Manzanares y Lama de Góngora han paseado una oreja de sus respectivas reses en un festejo con el que se alcanzó el objetivo principal: llenar la plaza y recaudar fondos para los más desfavorecidos. Morante, El Juli, El Cid y Talavante dejaron también muestras de sus formas con la que contribuyeron a animar la tarde.
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Manuel Viera.-
La temporada en la Maestranza acabó entre escasos suspiros de arte. Sólo momentos. Momentos de quienes contribuyeron a animar una tarde bien pensada y con un claro objetivo: recaudar para devolver en lo posible la dignidad a los que carecen de ella, a los que no tienen los derechos que deberían tener. Y esto ha sido factible gracias a la generosidad de una gente que casi llenó los tendidos de la plaza. Pero la verdad es que la general sosería de las embestidas de unas reses, escogidas con mimo, no han favorecido demasiado la necesaria complicidad entre toreros y público que, predispuesto a gozar, ha terminado agradeciendo la enorme voluntad de agradar.
Bastaría un solo y excelso detalle de Morante para resumir lo hecho. Cualquier lance, cualquier ayudado, cualquier natural, cualquier remate representó ese arte abierto, lleno de fragmentos, donde la perfección se vislumbra en cada pase. Unas formas que son reflejo de su constante búsqueda expresiva. Hoy casi imposible ante las nobles embestidas de un feo e inválido toro de El Vellosino. Tras pinchar dejó media estocada y fue obligado a saludar una ovación.
El Juli hizo un toreo tan despacio que pareció congelarse el pase y paralizar el tiempo. Así podría definirse la lenta tanda de muletazos diestros. Un toreo para fascinar a todo un público que le jaleó con fuerza. Versión impecable del toreo largo trazado con frescura y magníficamente rematado. Lástima del feo bajonazo con el que trato de finiquitar al noble y flojo toro de Garcigrande. Tras la estocada en segundo intento saludó una gran ovación.
El Cid se mostró desigual con el soso toro de Victoriano del Río. Entre los buenos naturales se intercalaron otros sin apreturas. No fue faena de contenidos; sí de escasos detalles de un concepto que se quedó a medias. Necesitó de un pinchazo antes de dejar la espada enterrada y fue ovacionado.
Manzanares, nada más comenzar el trasteo, dio lugar al silencio del que surge la emoción. Silencio de Maestranza que vislumbra el acontecimiento. Con una sensacional serie diestra empezó a hilvanar una faena con tal grado de calidad y excelencia que fascinó. Muletazos de trazo impecable y sutil manera de expresar un toreo que hizo honor a su personalidad. Algún que otro buen natural y unos excelentes pase por bajo y de pechos remataron el buen toreo mostrado con el notable toro de El Pilar. Pese a pinchar paseó un apéndice.
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No sería justo pasar por alto el soso novillote de Núñez del Cuvillo con el que Talavante anduvo en el intento de ligar faena. Casi quince minutos de un toreo desangelado, frío, cambiante e intermitente. Esporádicos naturales con su peculiar forma en el trazo y algún derechazo suelto con sello de calidad en los remates. Atravesó la espada y saludó una ovación.. |
Lama de Góngora tiene una diferente manera de decir el toreo. Se percibe de una forma tan clara que con el impecable trazo se recreó en una faena de enorme frescura. Buen nivel general de un trasteo a derecha e izquierda, de lentos y largos pases que, pese algún que otro tropiezo, logró hilvanar en un toreo muy logrado y reforzado con toreros adornos, y al que finiquitó con certera estocada precedida de pinchazo. Se lo hizo al sobrero de Domingo Hernández que regaló tras lidiar un tardo y descastado novillo de Juan Pedro Domecq, al que sólo pudo aprovechar en los bien ligados y despaciosos muletazos diestros de inicio de faena. Acortó distancias al final sin que lo hecho trascendiera más que su enorme voluntad. Lo tumbó de estocada y fue ovacionado.
AL NATURAL |
Para no olvidar
Francisco Mateos.- Esta tarde no he podido estar in situ en los duros tendidos de la Maestranza, y me he desplazado a la comodísima (amplio aparcamiento, cómodos y generosos asientos) plaza de toros onubense de Palos de la Frontera para disfrutar del variadísimo espectáculo de la corrida ‘pinzoniana’. A través de mensajes de mi compañero Manuel Viera -que más arriba les ha dejado detallada crónica de todo cuanto ha ocurrido en el festival- es casi como si hubiera estado allí. Varias cosas para no olvidar. Para no olvidar la generosidad y solidaridad de todos y cada uno de los toreros actuantes, que han colaborado con el noble fin perseguido. Para no olvidar el bonito gesto de los empresarios Eduardo Canorea y Ramón Valencia y el resto de miembros de la empresa: hoy el burladero del callejón de la empresa estaba vacío y ocupaban una barrera; es decir, que tratándose del fin benéfico han renunciado a sus gratuitas plazas de callejón para pagar sus entradas y colaborar con el obetivo. Lo cortés no quita lo valiente y reseñado queda el bonito gesto de la empresa. Para no olvidar que aun con este cartel plagado de figuras y precios más asequibles, la plaza no se ha llenado. Es un motivo más para la reflexión sobre el crítico momento que vive el toreo en nuestra ciudad. Y también que no es lo mismo que las figuras se anuncien con una corrida de toros en puntas que en un festival con novillos con los pitones cortados. Para no olvidar que en un festival de esta categoría y en una plaza como la de Sevilla, es muy conveniente que abra cartel, al menos, un par de toreros retirados pero que estén en condiciones de torear a pie. Y me acuerdo de Ojeda, Manzanares, Emilio, Cepeda, Espartaco,… Para no olvidar el ridículo de primer grado que ha protagonizado la plaza de Sevilla en el orbe taurino, anunciando en los carteles a un novillero a modo de ‘telonero’ de las consagradas figuras. Y para no olvidar que, consumado el ridículo, y parcheado el ‘despiste’ con la reubicación de la actuación del novillero en último lugar, ni la empresa, ni la Junta de Andalucía han ofrecido aún explicaciones sobre qué ha sucedido, por qué ha sucedido y quién ha sido el responsable de este ‘invento’ que ha colocado de nuevo a Sevilla y su plaza de la Maestranza en el centro de jocosos comentarios. Y por último, para no olvidar que hoy, 12 de octubre, se tendría que haber celebrado una corrida de toros, y de categoría, en la Maestranza, y no un festival. La empresa ha dado un primer paso con la organización de este festival en sustitución de la tradicional corrida de toros de cierre de temporada para cargarse esta fecha noble del calendario taurino en próximos años. Cayó el 15 de agosto, transformó el Corpus en una novillada y hoy ha consumado el cambio de la corrida del 12 de octubre por un festival… Sevilla pierde su sitio, sus fechas, sus corridas… Festivales sí, como siempre ha habido, pero no ocupando fechas que son de corridas de toros tradicionales de esta plaza y esta afición. |
GALERÍA GRÁFICA (lopezmatito.com) |
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