerrajar una Puerta del Príncipe medio abierta minimizó una faena con más ajuste que la anterior y con pasajes de indiscutible calidad. El exigible espadazo le puso en sus manos el apéndice que le abrió la puerta del triunfo.
José Garrido fue más allá. Traspasó la línea. El desgarramiento de su concepto. El lento e interminable toreo de capote. El gusto y la calidad de cada pase… Todo ello supuso una muy sorprendente versión de verdad. Serio, riguroso, puro, fue capaz de incrementar el valor con la encastada y exigente embestida del tercer novillo de Ricardo Gallardo. Con él hubo momentos de excelencia con un toreo templado y muy bien rematado.
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Pero fue con el sexto, otro bonito y bravo utrero, con el que el extremeño transmitió sentimiento y provocó la emoción. Al interés de un portentoso quite anterior por ajustadísimas chicuelinas se sumó otro de fenomenales verónicas perdidas en el tiempo, nítidas, transparentes, llenas de belleza y rematadas con una media a pies juntos de misterioso encanto. Lo mejor. Después toreó despacio e hilvanó con pureza notables muletazos diestros y magníficos pases de pecho. Su verdad, su sensibilidad, su belleza… todo pareció cumplir los requisitos que el toreo reclama. Fue la suya una gran faena que supo firmar con otra gran estocada.. |
Y así, con tres orejas en su manos, Jiménez y Garrido, salieron en volandas por la ansiada Puerta del Príncipe para ser llevados en procesión por la calles de Sevilla hasta el hotel de los toreros.
Fernando Beltrán, que junto a los dos anteriores debutó en esta plaza, se topó con los dos ejemplares de menos calidad del interesante encierro de Fuente Ymbro. Con ambos novillos se adentró en un laberinto de pases sin conseguir poner orden a un toreo que quedó inédito.
AL NATURAL |
El día después
Francisco Mateos.- Se podría entrar en varios aspectos analíticos y técnicos del desarrollo de la novillada de la jornada maestrante, pero cuando dos chavales como Borja Jiménez y José Garrido tienen tanta hambre de toro y lo dan todo, con más o menos ajuste, más o menos despegados o acoplados los muletazos, no cabe más que apoyar y remar en la misma dirección, que tiempo tienen de limar un toreo que, por lo firmado hoy, tiene futuro y carrera larga. Lo de la salida a hombros de un ganadero sin ni una vuelta al ruedo de ningún novillo, por muy buena que ha sido la novillada, o es algo exagerado, o la presidenta ha quedado como mal aficionada. Que cada cual elija. Pero ya digo que con tantas emociones en los que aún quedan en los tendidos y ganas puestas sobre el ruedo, es momento de aplaudir al fin algo realmente destacado en el año más aciago de la Maestranza. Con una temporada tan ramplona y escasa de interés como la maestrante, lo sucedido hoy debería servir para que esta misma noche estuviera la empresa y sus empresarios responsables, Eduardo Canorea y Ramón Valencia, hasta las horas de la madrugada que hiciera falta diseñando la estrategia de una intensa semana de promoción. Me cuentan los viejos taurinos que cuando un novillero estaba bien, a la semana siguiente lo repetían. Curiosamente el próximo domingo (creo que por el Rocío, que está a 100 km de la Maestranza) no hay ni festejo en la Maestranza. Perfecto para organizar y anunciar de inmediato mañana lunes un espectacular mano a mano entre Borja Jiménez y José Garrido para el domingo; y con otros seis novillos de Fuente Ymbro. Ahora, eso sí, hay que dar caña toda la semana en una promoción espectacular del festejo, tener imaginación, trabajar y currar duro toda la semana… Mucho me temo que no, que de trabajar esta semana, cortito, cortito, cortito… Que lo de organizar una novillada mano a mano entre los dos chavales ‘principescos’ de esta tarde, nada de nada. Y que esa pasión con la que salían los aficionados que aún quedan en Sevilla se irá diluyendo porque no volverán a tener festejo…. ¡hasta dentro de dos semanas! Ese será el panorama del día después. Y así es la imaginación y ganas de trabajar de esta empresa. |
GALERÍA GRÁFICA (López-Matito) |
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