Javier Jiménez, valor y toreo

Javier Jiménez ha cortado una oreja en la última novillada de abono tras notable faena al cuarto utrero de la tarde. El también sevillano Miguel Ángel León ha dado una vuelta al ruedo y Vicente Soler ha sido silenciado. Interesante encierro de Fuente Ymbro, con tres novillos aplaudidos en el arrastre.

Manuel Viera.-

     Habían pasado casi dos horas desde el inicio cuando salió el cuarto. Dos horas inmensas, largas y aburridas. Sin nada. Sin un ‘bocao’ de toreo que llevarse a la boca. Interminables, ya por costumbre, se hacen las tardes de toros en la Maestranza. La inquietud se convierte en un largo murmullo que define la insatisfacción de lo que allí pasa. Y se van los chinos porque todo se repite. Todo es igual. Los comienzos y los finales, gaoneras en los quites y bernardinas en los epílogos de faena. La variedad no existe en el toreo moderno. Y, claro, para ver lo mismo abandonan el tendido finalizada la lidia del tercero.

     Pues los chinos se perdieron una faena con los suficientes alicientes para situarla en el lugar de privilegio de la tarde. En primer lugar por la calidad del contenido y entendimiento con la encastada embestida del buen novillo de Fuente Ymbro, y en segundo lugar por la profundidad de cada trazo y su riqueza expresiva. Teniendo en cuenta la óptima aptitud de lo hecho, no cabe duda que lo realizado por Javier Jiménez al cuarto utrero de Ricardo Gallardo tuvo la calidad suficiente para aupar al lugar que merece su concepto. El sevillano de Espartinas ha hecho un toreo de extraordinario atractivo, en el que el temple y la ligazón navegaron entre importantes series diestras, muy largas, muy hilvanadas y muy auténticas, algún que otro excelso natural y fenomenales remates con una variedad de pases poco vistos en el toreo de los que empiezan. Muletazos de pecho, por bajo, de trincheras, pases del desprecio, molinetes… todos sumaron para mostrar un toreo de gran categoría. Pese a pinchar, y tras la definitiva estocada, la oreja concedida tiene poca discusión.

     Jiménez ya se mostró solvente y preparado para la inminente alternativa en la lidia del primero, un novillo manso con tendencia a tablas con el que supo aguantar las complicaciones de la embestida en un trasteo intermitente al que le echó oficio y valor. Tras el arrimón y la estocada desprendida le obligaron a saludar.

     Si hay un hecho difícil de entender es ver cómo se ataja el camino de los que sueñan con ser toreros. Cómo le inducen a estrellarse contra sus deseos en este juego de ruleta rusa que más sale mal que bien. Y apuestan porque no les queda otra. No torean. No tienen donde hacerlo. Los hechos son los hechos y aquí quedaron evidenciados. Miguel Ángel León demostró maneras en las novilladas de promoción del mes de julio del año pasado, y hoy aprovechó la privilegiada oportunidad para debutar con caballos en la Maestranza. Quizá suene a exceso gratuito esto de alabar una faena que quedó en poco con un novillo de triunfo, pero la falta de oficio y las ansias de hacer lo que se sueña nublan las ideas. Al debutante de Gerena le costó un mundo hacerse con las embestidas del encastado sexto, pero logró exponer unas maneras que, por momentos, dejaron entrever su clásico concepto. Se gustó en una series diestras finales con las que ilusionó a sus muchos seguidores, que se lo agradecieron obligándole a pasear el ruedo tras el fallo con la espada. Con el noble tercero, mermadas sus fuerzas tras una espectacular voltereta, le realizó un trasteo anodino y sin contenido

     Vicente Soler, también debutante en esta plaza, evidenció su corto bagaje. No se le puede negar su afán de triunfo, por dos veces se fue a portagayola y lo intentó todo, pero también por dos veces dejó patente su vulgaridad al clavar banderillas. Y por dos veces falló en su arriesgada apuesta. Con el primero, de noble y sosa embestida, dijo poco. Y con el interesante y encastado quinto se esforzó en una faena que resultó despegada y sin argumento. Sólo con el capote se mostró cómodo y pudiente.

(En breve)

Francisco Mateos.-      EN BREVE.

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OTRAS IMÁGENES (Javier Martínez)

PUERTA DEL PRÍNCIPE (Javier Martínez)