«…La fascinación que el toreo despierta ha contagiado a jóvenes aficionados, y no tan jóvenes, que recurren a su práctica para experimentar nuevas sensaciones. Quienes son capaces de vencer el miedo perciben de inmediato una realidad inquietante imposible de compartir…”
Manuel Viera.-
Nacieron como algo más que un simple divertimento para mostrarles la novedad y el asombro de estar allí. De ponerles delante de un animal bravo. Y así andan creando el tejido de la continuidad de la afición. Uno de sus logros es, sin duda, la fascinante forma de hacer sentir el toreo practicándolo, transformándolo en sensibilidad y emoción. Haciéndolos intérpretes de este nuevo e impactante fenómeno. De ahí el crecimiento y protagonismo que hoy adquieren estos clubes o escuelas de aficionados prácticos taurinos en Sevilla y su provincia.
La fascinación que el toreo despierta ha contagiado a jóvenes aficionados, y no tan jóvenes, que recurren a su práctica para experimentar nuevas sensaciones. Quienes son capaces de vencer el miedo perciben de inmediato una realidad inquietante imposible de compartir. Trascienden los límites del valor que sus mentes les impone y emulan al torero que siempre quisieron ser. Con cautela empiezan y envalentonados terminan mientras persiste la seducción.
A esta afición desbordada con sentido del toreo se le incrementan los contenidos de conceptos con definidos cursos de Tauromaquia en escogidas instalaciones que invitan a ejercer con precisa técnica el toreo de salón, con asesoramiento en la práctica del tentadero, con visitas al campo bravo y charlas que explican a la perfección métodos y destrezas. Después, incidirán en su aspecto imaginativo y expresarán su concepto delante de un añojo o un eral, porque, en el fondo, cada uno tiene vocación de torero. Hay siempre en estos practicantes del toreo una búsqueda de lo desconocido, al mismo tiempo que celebran el placer de lo real. Del peligro. Mezclándolo necesariamente con la ilusión de ser o la apariencia de estar. De conseguir penetrar en este atrayente mundo dejándose llevar por el sentimiento.
No es de extrañar que el toreo les interese, aunque no en el mismo sentido del que quiere hacer de él su vida. A estos aficionados prácticos taurinos sólo les atrae la sensación inolvidable de estar delante, la emoción de poderle a la embestida. Lo hacen con prudencia, pero se arriesgan a lo que sienten. Con qué deleite vuelven al campo hermanados en su sola condición de aficionados. De ahí su honestidad. Quizá para algunos ya no sea un sueño, sí una realidad. Torear.
*Manuel Viera es redactor y responsable de las crónicas de Sevilla Taurina, así como colaborador taurino de Punto Radio en Sevilla y Utrera. (manuelviera.com).