La primera corrida de inicio del ciclo continuado de Feria se ha saldado sin triunfos pese a la calidad de los toros de Montalvo. Antonio Nazaré, que se lució al natural, fue ovacionado. Juan del Álamo, tras notable faena al segundo, perdió el trofeo tras fallar con la espada. Y Diego Silveti, con los menos buenos, saludó tras finiquitar al sexto.
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Manuel Viera.-
Es un placer ver torear así a un toro con embestida tan pastueña como el cuarto de Montalvo. Antonio Nazaré lo consiguió con su mano izquierda en muletazos de altísima categoría. Fue el sevillano autor de un importante catálogo de pases, centrados en su mayoría en un repertorio de naturales con los que mostró un toreo de mano baja, muy despacio, muy ligado y, por momentos, de enorme pureza. Con él supo infundir una profunda expresividad convertida en emoción. Duró poco, pero llegó pronto a una gente gozosa de ver y sentir. Fue lo mejor de una faena en la que le costó entrar. No obstante, los muletazos diestros fueron adquiriendo sentido en su forma y contenido. Cites de muleta adelantada, muy despacio e hilvanados unos con otros. Una lástima que, tras haber alcanzado nota alta con la izquierda, volviera a la derecha para epilogar una faena que ya estaba hecha. Después, el pinchazo le birló una oreja que se antojaba segura.
El primero fue un toraco que imponía su anatomía y su seriedad. Como toda la corrida. Diferente de hechuras pero seria y astifina que daba medio y, además, con calidad en sus embestidas. Toros para el triunfo. Ya digo, el primero de Nazaré fue el único que se paró tras la primera tanda con la derecha. Breves intentos de Antonio por trazar el templado muletazo y poco más. La espada cayó de mala manera.
Obvio es decir que el primer mérito de Juan del Álamo es su ambición. Vino a triunfar y sólo el acero se lo impidió. Porque el salmantino sublimó una faena con el notable segundo de extraordinaria pulcritud y cálida expresión con la que enriqueció su toreo. Le imprimió temple a su capote y estuvo inspirado en una obra magnificada por el esplendido natural. Citó con la muleta muy adelantada, la dejó una y otra vez en la misma cara del morlaco para obtener la ligazón y así fueron sucediéndose muletazos de extraordinaria transparencia, lentos y rematados con el circular trazo de los de pechos. Así, con ambas manos, consiguió transmitir su toreo en acertada versión. La espada le privó de un triunfo que se veía cantado.
Con el rajado quinto volvió a dejar estela de su impecable concepto, sobre todo con la derecha, porque cuando se echó la muleta a la izquierda el toro sólo quería tablas. Esta vez la espada entró en certero volapié.
Diego Silveti resolvió la tarde sin aspavientos. No fueron sus toros claros de triunfo, pero tampoco los fueron de fracaso. La serenidad y el equilibrio dominaron sus dos faenas sin que ambas alcanzaran altas cotas. Con el noble tercero obtuvo algún que otro muletazo con clase. Y con el sexto tres buenos y lentos naturales avalaron el resultado de una faena que no terminó de cuajar. Finiquitó de certero espadazo.
AL NATURAL |
La apuesta por el mañana fracasa
Francisco Mateos.- Ya hay que echarle cara (de cemento, como el mucho que se vé en la plaza) al asunto como para creernos que la empresa ha hecho estos carteles por creer que son una apuesta por el futuro. ¿El futuro de qué? ¿Quién a estas alturas no ha descubierto que la actual empresa de Sevilla ha ido a ver varias veces la película de ‘Coge en dinero y corre’? A base de palabras gruesas por las tabernas contra las figuras y, se supone, malas formas en sus contrataciones y liquidaciones, los principales toreros han dicho que ahí se queda usted, con su plaza, sus chulerías y con sus maestrantes ‘distraídos’… Y con lo que había, lo poco que había, lo han combinado mal. Y después nos quieren vender que han hecho una Feria como ‘Una apuesta por el mañana’… Será por el mañana de ellos… Ahí tienen esa joya que es la Maestranza con -según cuentan- menos de 2.000 abonados… Hoy, un jueves de preferia, poco más de un tercio de plaza. Y en el palco de los señores maestrantes (cómplices del caos de su propia plaza), ni un cuarto del privilegiado palco, con sus camareros perfectamente ataviados, limonadas frescas y horchatas en vasos de cristal, prohibidos para el resto de aficionados pero consentidos por la también cómplice Junta de Andalucía. ¿Dónde están esas colas de gentes que compraban los abonos según nos informaron? ¿Adónde han ido esas colas de gente que daban la vuelta a la plaza para comprar entusiasmada las entradas? La realidad es la que es: cemento y más cemento. Las figuras lo son porque lo son, y no por casualidad. ¿Cómo va a venir la misma gente sin Juli, Morante, José Tomás, Manzanares, Perera, Talavante…? ¿Y cómo se puede llegar a cobrar el mismo precio por una Feria con esas figuras que sin ellas? Pues el resultado es ese: poco más de un tercio de plaza, con los tendidos de sol casi vacíos, de pena; y en la sombra -¡ojo, la sombra!- con numerosas calvas y espacio para ver los toros a cuerpo de rey. Y las figuras son figuras por algo. Es como los grandes jugadores, los más conocidos. No sólo juegan bien y mantienen un excelente estado de forma física, sino que marcan goles. Pues con estos toros de Montalvo, una buena corrida de toros por presentación y juego, Juan del Álamo jugó bien pero no marcó (¡la espada!); Nazaré se movió por la banda pero se desmarcó en pocas ocasiones; y Silveti no entendió bien el esquema de juego. |
DIEZ GANANDO UN PASO |
El Día del Trabajo
Javier García Baquero (Ambitotoros).-
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LA CORRIDA, AL COMPÁS |
Rumores de sol y sombra
Fernando Naranjo.- Apretaba ‘la caló’ No hubo baile de corrales. Hoy el toro salmantino |
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Con ‘Civilón’ y ‘Jugoso’ Anduvo bien con ‘Capullo’, Con el toro ‘Campanero’ |
LA VOZ DEL ABONADO |
Condición ‘sine qua non’
Unión Taurina de Abonados de Sevilla.- Condición ‘sine qua non’ es que la suerte de varas no exista para que al toro en la muleta pueda aguantar dos o tres tandas. Es uno de los pilares de la Tauromaquia actual que nos imponen los taurinos de tres al cuarto de hoy. Otro fundamento de esta descafeinada Tauromaquia es el descaste del toro, mas el incremento de una nobleza más borreguil y bobalicona que la que debe llevar en sí el toro bravo. En estos párrafos podemos resumir el comportamiento de los toros de Montalvo lidiados esta tarde en la Maestranza. Animales bien presentados, bien armados, escasos de fuerza y con el objetivo final de embestir en la muleta como sea, no molestando mucho al torero. Resultado: más de lo mismo, y como en la moviola, repetición de secuencias adocenadas ya conocidas sin emoción y carentes de arte alguno. A estos ‘montalvos’ se apuntarán las figuras. Con este material bovino, los espadas anunciados deberían haber tenido más profundidad en su labor. Cuando el toro no transmite, el torero tiene que rebelarse y obtener mucha agua donde queda poca. Nazaré y Silveti aburrieron al respetable con faenas rectilíneas desviadas, sin cargar la suerte, a modo de hoy. Juan del Álamo es otra cosa. Muletero con fundamentos que maneja bien la cintura y las muñecas y por eso pudimos ver lo mejor de la tarde en su labor con la muleta, donde especialmente en el primero consiguió dos tandas muy estimables de naturales, además de derechazos en redondo, a diferencia de sus compañeros, dejando el trapo puesto para ligar el siguiente. Algo tan sencillo que elevamos a la categoría de noticia… Mandamos a la ‘cárcel de papel’ a la cuadrilla de Silveti por el mitin de lidia al sexto de la tarde. Lo dicho, estamos en la Tauromaquia del ‘sine qua non’. |
GALERÍA GRÁFICA (López-Matito) |
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Si está interesado en alguna fotografía: 619 99 37 06 |
OTRAS IMÁGENES (Javier Martínez) |
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LOS TOROS, UNO A UNO (López-Matito) |
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