Jesús Bayort ha cortado la primera oreja del ciclo de novilladas de promoción nocturnas de la Maestranza tras mostrar un toreo enérgico y efervescente con el que hizo vibrar a sus seguidores. Carlos Martín dio una vuelta al ruedo y Eloy Ortega escuchó algunas palmas tras la lidia del quinto. Interesante novillada de Villamarta.
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Manuel Viera.-
Queda demostrado el interés de estos festejos de promoción en las calurosas noches de julio sevillana. En estos tiempos de penuria y plaza semivacías es un placer para la vista ver casi la mitad de los tendidos cubiertos pese al importante encuentro de la selección nacional que se dirimía a la misma hora. La última moda de la cerveza y la tapa a pie de grada han hecho el milagro, convirtiendo estos festejos menores en todo un acontecimiento esperado y deseado, aunque después poco de lo sucedido en el ruedo queda en el recuerdo de quien lo ve. Esta noche así ha sucedido.
Demasiados chicos los erales de Villamarta. Muy por debajo en presentación a lo acostumbrado y visto en ediciones pasadas, aunque su nobleza y movilidad merecieron algo más que la cantidad de anodinos pases a que fueron sometidos durante la lidia.
Carlos Martín se los dio sin medida de tiempo. Se pasó de faena con su primero y volvió a cansar con el cuarto. Muchos, muchos pases y muy pocos que atisbaran un toreo esperanzador. Con el chico, noble y flojo primero hizo lo mejor con la mano izquierda. Aprovechó las mejores acometidas por ese pitón y algún que otro natural sobresalió en una faena a la que le faltó acople. El capote no es lo suyo y la quietud le cuesta. Al manejable cuarto le dio todo tipo de muletazos pero muy pocos fueron buenos. La mala colocación, el cite con la muleta atrasada y, sobre todo, el toreo lineal primaron en unas formas que necesita mejorar. Pese a matar con prontitud se silenció lo que hizo.
Más asentado estuvo Eloy Ortega en la faena al noble segundo, con el que mostró su mejor condición en un toreo diestro algo más templado. Fueron muletazos limpios, bien trazados, aunque excesivamente despegados y lineales. Muy desigual con las banderillas, las clavó mejor al que hizo quinto, resultando alcanzado a la salida del tercer par sin consecuencias. Con este consiguió algún suelto natural pero su trasteo careció de contenido. Pinchó al segundo y finiquitó con media estocada al quinto.
Jesús Bayort hace un toreo enérgico y efervescente, pleno de sacudidas, pero vital en su personalísima versión dinámica. Dos veces se fue a portagayola en las que mostró sus carencias. Bullidor con el capote y muy eléctrico con la muleta. Al extraordinario tercero le echó ganas de agradar y lo consiguió haciendo vibrar a su público que, sin exigencias, consiguió para él una oreja que le supo a gloria. Volvió a buscar premio en la lidia del noble sexto con una faena muy intermitente. Momentos templados y otros demasiados acelerados. Dibujó mejor el natural que el pase diestro y aunque hizo de todo, primó el afán desmedido por alcanzar su objetivo. Mató con brevedad a su primero y falló con el último.
GALERÍA GRÁFICA (lopezmatito.com) |
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