«…el nuevo delegado Javier Fernández va ‘heredando’ las formas de su ‘compi’ Carmen Tovar: apoltronarse en lo fácil, en lo cómodo, con los grandes (‘taurinear’, para que me entiendan), buscar la foto fácil… Lamentablemente, los tres años y pico de Carmen Tovar han creado ‘escuela’. Y de momento este Javier Fernández le ha salido alumno aventajado…»
Francisco Mateos.-
La historia me suena. Un político que llega a la Delegación de la Junta de Andalucía de Sevilla con una sonrisa y una amabilidad agradable, pero que poco a poco se va apegando e instalando a lo cómodo y huye como despavorido cuando precisamente se necesita eso: que ejerza de político. Sería bueno que estos señores se preguntaran para qué están en el puesto que están. Son políticos, no tecnócratas. Para aplicar lo que hay no necesitamos pagarle el sueldo a un político, sino a un profesional, que seguro que es inapelable en aplicar lo que hay. La cuestión es que lo que hay a veces no es justo ni equitativo, y es entonces cuando debe llegar el político y poner sentido común y un poquito de evolución y lógica.
El nuevo delegado de la Junta en Sevilla, Javier Fernández, que lleva menos de un año en el cargo, ha llegado como llegó su nefasta compañera y antecesora Carmen Tovar: con buenas maneras, queriéndose llevar bien con todo el mundo y con amabilidad, cortesía y sonrisa de bienvenida. Sin embargo, al igual que la recordada señora de los casos ‘Castilleja conection’, Javier Fernández está instalándose progresivamente en lo cómodo, en lo fácil. Ya se le vio su primer respingo cuando ha aclarado que se ha reunido con distintos estamentos taurinos, entre ellos los empresarios de Sevilla. Le pregunté si también se ha reunido con los representantes de los abonados y de los aficionados (además de la Unión de Abonados, hay una quincena de peñas con solvente actividad en la provincia). Me contestó que no, pero porque tampoco se lo habían solicitado, que estaba encantado de reunirse con cualquiera que tuviera que hacerlo. La pregunta era de cajón: «Entonces, ¿Canorea y Valencia le solicitaron una reunión…?» –le pregunté extrañado-. «No, no… Es cierto que he sido yo el que les pedí la reunión».
Es decir, y a ver si yo lo entiendo. El Reglamento Taurino de Andalucía consagra a la Junta como la garante del espectáculo taurino y defensora por tanto de los legítimos derechos de los aficionados. Sin embargo, este miembro de esa Junta de Andalucía, Javier Fernández, prefiere reunirse con los poderosos (con los empresarios) y no escuchar las reflexiones en voz alta de los aficionados; le pide la reunión a los grandes, y no escucha a los de abajo, los que pagan, «porque no me lo han solicitado…». En fin, que esto me suena ya, que esto es como la delegada Carmen Tovar, que comenzó recibiendo a los abonados y después les dio la espalda cuando comenzaron a pedir su dimisión de forma pública y reiterada.
Ahora otra muestra de cómo el nuevo delegado Javier Fernández va ‘heredando’ las formas de su ‘compi’ Carmen Tovar. Hace mes y medio, en rueda de prensa, y a petición de SEVILLA TAURINA, se comprometió de forma pública a facilitar el baremo técnico del Colegio de Veterinarios de Sevilla sobre el que se había basado –muy acertadamente- para elegir a los nueve veterinarios mejor puntuados por experiencia por el propio Colegio. Vamos, lo lógico. «No tengo ningún problema en facilitar el baremo, porque además quiero que haya la máxima transparencia en este y en todos los temas». Pues nada, al más puro estilo Carmen Tovar, concluida la rueda de prensa, ‘donde dije digo, digo Diego’, y a pesar de las reiteradas peticiones a su equipo, se niega ahora el buen señor a facilitar el baremo técnico. Es decir, que nombra a nueve veterinarios para que examinen los toros que van a ver los espectadores que pagan sus entradas, pero ahora les niego la información de por qué he escogido a estos nueve. Y a lo que me comprometí, pues eso: palabra de político, que ya sabemos que se cotiza a lo que se cotiza…
La insistencia de SEVILLA TAURINA para que cumpla su palabra le ha obligado, al menos, a enviar un correíto electrónico al Colegio de Veterinarios para que sea el propio Colegio el que facilite el baremo técnico, el baremo que el propio Javier Fernández tiene sobre su mesa pero que se niega a facilitar.
En fin, que esto es lo que tenemos, y que poco a poco el delegado de la Junta de Andalucía en Sevilla, Javier Fernández, va mostrado más claramente sus intenciones taurinas: apoltronarse en lo fácil, en lo cómodo, con los grandes (‘taurinear’, para que me entiendan), buscar la foto fácil y cuando intuye que algo le puede traer algún problema que tendrá que solucionar, aunque de cara a la gente diga y hasta prometa que va a ser transparente, mejor deja las cosas como están, que no va a ser él quien vaya a meterse en líos de arreglar lo que se debe arreglar, aunque sea lógico y justo. Lástima de aquellos delegados de la Junta como José Antonio Viera o Demetrio Pérez, que supieron dar un paso al frente -con sus errores-, remangarse las manos y ponerse el mono de fontanero si había que arreglar una avería. Lamentablemente, los tres años y pico de Carmen Tovar han creado ‘escuela’. Y de momento este Javier Fernández le ha salido alumno aventajado.
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