REAL MAESTRANZA - 1ª Feria San Miguel

Una marea de inválidos

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Gonzalo Caballero ha cortado una oreja en la novillada de apertura del ciclo de San Miguel en la Maestranza. Tomás Angulo ha dado una vuelta al ruedo, y Rafael Cerro ha sido silenciado en sus dos novillos. Los utreros de Juan Pedro Domecq, bien presentados aunque de diferentes hechuras, han adolecido de fuerzas y casta. 

LA FICHA

NOVILLOS: Se han lidiado novillos de Juan Pedro Domecq, bien presentados aunque desiguales en hechuras, inválidos y descastados. Destacó el sexto por nobleza y calidad de sus embestidas.

NOVILLEROS: -Rafael Cerro (de celeste y oro), silencio y silencio tras aviso.

-Tomás Angulo (de verde y oro), silencio tras aviso y vuelta al ruedo.
Gonzalo Caballero (de burdeos y oro), silencio tras aviso y una oreja.
 
CUADRILLAS: Saludó tras banderillear al sexto Curro Robles. Destacó en la brega del quinto Jesús González ‘El Suso’.
 
INCIDENCIAS: Media plaza.


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La calurosa tarde septembrina fue de bostezo, del más cansino de los aburrimientos, donde la cantidad de pases se fue convirtiendo en una variable tanto o más importante que la calidad


Manuel Viera.-

     Podría aparecer oportunista dada la situación en el ruedo, pero no lo es. El asunto tiene mandanga. Ante el panorama de novillos inválidos el resultado ha sido tan raquítico que cuatro líneas, y no más, valen para documentar la tarde. Porque ni los descastados pupilos de Juan Pedro Domecq ni la terna actuante se pusieron de acuerdo. Ni los bien presentados utreros ni los ‘triunfadores’ de la temporada en la Maestranza hicieron gala de su prestigio. La marea de inválidos debió anegar la conciencia de quien lo permitió. Y esto sí es una estocada en los bajos que hiere sensibilidades. Un virus que infecta los sueños de los que pagan para ver y sentir el toreo. Una puñalada trapera a la afición que aún queda. Una putada.

     Porque hasta el sexto, la calurosa tarde septembrina fue de bostezo, del más cansino de los aburrimientos, donde la cantidad de pases se fue convirtiendo en una variable tanto o más importante que la calidad. Cuanto más pases se daban, sin alma ni convicción, más difícil resultaba producir la deseada efervescencia en los tendidos. No la hubo hasta la salida de sexto.

     Fue este más novillo que toro por hechuras, los cinco anteriores bien podrían valer para corrida de toros en cualquier plaza de provincia. Nobles como ellos solos, pero sosos hasta decir basta y sin un atisbo de calidad en su cortas embestidas. Fue el sexto, además, un buen novillo, con el que Gonzalo Caballero se motivó. Lo citó con la muleta plegada desde los medios, adelantándose hasta el tercio para provocar la arrancada, se coloca mal, y al tercer forzado natural lo voltea sin remisión y sin consecuencias. Fue con la templada derecha con la que elevó la nota de una faena merecedora de completar con la izquierda. Parcial y correcta, pero con algunos altibajos al natural, fue epilogada con bernardinas ajustadas y una estocada con la que provocó la petición del benévolo apéndice que se le concedió.

     Con el descastado y parado tercero no le quedó otra que acortar las distancias e intentar el arrimón. Ni eso fue suficiente para justificar una insulsa actuación que se quedó sin firmar con la espada.


Ni los descastados pupilos de Juan Pedro Domecq ni la terna actuante se pusieron de acuerdo. Ni los bien presentados utreros ni los ‘triunfadores’ de la temporada en la Maestranza hicieron gala de su prestigio 


 

     Tomás Angulo despertó el interés con un par de lentos y largos naturales trazados al quinto, aunque la inspiración no alzó el vuelo a la misma altura con la derecha. Se esfumó la escasa movilidad del novillo y acabó el deseo de triunfo que no llegó pese al fenomenal espadazo con el que lo finiquitó. Sus partidarios le ovacionaron con fuerza y le obligaron a pasear el ruedo. Con el inválido quinto no pasó de probaturas e intentos por mantenerlo en pie. La estocada, lo mejor.

     Lo mejor de Rafael Cerro ha sido su capote. Lo manejó despacio para recibir al primero y lo movió con ritmo a la verónica para saludar al cuarto. Después todo se diluyó. Todo pareció anodino y vulgar con el descastado y flojo primero. Muletazos cortos, algún que otro detalle en el pase por bajo, pero sin motivación. Con el blando cuarto, parado y a la defensiva, tras un inicio de hinojos prometedor, no pasó de dibujar algún que otro natural sin alma. Con la espada muy mal. 


AL NATURAL

Otro fracaso

Francisco Mateos.-

     En este mismo último recuadro en la anterior novillada titulaba ‘Fracaso’; hoy tiene que ser reiterativo: ‘Otro fracaso’. En la anterior novillada se lidiaban novillos de la prestigiosa ganadería de Victoriano del Río, y hoy de la también reconocida de Juan Pedro Domecq. Y ambas fueron un fracaso, además de que los novilleros no estuvieron en eso, ‘en novillero’. ¿Cómo es posible que de doce novillos sólo uno -el sexto de hoy- sea destacable de tan vitoreadas ganaderías? Como los aficionados comentan en los corrillos de la Puerta del Príncipe, anunciar toros o novillos de una ganadería de prestigio no significa seguridad de buen juego. Queda la duda de si se está pagando a buen precio por parte de la empresa los novillos que vienen a la Maestranza, de forma que los ganaderos envíen lo mejor de lo mejor de sus novilladas. Y tampoco los novilleros han confirmado lo que deberían confirmar, conformándose con las buenas maneras y sin atropellar la razón si hace falta. Si estos son los mejores de la novillería andante, la cosa pinta bastante mal. Y el presidente, Julián Salguero, mal también, alineándose con la empresa para no devolver novillos inválidos que provocaban la desesperación de la media placita de asistente y concediendo una oreja de escaso nivel para la Maestranza.

     El mes de septiembre -tres festejos, tres fracasos- comienza muy torcido en la Maestranza. La corrida de final de temporada del 12 de octubre no está en el nivel deseado para esa fecha. Manzanares parece ser seria duda para el domingo tras lesionarse hoy en Logroño… A ver cómo acaba la temporada en Sevilla.

 


LA VOZ DEL ABONADO

Seis piltrafas, seis

Unión Taurina de Abonados de Sevilla.-

     Piltrafa, entre otras acepciones, dícese de la persona o cosa que se encuentra en muy mal estado. Este concepto podría aplicarse en la tarde de hoy en la Maestranza a los seis ejemplares a los cuales aún llaman novillos-toros que se han lidiado. La ganadería de Juan Pedro se encuentra en tal mal estado que lo mejor sería mandarla toda ella al matadero y empezar de nuevo.

     La empresa vuelve a tropezar en la misma piedra ofreciendo un producto torista infumable. Los novilleros aceptan acartelarse con estos animalejos que sólo tienen de novillos su fachada exterior, pero que adolecen de cualquier virtud que al menos les asemejen a esos animales que deseamos los aficionados para plantear batalla que derive en la emoción propia de nuestra Fiesta.

     Esa expresión que muchos de los que escriben y viven de esto de lo taurino dicen sobre el toro ‘que se dejó’, esta tarde tampoco ni podría aplicarse, porque fue tan poca la casta y la fuerza de los novillos de Juan Pedro, que su comportamiento era lo más parecido a la conducta de una acémila que a un animal con raza y brío que plantea batalla como es el verdadero toro bravo. Con este material no es posible enjuiciar labor alguna de los jóvenes novilleros, si bien estos y casi todos los de esta época pecan de ofrecer el toreo comercial y repetitivo sin personalidad que le marcan los tiempos de hoy.

     Haciendo un esfuerzo para destacar algo positivo podemos reseñar la lidia de Jesús González ‘El Suso’ o los pares de banderillas de Curro Robles, porque la faena al sexto de Gonzalo Caballero, aunque premiada con una oreja sin petición mayoritaria, no fue nada relevante, si bien caló algo por la voltereta sufrida en el primer pase de muleta o por el empuje de la banda de Tejera que continúa en su labor de restar enteros al prestigio de la plaza.

     Insistimos una vez más en la ausencia de la suerte de varas y el escaso interés de los toreros en que su ejecución se ajuste a los cánones de una tauromaquia de verdad, No se puede consentir colocar los novillos entre las dos rayas. No se puede consentir que estos animales solamente aguantes varas simuladas agravadas en muchas ocasiones por su pésima ejecución. A los toreros les vale, pues nadie le protesta aquí en Sevilla. En Francia o Madrid no se atreven a tanta burla.

     Por último destacar una vez más la negativa actuación del presidente, Julián Salguero, que en su afán colaborador con el declive de la Fiesta no se atreve a devolver los tres primeros novillos, inválidos hasta la exasperación, además de conceder a Caballero en el sexto de la tarde una oreja de pueblo que en cierto modo se corresponde con el actual desprestigio de la plaza de toros de Sevilla.

 


GALERÍA GRÁFICA (www.lopez-matito.com)

El paseíllo. Rafael Cerro. Rafael Cerro.

Rafael Cerro.

Rafael Cerro.

Tomás Angulo.

Tomás Angulo. Tomás Angulo. Tomás Angulo.
Gonzalo Caballero. Gonzalo Caballero. Gonzalo Caballero.
Curro Robles. Gonzalo Caballero. Gonzalo Caballero.
Gonzalo Caballero. Gonzalo Caballero. Gonzalo Caballero.

Si le interesa alguna fotografía: 625 19 47 69 o diríjase a eduardo@lopez-matito.com

 


OTRAS IMÁGENES (Javier Martínez)

Antonio Punta, Daniel Luque -que torea mañana- y Santiago Ellauri. Una bocana y escalera de acceso a los tendidos del coso maestrante. Aula Taurina y Tertulia Taurina Universitaria en el palco maestrante.

El cielo sevillano a través de un ventanal de la Maestranza.

Escaleras de los pasillos interiores de la plaza de la Maestranza.

Un grupo de trabajadores de la empresa y, además, buenos aficionados.

Pero el cemento -o el ladrillo en el caso de Sevilla- sigue siendo desagradable noticia. Apenas media plaza han reunido los novilleros 'triunfadores' del año. El diestro Ortega Cano, apoderado del extremeño Rafael Cerro, en el callejón.
Tarde muy calurosa en Sevilla. Ramón Valencia y Juan Pedro Domecq. Gonzalo Caballero homenajea a Pepe Luis.

Rafael Cerro.

Tomás Angulo.

Gonzalo Caballero.

 


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