LA TRONERA

Menos golpes de pecho

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«… ¿Quién es más digno y respetable: el periodista que baila al son del discurso empresarial, o el que se entrega sin reservas a su público que no es otro que el verdadero aficionado que paga con el sudor de su frente año tras año las entradas, los abonos y mantiene el espectáculo?…»

Ignacio de Cossío.-

     ¿Quién es más digno y respetable: el periodista que baila al son del discurso empresarial, o el que se entrega sin reservas a su público que no es otro que el verdadero aficionado que paga con el sudor de su frente año tras año las entradas, los abonos y mantiene el espectáculo? Pues créanme que sigo perplejo al leer, no con cierta jocosidad bien es cierto, tanta estupidez en loor de una dignidad y respetabilidad que sólo defiende al que esta detrás de la taquilla, y lo digo sin acritud.

     Al parecer, la metáfora lanzada en mi último artículo ha levantado ampollas en más de un compañero, que rasgándose las vestiduras ha pretendido dejar claro, sin lograrlo, una honorable defensa del aficionado. Como es lógico, no debe llevarse al pie de la letra. Ir de rodillas, lo que se dice de rodillas, no debe hacerlo nadie ni por nada, salvo por Dios. Ahora bien, otra cuestión es no luchar hasta las últimas consecuencias por un sueño, una ilusión convertida en realidad: traer a los mejores a nuestra plaza continuando un impecable legado. ¿Indigno es reducirse honorarios en pro de este fin? Ni mucho menos; es más honorable perder para ganar si es que se logra traer a las dos máximas figuras a nuestra plaza. No se olviden, hablamos de traer a los más preparados e ilusionantes del panorama taurino español: José Tomás y El Juli, tanto monta.

     Indigno y mediocre es el conformismo dentro de una jaula de oro convertida en una monumental plaza de toros sin exigir lo extraordinario, lo sublime. Algunos son incapaces de ver que son edificios ilustres pero sin alma, pues el alma la ponen ellos, pues habita en los artistas que por estas piedras desfilaron y desfilan en honor de una profesión de admirables maestros del arte de salvar la muerte. Todos los cosos taurinos son lo que son por los que bañaron de sangre y gloria sus arenas, no por los que lo regentaron, ni siquiera por los que lo vieron como una hoguera arder de éxtasis tras una faena para la historia. Por todo ello, exijo e imploro a los directores de estos grandes teatros que no sean parcos ni en palabras ni en metales y traigan de una puñetera vez a estos dos fuera de serie. Solo así lograrán su inmortalidad en la plaza una vez más, los unos y los otros.

     Los toreros no son ‘cajas de pescao’, dijo Curro, y por eso se fue. Lástima de empresarios que no quieran ver la grandeza de su plaza iluminada por el arte y figura celestial de estos dos grandes maestros que el pueblo aclama tarde tras tarde. Los empresarios lo saben, es nuestra hora. Estamos a tiempo de exigir el todo por el todo, pues dentro de dos semanas el temporal informativo habrá cesado; ya se sabrán las combinaciones mas destacadas, los ausentes… en definitiva la temporada quedará prácticamente cerrada sin remedio ni enmienda posible.

     El cartel está en la calle. En él se nos aparece un Belmonte serio, y bajo su estampa, una frase: ‘Toros en Sevilla 2013’. Me pregunto: ¿los carteles estarán a su altura? Imposible, el Pasmo fue único y sólo si están aquellos que mitificamos, el cartel estará completo y Cortés podrá sentirse orgulloso de su magnífica obra inspirada en aquel otro encargado a Ruano Llopis por Eduardo Pagés, apoderado y empresario del maestro trianero en el día de su reaparición de 1934. Cartel que fue utilizado en la inauguracion oficial de la plaza de toros de Las Ventas el 21 de octubre de 1934. Para este viaje no hacía falta tanta alforjas. En el cartel original al menos tenía la media inmortal de Juan. Será entonces cuando un catalán nacionalista y taurino pueda gritar sin complejos desde el Lope de Vega aquello convertido en un clásico de: «¡A los toros!».


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