El sevillano Manuel Escribano le ha cortado las dos orejas a un ‘miura’ de vuelta al ruedo tras una completa y emocionante lidia. Javier Castaño ha dado una vuelta al ruedo y Rafaelillo ha sido ovacionado. La buena e interesante corrida del hierro sevillano de Miura ha puesto el punto y final a la Feria de Abril.
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Manuel Viera.-
Con él, el ‘miura’ se reencontró con el toreo más auténtico y primitivo. No hubo impostura ni premeditación alguna en un ¡torero! que, impermeable al curso del tiempo, mostró auténticas joyas al natural, además de hacer revivir sus artísticas formas en una nueva dimensión. Ni siquiera el hecho del improvisado, complejo y difícil encuentro con la Maestranza puso límites a quien rivalizó consigo mismo toda la tarde. Hoy, la importante cita, por medio de la sustitución, fue más que un deseo. Una realidad que, con súbita e inexplicable ilusión, activó una tauromaquia ambiciosa, emotiva y con regusto sevillano.
Hoy se ha vivido, quizá, la más emocionante faena de la Feria, en la que un ¡torero! olvidado dejó constancia de una sorpresiva y extraordinaria brillantez. Redescubrir por vía de unos soberbios naturales la considerable valía de Manuel Escribano ha sido un emocionante placer. Seis pases zurdos que revelaron la calidad de quien ha dejado dicho lo que es. Además, proporcionaron a toda una plaza la versión fresca y auténtica de un ¡torero! todo valor y verdad. Toda una bella antología del natural, recreado con una emotividad, una fuerza y un sentimiento no muy común en la tauromaquia de hoy.
Lo primero que sorprendió fue la asombrosa actitud con la que acudió a su vital llamamiento maestrante. La naturalidad pasmosa con la que lidió a cada uno de sus toros. Su valor medido. El toreo detallista, generoso y embaucador de quien fue capaz de inventar lo sublime aún no siéndolo y expresar su estilo admirable con dos ‘miuras’. Me sorprendió la vitalidad irreducible con la que se enfrentó a los dos toros. Sólo hay que ver con qué decisión se postró de hinojos en los medios frente a la puerta de chiqueros. El amplio catálogo de quites y galleos con el que dio contenido a la lidia. El admirable valor sin aspavientos en banderillas. Su decisión con la espada. Con todo cautivó al publicó que se le entregó sin remisión.
Escribano ejerció la delicadeza y la naturalidad en un juego de pases a derecha e izquierda de sorprendente toreo con el excepcional sexto, un toro bravo en el caballo y de notable calidad en sus embestidas, pese a su escasa fuerza, premiado con la vuelta al ruedo. Si la serenidad es virtud, no hay duda ninguna que el sevillano la tiene. Pareció que se enfrentaba a la dificultad de lo fácil. Su afán por hacer claro y coherente su sugerente toreo terminó por conseguir una faena sin veleidades, haciendo del natural un trazo capaz de recrear la inmensa calidad de sus formas. Muletazos suaves, lentos rematados, adornados,… toda una obra de exquisita elaboración e indudable inspiración. La estocada, por derecho, y las dos orejas a sus manos.
Con las banderillas mostró su verdad con un soberbio par al quiebro y al violín al sexto. Y otro excepcional al quiebro y por los adentros al tercero de la tarde. Con este toro comenzó a puntuar tras ejecutarles tres pases cambiados por la espalda sin inmutarse, para continuar una faena con ambas manos de exquisita elaboración, pero venida a menos por el poco fondo del ‘miura’. Pinchó antes de dejar la estocada y fue ovacionado.
La corrida de Miura ha tenido un alto rédito. Toros en su tipo, altos de agujas y largos de patas, nobles unos, exigentes y complicados otros, que han ido presto al caballo y transmitido en la muleta. Más buenos que malos. Segundo y tercero fueron aplaudidos en el arrastre; el quinto, muy exigente, trasmitió emoción; y al sexto se le dio la vuelta al ruedo; el primero se apagó pronto; y el cuarto se orientó y tuvo mucho que torear.
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Rafaelillo mostró su valor y su toreo con el primero en una faena con altibajos, aunque tuvo momentos importantes. Mejor por el derecho que por el izquierdo. Pinchó antes de la estocada y fue ovacionado. Y con el complicado cuarto libró su pelea con las aviesas embestidas hasta conseguir doblegarlas por abajo y sobre la piernas. Tras la estocada fue ovacionado. |
Quizá a Javier Castaño le faltó asentarse con el notable segundo. Mostró su acostumbrada firmeza en una faena en la que no terminó de bajar la mano. Trazó muletazos de alto nivel con la derecha y algún que otro natural. Mató mal y fue ovacionado. Al quinto, otro buen toro, lo toreó muy despacio con el capote y se dejó, después, enganchar demasiado la muleta en una faena de buenos pasajes aunque sin llegar a coger altura. Lo mejor, la extraordinaria lidia de su cuadrilla. Magníficos los pares de banderillas de David Adalid y Fernando Sánchez, y la brega de Marcos Galán.
AL NATURAL |
Juli ‘devuelve’ a Ramón Valencia lo que le ‘quitó’
Francisco Mateos.- Los dos últimos días de Feria (ayer sábado y hoy domingo de farolillos) han servido para lanzar a dos sevillanos que estaban en el ostracismo respecto a la primera línea del toreo: Antonio Nazaré y Manuel Escribano. Es una gran noticia para Sevilla. Lo de Nazaré era algo más visible, porque ha seguido gozando –gracias a su inagotable insistencia en el triunfo cada vez que se ha anunciado en la Maestranza- de cierta confianza por parte de los empresarios de Sevilla. Pero no ha sido una confianza de apuesta, sino de ponerlo en fechas marginales, y con ganaderías que no le iban a permitirle en principio sentirse a gusto como torero hondo y puro. Es más, a la primera oportunidad que le ha dado la empresa de Sevilla en un cartel ‘bueno’ (el cartel estrella de la Feria, con Juli y Manzanares) ya ven cómo ha respondido el torero de Dos Hermanas. |
Y qué decir de Escribano hoy. Ahora todos hablamos de él, pero hay que recordar que la propia empresa lo había dejado fuera no sólo de la Feria, sino del resto de la temporada sevillana. Mediante la baja de El Juli entra por la vía de urgencia y porque es una corrida durísima. Y Escribano se ha presentado hoy como un torero muy preparado, con hambre de triunfo y un excelente sentido del toreo. Pero además de Nazaré y de Escribano, me acuerdo ahora de otros dos nombres de toreros sevillanos que tampoco han contado para la empresa de Sevilla en esta Feria: Esaú Fernández y Oliva Soto. Cualquiera de los dos también habrían cuajado una sensacional faena como lo han hecho los únicos dos sevillanos de la ‘segunda fila’ que sí han logrado entrar (Nazaré y Escribano).
La sustitución de Escribano por El Juli tras su cornada del viernes le ha resultado rentabilísima a la empresa. Parece como si el destino hubiera querido taparle la boca a Ramón Valencia… ¿Recuerdan aquello que dijo de que en Resurrección, con plaza llena, habían perdido casi 96.000 euros? Y sobre si quedaba alguna duda, ¿recuerdan a quiénes señalaba como culpables?: «Los toreros no entienden que estamos en crisis», textualmente. Vamos, que implícitamente señalaba a El Juli como una de las figuras que le habría ‘quitado la cartera’ el Domingo de Resurrección. Pues con la cornada de El Juli y la sustitución por Escribano hoy en Miura, imaginen la descomunal diferencia de coste de honorarios, y sin embargo al rebufo del gesto de Juli la plaza ha estado casi llena, sin apenas devolución, con lo que El Juli le ha ‘devuelto’ hoy lo que le había ‘quitado’ en Resurrección. Si Ramón Valencia dijo sin pudor ni prudencia que el Domingo de Resurrección había perdido 96.000 euros, ¿por qué ahora se esconde y no se atreve a salir para decir que hoy, con plaza llena y estos tres toreros de bajo coste, ha ganado el ‘taco’, la ‘manteca’ y la ‘morterá’, todas juntas? Venga hombre, venga.
LA VOZ DEL ABONADO |
No es oro todo lo que reluce
Unión Taurina de Abonados de Sevilla.- Esta tarde Sevilla remataba la Feria con la tradicional corrida de Miura y si les cuentan que todo ha sido triunfal y espectacular, no se dice toda la verdad. Lo único cierto es que los toreros han estado por encima de unos toros que, con juego variado, fueron flojos, alguno peligroso, otros de media embestida y los más con las caras por las nubes. A todo eso se puede añadir que la suerte de varas siguió su curso acelerado de entradas simulando los castigos en el caballo, llegando a la desvergüenza de conceder una vuelta al ruedo a los despojos de un toro que recibe la primera vara simulada y en la segunda, la puya ni le toca. En cuando a presentación, los astados de Zahariche estuvieron en el tipo de la casa, siendo los dos primeros impropios de plaza de primera categoría. Con este material hay que agradecer a los toreros que se entregaran en una labor encomiable de obtener agua de pozos semisecos y a buena fe que lo consiguieron. Rafaelillo estuvo digno y valiente con su primero, que llevaba la cara alta y antes de apagarse logra dominarlo en esa media y complicada embestida. En el cuarto su cuadrilla lo estrella por dos veces en los burladeros hasta hacerle romper un pitón por la cepa en el segundo topetazo. Con el sobrero, de 616 kilos, que flojea de salida y lidian mal en banderillas, llega difícil a la muleta y el matador no tiene más remedio que dominarlo pasando la muleta de pitón a pitón varias veces para pasaportarlo pronto. Javier Castaño sortea en segundo lugar al miura ‘Almendrero’ a quien Tito Sandoval pica dosificando el castigo y Escribano se luce en un quite por chicuelitas. Después, en el tercio de banderillas se produce uno de los momentos cumbres de la tarde, y todo por arte y gracia de dos excelentes pares de David Adalid, dejándose llegar el toro y en corto y cuadrando en la cara para ejecutar los pares de banderillas que se llevarán todos los premios de esta Feria. No fue menos el tercero de la cuadrilla, Fernando Sánchez, en el par suyo y todo ello con el buen hacer en la lidia de Marcos Galán. Música y saludos para los tres. El toro, que galopaba de lejos, fue el mejor del encierro, aunque quizás e echara en falta la decisión firme de bajarle la mano, cosa que no hizo Castaño y quizás por ello perdiera un triunfo grande. En el quinto, que también es picado de mentira, vuelve a repetir triunfo grande su cuadrilla tanto en la lidia como en banderillas y ya en la muleta se suceden algunos muletazos con otros enganchados en una faena de corte irregular hasta cobrar una estocada entera. Escribano, que ha entrado en este festejo por la puerta de la sustitución, ha sido el gran triunfador. Mostró unas ganas y una disposición que se ha echado en falta a otros compañeros que han venido en la Feria muy bien colocados y han fracasado estrepitosamente. A sus dos toros los recibió a portagayola para enjaretarle lances más que estimables calentando el ambiente. En banderillas, mejor en el tercero que en el sexto, al que pone un par al quiebro al hilo de las tablas con la suerte del violín asumiendo un riesgo sin trampa ni cartón. El tercero se le apaga pronto y con la cara a media altura; la faena queda en un quiero pero no me deja. En el sexto le llega el triunfo al estar por encima del toro y arrancarle, tirando del morlaco, embestidas robadas a base de ganas y un tesón del que tiene ansias de triunfo. Fue todo mérito del torero y como el público agradece estos gestos, en compensación al esfuerzo de Escribano toda la tarde, pide las dos orejas que fueron concedidas con toda justicia. Otra cosa fue la vuelta al ruedo a ‘Datilero’, que así se llamaba el sexto. Nunca puede merecer una vuelta al ruedo un toro que recibe solamente un puyazo simulado; el segundo simplemente no existió. Pero a estas cosas ya nos va acostumbrando nuestra presidenta integrada en la órbita de los taurinos. |
LA CORRIDA, AL COMPÁS |
De Sevilla y oros
Fernando Naranjo.- Sevilla tú nunca triste, También yo siento mi pena Don Diodoro… Don Eduardo… Enorme pimentonero, |
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Cuánta alegría Castaño, Trajo emoción y pureza Cuadrilla de poesía. ¡Sonría ‘usté’, don Eduardo! |
GALERÍA GRÁFICA (lopezmatito.com) |
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OTRAS IMÁGENES (Javier Martínez) |
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LOS TOROS, UNO A UNO (Javier Martínez) |
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PUERTA DEL PRÍNCIPE (Javier Martínez) |
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