Triunfo del novillero utrerano Daniel Araujo

El novillero utrerano Daniel Araujo se ha alzado en triunfador del festival celebrado en la plaza de toros sevillana de Cazalla de la Sierra. Araujo le cortó las dos orejas a su astado de Soto de la Fuente. También cortó dos orejas el rejoneador Leonardo Hernández. Puerto, Vilches y Vega, a oreja por coleta, y palmas para Julio ‘El Cordobés’.

Iván López.-

     Esta tarde en Cazalla de la Sierra se ha celebrado un festival taurino mixto sin picadores. El festival se organizó a modo benéfico para colaborar con Cáritas Parroquial de la localidad, por lo que a la muerte del cuarto novillo el empresario Manuel Martínez Enamorado hizo entrega de 500 euros a los representantes de Cáritas. A pesar de que los tendidos se llenaron no se han podido cubrir los gastos con la taquilla.

     Se han ccorrido novillos de Soto de la Fuente, bien presentados y de variado comportamiento. Leonardo Hernández desorejó al que abrió plaza tras una lucida actuación a lomos de su cuadra. El novillo fue bravo, mostró codicia y movilidad en todos los tercios excepto en el último, en el que se paró obligando al caballero a exponer su cabalgadura para cobrar un gran rejonazo al primer golpe. Antes, paró en los mismos medios al novillo con gran maestría en la doma para luego dejar un rejón de castigo. Banderilleó a una y dos manos de forma espectacular y remató con cortas al violín y una rosa, para terminar adornándose con ‘el teléfono’ antes de que el animal se parara. El novillo fue aplaudido en el arrastre, y a Hernández se le concedieron las dos orejas.

     Víctor Puerto anduvo entregadísimo en toda su actuación. Lanceó con gran cadencia e hizo un quite artístico por chicuelinas después del tercio de banderillas. El novillo se rajó en la muleta desde el principio de la faena, queriendo irse siempre del compromiso en que lo ponía Victor en cada cite. Supo aguantarlo el torero con su maestra muleta. Al final tuvo que ser donde el burel quiso. Hasta dos veces pidió Puerto al director de la banda que reanudara el pasodoble, demostrando así sus ganas de torear esta tarde. Cortó una oreja.

     Otra oreja paseo Luis Vilches después de vérselas con un ejemplar invalido. Lo paró en la capa con bellas verónicas a pesar de que el cornúpeta echaba la cara arriba al final del lance. Una media rematada en la cadera cerró el tercio. Con la franela supo componer faena a pesar de las continuas caídas de su oponente, sobre todo con la derecha, pues por el pitón izquierdo soltaba derrotes y se reponía bruscamente. El utrerano mostró su firmeza y gran oficio.

     Salvador Vega trató con un novillo de gran codicia pero de poca clase o ninguna. El malagueño aguantó tela con este ejemplar, al que no le perdió la cara y le propuso componer faena siempre, pero el astado no iba con aquello. Lo mejor fue el inicio de faena por bajo y con la mano derecha, pues por el izquierdo no tenía ni uno. Salvador también cortó un trofeo.

     Julio Benítez se las vio con la más fea. Recibió de hinojos al quinto, el más grande pero que a la postre le creó complicaciones. Tocaron a muerte cuando el novillo tenía sólo tres palos en el morrillo. El novillo no descolgó nunca y con la cara por las nubes le planteó muchas dificultades al matador. Saludó tras el arrastre.

     El novillero Daniel Araujo, el segundo utrerano del cartel, se estiró bien a la verónica con el sexto, un colorao abrochado de cuerna que le sirvió al novel para triunfar esta tarde. Muy firme en el inicio desde las tablas y buena colocación en los cites. El novillo no fue el mejor de los de lidia a pie, pero sí el menos malo. Basó Araujo el trasteo en su mano derecha, conectando pronto con los tendidos. Aunque el animal en su codicia reponía pronto por el pitón izquierdo y acortaba el viaje, pudo ligarle una buena tanda al natural. Hilvanó su faena con torerísimos cambios de manos por la espalda, trincherillas y algún kikirikí, y cuando ejecutó los de pecho lo hizo también muy torero. Tres estatuarios antecedieron a la estocada entera y contraria pero muy efectiva; todo ello le sirvió para cortar las dos orejas.