El diestro Juan José Padilla ha dado la vuelta al ruedo tras finiquitar a su primer toro de Torrestrella, y le cortó la oreja a su segundo después de realizar lo mejor de la tarde. El Fandi fue ovacionado en cada uno de sus toros, sobre todo en el espectacular tercio de banderillas. Manuel Díaz ‘El Cordobés’, irreconocible y ausente, fue silenciado y hasta pitado.
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Manuel Viera.-
De nuevo convirtió su ‘fuerza’ en toreo. Saturó la tarde de entusiasmo e inundó la plaza de alegría. La faena al quinto de Torrestrella, medida, pausada y, en ocasiones, de compleja y esforzada ejecución, aunque más que brillante, impactante, fue como un puñetazo de energía transmitida a los tendidos. Padilla, todo un dios. La gente le espera, le quiere y le aclama, lo bueno y lo malo. El jerezano se echó la tarde a la espalda con una ambición fuera de toda duda y una profesionalidad apabullante. Puede estar mejor o peor, pero lo da todo y más en la plaza, Allí o aquí, da igual. Hoy en la Maestranza buscó el triunfo y, a su manera, lo encontró.
Ya digo, la tarde ha sido suya. La de mejor entrada de esta atípica Feria que mañana termina. Los tendidos casi se llenaron de un público diferente, ávido de sensaciones, deseoso de divertirse y jalear a quienes mejor comunican lo que abajo hacen. Hoy sólo dos lo hicieron, Padilla y Fandi, porque el más proclive a hacer gozar a su gente estuvo ausente. Chusco y vulgar. Irreconocible Manuel Díaz ‘El Cordobés’.
Padilla se fue a portagayola en el segundo de la tarde, un toro muy justo de fuerza y rajado en el epílogo de la lidia. Juan José estuvo variado con el capote y fácil y sin apreturas en su habitual tercio de banderillas. Se hincó de rodillas para comenzar una faena que se quedó en el detalle de algún que otro pase suelto con gusto. Pinchó antes de dejar enterrado el acero y… ¡hasta le pidieron la oreja! Él, por su cuenta, se marcó la vuelta al ruedo.
Sin embargo, con el noble y pujante quinto toreó a la verónica de manera notable. Lo hizo con verdad hasta los medios, meció el capote con ritmo y cadencia, y esto le llegó a la gente de manera inmediata. Mejoró en banderillas, clavando sin demasiada espectacularidad, y se quedó muy quieto, atornillado en la arena, para prologar faena con ayudados por alto. Su toreo fluyó sin aparente esfuerzo mostrando argumentos algo más sólidos y convincentes. Con su concepto atractivo y clarividente ejecutó un trasteo a derecha e izquierda, hilvanado en ocasiones, desajustado en otras, pero todo hecho con valor y sensibilidad. Su disposición creó esa sólida red con la que atrapó a un público entregado a la causa que, tras las ajustadas manoletinas y enterrar el acero, le pidió casi unánime la oreja.
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El Fandi volvió a dar su verdadera dimensión en la espectacularidad de clavar banderillas. En eso es único. No tanto en la hora de dejar los palos, a veces, a toro pasado. Mejor en el sexto que en el tercero. Con éste, su primer toro, estuvo dubitativo en una faena de muleta de trazos correctos pero anodinos en su contenido. Tras la estocada le ovacionaron. E igual le aplaudieron tras finiquitar al noble y bonito burraco lidiado en sexto lugar. Su toreo de capote lució con despaciosidad en las verónicas de recibo. Fue lo mejor de David, que después dejó sin picar al noble toro para lucirse con los palitroques y enfrascarse en una faena sin fundamento y de escaso interés. |
Y de Manuel Díaz ‘El Cordobés’, no se puede decir que estuvo vulgar, embarullado y verbenero. No. No se puede decir porque ni siquiera se ubicó. Y con esto está todo dicho. Lo que además de breve resultará gratificante para usted, amigo lector.
AL NATURAL |
Maestranza de pueblo
Francisco Mateos.- Sevilla tenía una plaza, por nombre Maestranza. Pero esta plaza me la han cambiado, porque los aficionados la han abandonado. Dos empresarios consortes han hecho de ella un negocio con suerte. A esta plaza llegaban siempre las figuras, con las intenciones más puras. Pero ahora hay muchos toreros del montón, que aburren mogollón. En este ruedo ya no quedan faenas de dos orejas, porque las figuras con Canorea venir no se dejan. Yo he visto la Maestranza llena, pero ahora ves sus tendidos que es una pena. ¿Se acuerdan del cartel de ‘No hay billetes’?; pues tirado está al retrete. Ya no quedan reventas, porque las taquillas están con entradas siempre en ventas. Ni tampoco se ven a maleantes ni carteristas, porque no queda ya gente que se despista. Los aficionados en la del Príncipe ya no salen toreando, porque los empresarios y los maestrantes los están cabreando. No hay toreo de capote que haga que la plaza explote. Morante en Sevilla ya no torea, porque Canorea le habló de forma muy fea. Ni El Juli el de las puertas grandes, que no aguanta que Canorea mande. Los extremeños Talavante y Perera, a los que Canorea no espera. Y el alicantino Manzanares, que dudando está en sus pesares. El primero en decir ‘no’ a Canorea fue José Tomás: a mí me toreas una vez, y no más. Y así estamos en Sevilla, con una Feria que no brilla. Esta tarde El Cordobés vino de paseo, y de vuelta se fue sin mover un ‘deo’. A punto estuvo Padilla de alzarse en triunfador, todo corazón y con el público popular a favor. El Fandi hizo espectáculo en banderillas: corre toro, corre, que no le pillas. En mi plaza de la Maestranza ya no queda suerte de vara, porque el toro sin picar ya se para. Nunca ha sonado ‘Paquito el chocolatero’, y así siga, espero. Pero los pasodobles de la banda ahora son seguidos por palmadas de tandas en tandas. La duquesa de Alba a la plaza ya no viene, porque para ver lo que hay, con la tele ya se entretiene. Ni sus amigos, los maestrantes, en masa ya no acuden, y su presencia en su palco eluden. Qué pena de plaza, qué pena de Maestranza. |
LA CORRIDA, AL COMPÁS |
Piratas y nazaríes
Fernando Naranjo.- De la Janda gaditana Nuestra Real Maestranza No floreció la sonrisa |
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Y del viejo Guadalete Elegante el nazarí. La Feria toca a su fin |
LA VOZ DEL ABONADO |
A la vulgaridad le llaman arte
Unión Taurina de Abonados de Sevilla.- Empeñados se encuentran los políticos en proclamar la Fiesta como arte. Enfrente están los taurinos para remar en sentido opuesto. Una muestra más de ello se ha vivido esta tarde en Sevilla. Se puede definir como queramos el desarrollo de este festejo, pero nunca como una expresión artística. Todo cuanto se hizo era chabacano y vulgar, cuyo único objetivo era arrancar el aplauso fácil, además de orejas de pueblo que vienen muy bien para la decoración de escalafones que gustan publicar las revistas amables de agradadores que se nutren de la publicidad de los toreros. La ganadería de Torrestrella, antes más encastada que ahora, presentó en Sevilla un encierro de los que se gusta en llamar el ‘toro de Sevilla’ o toro ‘guapo’. Nada aparatoso, bien rematado y defensas justas. En varas, una de cal y otra de arena. Unos toros empujaron lo justo y a otros ni sangraron prácticamente. Aún así llegan a la muleta apagados algunos y poco aprovechados otros. Cuando todo el ‘bullangueo’ de los tendidos esperaba que El Cordobés tirara de su repertorio, incluido el salto de la rana, resulta que su actitud esta tarde salió rana, pero sin salto. Apático y desentendido de la lidia, recibió pitos en sus dos toros. Padilla cumplió con su guión y el ‘chou’ le sale casi perfecto. Efectista y provocador de ovaciones fáciles, contacta bien con sus partidarios, quienes no le fallan, y piden una oreja que el presidente concede arrojando al aire el pañuelo con rabia. Fandi también cumple el guión. Mal con el capote, poderoso y seguro en banderillas y vulgar, desviado, rectilíneo y mucho mantazo con la muleta. La gente sale contenta de esta Fiesta cañí de clavel y pandereta, mientras que los empresarios salen contentos porque ganan sus dineros y los políticos había que verles sus caras de optimismo en el callejón. Hemos acabado con la crisis de la Fiesta. ¡Toma ya! Que viva el arte vulgar. |
GALERÍA GRÁFICA (López-Matito) |
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Si está interesado en alguna fotografía: 625 19 47 69 |
OTRAS IMÁGENES (Javier Martínez) |
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LOS TOROS, UNO A UNO (Javier Martínez) |
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