El alumno de la Escuela Taurina de Camas, Jesús Álvarez, ha dado la única vuelta al ruedo en una noche de escaso contenido taurino sobre el ruedo. Posadas de Maravillas y Juan de Castilla fueron ovacionados tras la lidia de chicos, flojos y descastados erales de la ganadería de Marcos Núñez.
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Manuel Viera.-
No faltó el ambiente alegre y festero en los tendidos, pero sí el toreo. La calurosa noche de julio sevillana volvió casi a llenar la Maestranza de una gente ilusionada con sus toreros, y cargada de refrescantes bebidas y exquisitas viandas para llevar a cabo un tapeo que se ha hecho tradicional e indispensable. La ‘fiesta’ estaba arriba; abajo sólo las ganas de agradar de una terna demasiado inexperta en una función cansina donde el juego de la chica y complicada, por descastada, novillada de Marcos Núñez menguó los deseos.
Al empeño de estos principiantes se aúna al ansia de querer y no poder con la complejidad de las embestidas, y todo ello acaba por crear un conglomerado de matices que frenan las firmes voluntades. Es más, el resultado final viene dado a través de una peculiar desnudez mental que a veces pone en evidencia a estos que quieren sin poder. Quizá por esto las faenas se alargan con gran cantidad de pases estandarizados que se trazan al son del pasodoble torero ante la indiferencia de un público que en las gradas se lo pasa en grande.
Así que voluntad, mucha voluntad, mostró el alumno de la Escuela Taurina de Camas con el noble primero, un eral de escasa fuerza, como casi todos los de Marcos Núñez, al que Jesús Álvarez le realizó un trasteo sin apreturas de sólo algún que otro natural destacable en el epílogo de la lidia. Mató mal y saludó mientras le ovacionaban. Sí fue capaz de atemperar algo más las embestidas del parado e inválido cuarto en una faena de muchos pases y escasa emoción. Quiso calentar aún mas el ambiente arriba con las obligadas y muy de moda bernardinas que, tras el contundente espadazo, le valieron para dar la única vuelta al ruedo de la noche.
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El extremeño de la Escuela Taurina de Badajoz, Posada de Maravillas, luce mejor expresividad con el capote que con la muleta. Con ambos erales mostró un toreo de capa medido, pausado y bien rematado. Sin embargo, a este aspirante de dinastía torera, la continuación pasó a ser poco concluyente. Con el noble segundo tuvo momentos de interés durante una faena embarullada en el inicio, y algo más hilvanada y pulseada en el final. Le faltó reposo a un trasteo donde dejó intuir su agradable concepto. Con los aceros se eternizó. Al quinto, un eral de escasa calidad en sus embestidas, le trazó infinidad de pases que carecieron de hondura y emoción. Esta vez entró la espada, y le agradecieron lo hecho con una ovación. |
Juan de Castilla es un colombiano que aspira a ser torero en la Escuela Taurina de Espartinas. Luce buenas maneras aunque las mostró sólo en escasos momentos. Al noble tercero le ejecutó una faena con la que apenas encontró su sitio, destacando un toreo de izquierda en el que el largo natural de mano baja fue argumento para la credibilidad de su toreo. Abusó de sus formas encimistas por un afán desmedido de mostrar valor y raza con el manso y rajado sexto, al que toreó al hilo de la tablas en un arrimón sin contenido. A ambos los finiquitó de estocadas.
AL NATURAL |
Cuidado
Francisco Mateos.-
Enorme el ambiente en la Maestranza. La relajación a la hora de ‘revisar’ las neveras que las pandillas de jóvenes y familias introducen a la plaza para ‘cenar’ mientras ven el festejo de promoción ha merecido la pena. La gente ha vuelto en masa a la plaza. Los precios y el incentivo de cenar en la Maestranza viendo un festejo con tres chavales aspirantes a toreros han logrado una combinación muy buena para hacer atractivo ir al coso sevillano a pandillas de jóvenes y familias al completo. Y esa permisividad lógica para dejar acceder a las pandillas con sus fiambreras, botellas y latas de bebidas no han supuesto, en modo alguno, incidencias. ¡No somos cafres, por Dios!
Donde sí se han de extremar los cuidads es en el propio espectáculo en sí; y eso es responsabilidad única de la empresa. No podemos cometer fallos, no podemos permitirnos -con la que está cayendo- el lujo de perder a ninguno des estos jóvenes que se acercan a la Maestranza en las nocturnas de promoción. Para muchos de ellos es su primer contacto con la Fiesta. Por eso, cuando todo marcha tan bien en las nocturnas de este año, no se entiende cómo ha permitido la empresa que se lidiaran estos eralitos de Marcos Núñez -al margen de su deslucido juego- tan mal presentada, chicos y feos. Todo parece medio encarrilado en estos festejos de promoción, que se consolidan con fuerza en el calendario taurino sevillano. Cuidemos por tanto los más mínimos detalles y búsquense erales con presencia, con su importancia. Lo de esta tarde no puede volver a ocurrir. Si es que se tiene interés en conservar estos festejos con la popularidad que ha alcanzado este año. De lo contrario, se corre el peligro de lo sucedido con el 15 de agosto y la pérdida de importancia del Corpus.
GALERÍA GRÁFICA (lopezmatito.com) |
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