Coronó la temporada en la Maestranza con un triunfo que pudo ser de Puerta del Príncipe si el acero hace su efecto en tiempo y sitio. No obstante, Antonio Nazaré, generó pasiones el pasado 12 de octubre y alcanzó posiciones en la línea de salida del próximo año taurino. Quizá, una nueva plaza en vagón de primera le lleve al deseado destino.
Manuel Viera.-
Con unas formas muy puras, muy por abajo, muy hacia atrás, supo avalar un toreo marcado por la calidad y hecho y dicho con verdadero convencimiento. La faena al gran toro de Pereda fue un dechado de equilibrio donde el toreo al natural se convirtió en formidable obra, distinta a lo esperado, solemne y de resultado conmovedor. «Lo ocurrido en Sevilla ha sido fundamental. Casi todo salió como esperaba. Toreé muy a gusto a un gran toro. Pero esto es así. Todo es cuestión de unos escasos centímetros, de sitio exacto, de que el estoque haga diana, de que el toro salga rodado sin puntilla. Si esto sucede al final la ansiada puerta no se me escapa». El torero sevillano Antonio Nazaré no se obsesiona en tener o no tener suerte, pero sí la cree necesaria. «Me faltó ese puntito de suerte. Aún no me deja dormir no haber firmado un toreo tan ambicioso como auténtico».
Al golpe de naturales esculpió una faena con la que resumió con brillantez un toreo dirigido directamente a lo sensible y a lo conmovedor. Un toreo con el que dice buscar la pureza. «Quiero hacerlo todo muy auténtico, torear por abajo, enganchando la embestida con las telas muy adelantadas para llevarla después muy atrás, muy hacia adentro. Es lo que me gusta y es lo que siento delante del toro». Nazaré, a pesar de la corta e injusta temporada tras su buen hacer en Sevilla, Madrid y Pamplona, no se queja del trato de las empresas. «Las cosas están ahora así y así hay que entenderlo. Es verdad que mi triunfo en la Feria de Abril, mi digna actuación en Las Ventas de Madrid y mi buena tarde en Pamplona merecía algo más de ocho corridas de toros en la temporada, pero es lo que hay y así funciona esto. Además, la crisis ha hecho estragos en la organización de festejos en plaza de tercera, la disminución de espectáculos ha sido considerable, y eso ha sido muy perjudicial para los que aún no estamos en las alturas del escalafón. Hubiese sumado alguna que otra corrida si me hubiese dejado llevar por mi afán de torear porque sí, pero quiero plantearme mi profesión con decoro y, a veces, no se puede aceptar todo lo que te proponen».
Con resultados tan convincentes el teléfono no le ha sonado como debería haberlo hecho y la demora en lo posibles nuevos contratos se le ha hecho eterna. «Es verdad que se me ha hecho muy duro la espera, pero yo estoy verdaderamente convencido que muy pronto se va a acabar. Yo sigo entrenando y preparándome cada día con toda mi ilusión porque sé que ese otro día con el que sueño tiene que llegar. Estoy muy mentalizado para ello. Cada nueva tarde será una nueva oportunidad, y no la voy a dejar de aprovechar».
Al diestro de Dos Hermanas no le faltan ganas para viajar a tierras americanas para seguir sintiéndose torero en aquellas plazas. «Me gustaría torear en América, pero este invierno no será posible. Aquí lo aprovecharé a tope para estar muy dispuesto para la primera ocasión que se me presenta en la nueva temporada española». Un nuevo año taurino en el que seguirá con su apoderado Emilio Moreno. «Si las cosas se hacen bien y ambos, padre e hijo, han apostado por mí, ¿para qué cambiar? Yo estoy muy satisfecho, pese a la escasez de contratos, con lo que he toreado. Han sido ocho corridas de toros de las cuales seis las he lidiado en plazas de primera. Ha sido una temporada corta, pero también apasionada»,
Antonio Nazaré coronó con un nuevo triunfo la última corrida de la temporada de toros en la Maestranza. El tren le espera ya para comenzar de nuevo a viajar, y una nueva plaza en vagón de primera le lleve a su deseado y soñado destino.