«… La buena noticia es que el ciclo de promoción en Sevilla lo volvió a ganar un sevillano de Villamanrique de la Condesa y alumno de la escuela de Camas. El fallo del jurado es justo y El Manriqueño es legítimo ganador. Lo hizo limpia y legítimamente lidiando cuatro novillos, dos de Cayetano Muñoz en la fase clasificatoria y dos de Juan Pedro en la final…»
Álvaro Rodríguez del Moral.-
La buena noticia es que el ciclo de promoción en Sevilla lo volvió a ganar un sevillano de Villamanrique de la Condesa y alumno de la escuela de Camas. Lo hizo limpia y legítimamente lidiando cuatro novillos -dos de Cayetano Muñoz en la fase clasificatoria y dos de Juan Pedro en la final- que le permitieron ir a más sobreponiéndose a sus propios nervios hasta mostar su auténtica capacidad con el eral que le presentó más complicaciones el pasado jueves. El fallo del jurado es justo y El Manriqueño es legítimo ganador. Pero también es de ley mencionar otros nombres como el del muy preparado y solvente novillero madrileño Amor Rodríguez, que respondió al buen nombre de la Fundación El Juli en la que se está preparando.
Llegados a este punto nos saltaremos la clasificación oficial para salvar otro chico que, sin cortar trofeos, mereció estar en la gran final. Se trata del pacense Luis Manuel Terrón, auténtico héroe y único novillero que supo resolver la situación en la noche de terror propiciada por los jurásicos e inmensos novillos de El Serrano. Terrón sumó valor y sentido de la responsabilidad y merece estar en el cuadro de honor más allá del veredicto oficial del jurado que cerró la terna definitiva con el mexicano Llaguno, un torero de aires arcaizantes que está por ver y cuajar. Ya saben que la empresa Pagés repescó al camero Jesús Bayort en el duelo postrero aunque los nervios le jugaron una mala pasada. Del nivelito del resto de los aspirantes anunciados -cada vez más añosos, por cierto- es mejor guardar un cauteloso silencio.
*Álvaro Rodríguez del Moral es periodista sevillano. / Publicado en El Correo de Andalucía.