En la grave crisis que atraviesa la plaza de toros de Sevilla tiene también su parte de responsabilidad los propios dueños del coso, los maestrantes. Su demostrada falta de afición está llegando a límites insospechados, y en plena crisis de imagen de la Maestranza en nada ayuda que a su palco exclusivo sólo acudan dos maestrantes… y dos camareros.
Los dueños de la plaza, sin afición