«…Y si alguno de los indispensables no está, decir el por qué. Decirlo con naturalidad, con afirmaciones sólidas y bien documentadas en la que los datos expuestos dé la necesaria credibilidad. Lo importante, a veces, no es lo que se dice, sino cómo se dice. De esa forma se evitará el debate absurdo entre lo ético y lo retórico sin llegar nunca a encontrar el discurso de la verdad…»
Manuel Viera.-
A medio camino entre la definición, el debate y la opinión transcurre el prólogo de un ciclo tan esperado como ilógico en su compleja organización. El aparente aspecto confuso de la conformación de la Feria de Abril empieza a dar como resultado esa sutil telaraña de adelantadas noticias -algunas con ocultos significados- que la mayoría de las veces se traducen en verdadera decepción. Además, los grandes intereses contrapuestos, con planteamientos rigurosos entre ambas partes a consecuencia del juego inteligente, han traído como consecuencia una Feria sin televisión que, en las condiciones actuales, es malo para ambas empresas, peor para muchos aficionados y fatal para la Fiesta.
Resulta particularmente llamativa la separación de Pagés y Digital Plus. Lo real en lo imposible. Si bien la duda, sea como escasa posibilidad, queda aún ahí. Y es que se hace necesario buscar cuál es el equilibrio estable y rentable para unos y para otros. Concluir con «a menos televisión, más abonados», o «a más televisión, menos venta de entradas» es maquillar el verdadero significado del problema. No debe ser fácil aportar soluciones en una temática sobre la que tanto se habla y se escribe.
No tengo otros deseos de que el ciclo de abril se convierta en verdaderas tardes de llenos, éxitos y triunfos. Que sean auténticas joyas talladas por todos los que interesan y deben estar en el ruedo de la Maestranza. Y si alguno de los indispensables no está, decir el por qué. Decirlo con naturalidad, con afirmaciones sólidas y bien documentadas en la que los datos expuestos dé la necesaria credibilidad. Lo importante, a veces, no es lo que se dice, sino cómo se dice. De esa forma se evitará el debate absurdo entre lo ético y lo retórico sin llegar nunca a encontrar el discurso de la verdad. Que se hable sin tapujos sobre las características de las exigencias, sin rescoldos críticos por cada una de las partes. Y es que no hay mayor contradicción que la búsqueda de un consenso entre lo real y su simulacro. A veces nos matamos por sacar la verdad de las mentiras, pero la realidad devuelve en tremendos golpetazos la evidencia de un conflicto y sus tensiones. Sólo queda, entonces, esperar. Y seguir soñando.
*Manuel Viera es redactor y responsable de las crónicas de Sevilla Taurina, así como colaborador taurino de Punto Radio en Sevilla y Utrera. (manuelviera.com).
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