«…La decisión ha sido dura y meditada pero considero que ha sido la acertada. Ahora emprendo nuevos retos personales y profesionales y espero dedicarle más tiempo a mis familiares. Por eso, en estos momentos tan cruciales me gustaría hacer llegar a todas las personas que me han ayudado en algún momento mi más sincero y profundo agradecimiento…»
Redacción.-
El banderillero sevillano Rafael Cuesta, una vez anunciada su retirada de los ruedos, quiere enviar esta carta abierta a los aficionados y profesionales taurinos para dejar constancia de su agradecimiento y gratitud a todas aquellas personas que, a lo largo de su vida, le han supuesto un gran apoyo moral, personal y profesional.
Tras cumplir mis últimos compromisos con Morante de la Puebla en América decidí que, sin haber llegado a los cuarenta años, había llegado el momento de dejar la práctica profesional del toreo. La decisión ha sido dura y meditada pero, tras consultarlo con mi entorno más cercano, considero que ha sido la acertada. Ahora emprendo nuevos retos personales y profesionales y espero dedicarle más tiempo a mis familiares. Por eso, en estos momentos tan cruciales me gustaría hacer llegar a todas las personas que me han ayudado en algún momento mi más sincero y profundo agradecimiento.
En primer lugar me gustaría agradecer a los profesores de la Escuela de Tauromaquia de Sevilla (Tito de San Bernardo, Curro Puya y Chaves Flores) su dedicación y enseñanzas. Al hoy desaparecido Antonio Corbacho le debo el conocimiento de lo que es ser banderillero, ya que él fue el primero que me enseñó a conocer los entresijos de este mundo de los hombres de plata. A la familia Arjona porque desde mis comienzos siempre estuvo a mi lado alentando mi vocación taurina.
Me gustaría dejar constancia de mi gratitud a todos los matadores de toros con los que he estado colocado y que me han hecho disfrutar de esta profesión. Emilio Muñoz, Sergio Aguilar, Luis Vilches, Talavante,…
Y finalmente quiero agradecer a las dos últimas figuras del toreo con las que he estado. A José Tomás por haberme dado la posibilidad de conocer la severidad y exigencia de esta profesión. Y a José Antonio ‘Morante de la Puebla’ por haberme ofrecido la oportunidad de vivir momentos inolvidables y por saborear impagables lecciones de humanidad, tanto dentro como fuera de la plaza en los ocho años en los que he ido en su cuadrilla.
Y por su puesto a mis amigos, compañeros, ganaderos y familiares.
Rafael Cuesta MorenoNOTICIAS RELACIONADAS