El alumno de la Escuela de Tauromaquia de Sevilla ha cortado tres orejas y ha salido a hombros por la Puerta del Príncipe. Miguel Ángel León paseó un apéndice tras interesante faena a un buen novillo de Villamarta. Diego Llanos sólo fue ovacionado en su segundo tras discreto toreo.
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Manuel Viera.-
Noche de julio que parecía tarde de abril en la Maestranza. Tendidos de sol abarrotados por gente dispuesta al divertimento, y expectante ante un sevillano con hechuras de torero y maneras para serlo. Y allá, cerca de la medianoche, cuando la brisa del río acariciaba los rostros y refrescaba el ambiente, un joven vestido de blanco impoluto y oro brillante y parpadeante mostró el toreo presentándolo con la suculencia de la que sólo es capaz un paladar exquisito.
Lama de Góngora tocó las teclas con la mano izquierda de una despaciosa melodía para seducir con un toreo inspirado y endulzado por el ‘quejío’ quebrado del detalle y el adorno. El pase largo, despacioso, rematado y brillante justificó plenamente una faena hecha a base de hondos naturales con la que sometió la embestida del buen eral de Villamarta lidiado en sexto lugar, recreándose en un trasteo donde dominó el impecable trazo, la claridad de ideas y el gusto por lo auténtico. La duración del pase, a veces, se hizo eterna. Su ejecución en el desarrollo temporal parecía no tener fin. El lento movimiento adquiría una dimensión extraordinaria. Excelente visión de una tauromaquia atractiva, hilvanada y rematada que le augura un futuro prometedor. Este alumno de la Escuela de Tauromaquia de Sevilla dio anoche toda su dimensión de buen torero, con momentos inspirados y llenos de calidad. Tiene los tropiezos propios de su bisoñez, pero sus formas estuvieron a la altura que el oficio requiere. Mató con decisión, cortó dos orejas y en volandas se lo llevaron camino de la del Príncipe para hacer real el sueño de una historia cercana a su vida y a sus inquietudes.
Antes, con el complicado segundo, había mostrado más toreo lejos de la cara del novillo que cerca de él, ejecutando una faena más modesta pero con las mismas ambiciones. Salió trompicado tras la estocada, lo que hizo que sus seguidores pidieran, con más gritos que pañuelos al viento, el apéndice que una presidenta, poco objetiva, concedió.
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Miguel Ángel León le realizó al excelente y noble primero una faena de derecha medida, pausada, templada, ligada y en ocasiones interesante por su buen concepto, aunque su toreo resulta demasiado lineal y despegado. Tras la media estocada paseó una oreja. Con el cuarto lo dio todo: largas cambiadas de rodillas en el saludo inicial, y un comienzo de faena de pase cambiado por la espalda como prólogo del trasteo, para seguir hilvanado un toreo de muletazos diestros muy técnicos aunque con clara tendencia hacia fuera. Epilogó con bernardinas para pinchar antes de dejar la estocada. Le pidieron la oreja con fuerza, pero incomprensiblemente el palco, esta vez, dijo no. La bronca la escucharon en Gerena. |
Diego Llanos se mostró demasiado discreto durante toda la noche, dio muchos pases pero mostró escaso toreo. Al noble segundo le realizó una faena sin apreturas, más técnica que inspirada, y con el quinto se perdió entre voces para acompasar las embestidas y dibujar un puñados de pases lineales y sin ángel. Mató bien y salió a agradecer la ovación.
Los niños siempre han tenido un buen aliado en la fantasía, sin embargo, Lama de Góngora tuvo un maravilloso sueño que nada tenía que ver con lo fantástico. Esta noche lo ha hecho realidad.
AL NATURAL |
El sueño
Francisco Mateos.-
Me recordaba la estampa de la salida años atrás de la Virgen del Rocío, con los bandazos a derecha e izquierda, y los izados arriba y abajo. Así sacaron a hombros por la Puerta del Príncipe a Paco Lama (me gusta más que lo de Lama de Góngora) los muchos amigos que tiene en su ciudad. Menuda paliza le dieron al delgaducho chaval. Los amigos no querían un recuerdo de su ‘vestío’, sino auténticos retales. En cada intento de arrancarle un trozo del ‘vestío’, espaldazo que se daba hacía atrás Paco Lama. Lógicamente, eso hace aún más emotiva de recordar para el chaval el momento mágico y soñado de atravesar la Puerta del Príncipe. Y no se contentaron los muchos jóvenes que le rodeaban de llevarlo hasta el exterior de la plaza, sino que tornaron hacia la placita de esquina donde está la eterna figura de Curro en bronce y quisieron pasar por ella, en señal de reconocimiento al maestro, y enfilaron la calle Antonia Díaz hacia Adriano, parando el tráfico y sorprendiendo con esa antigua estampa a los que se agolpaban en terrazas de bares cenando. Y así lo llevaron, en hombros, hasta el hotel. Lama se llevó un revolcón en el ruedo, pero lo que le dolerá será seguro el enorme revolcón –bendito revolcón- que se llevó de parte de sus amigos en la salida a hombros.
Me alegro por el chaval, del que conozco su afición y porque realmente tiene un estilo y clase que le distingue de los demás. Me alegro por Sevilla, porque puede tener en proyecto otro torero interesante. Me alegro por la Escuela de Tauromaquia de Sevilla, que en muchos años de trabajo ha dado escasos toreros interesantes. Y me alegro por Luis de Pauloba, profesor de la Escuela y especialmente volcado en la preparación de Paco Lama, y que disfrutó de su salida a hombros como si hubiera sido él quien lo hubiera conseguido.
Y dos apuntes para el remate de la media: la empresa parece que ha levantado el acelerador de la presión de vigilancia sobre las neveras que introducen en estas nocturnas las pandillas de chavales y familias. Bien hecho. Se ven más botellines de cristal, más latas, y no pasa absolutamente nada. La gente del toro es de las más cívicas que puedan existir. Y de la mano de estas facilidades para incentivar la asistencia a la plaza, la gran entrada registrada hoy: casi todo el sol (media plaza) estaba lleno. En total, casi tres cuartos de plaza, mucho más que durante la mitad de la Feria de Abril. Reflexión al canto, aunque sean dos espectáculos completamente distintos: revisión de la política de precios y hacer el espectáculo más atractivo para el gran público.
Y el último apunte para lo único malo de la noche: nuestra bien conocida presidenta, Anabel Moreno. Tras conceder una oreja bastante benévola a Paco Lama en el tercero, al sevillano Miguel Ángel León se la negó en el cuarto (ya había cortado una en el primero), cuando la plaza la pedía de forma claramente mayoritaria. Una vez más, Anabel contra todos. Aplicar la misma rigidez y vara de medir de la Feria de Abril a estos festejos de promoción (¡oiga, Anabel: de pro-mo-ci-ón!) está desfasado y fuera de todo lugar. Se ganó a pulso la enorme bronca de la noche. Pero pensará ella que es mejor aficionada desde esa atalaya del palco de ‘autoridad’ que los mindundis estos que vienen de cena a la Maestranza una vez al año. Y de paso soy de nuevo protagonista y le robo un segundo trofeo a un chaval cargado de ilusiones que se iría llorando. Si así ella es feliz, que lo disfrute.
DESDE EL TENDIDO |
Se llama Lama de Góngora
Ignacio Sánchez-Mejías.-
El debut de este torero en Sevilla venía precedido del ‘runrún’ de los aficionados que lo habían visto y que hablaban maravillas de él. Esta noche pudo confirmar todas las expectativas creadas y ahora seremos muchos más aficionados los que contemos cómo torea este Lama de Góngora, que abrió la Puerta del Príncipe después de demostrar cómo se puede torear con temple y gusto a dos novillos diferentes en juego. Hay torero.
Hacía 18 años que un novillero sin caballos no salía a hombros de Sevilla, por tanto, estamos ante un hecho poco frecuente. Es raro que un novel arrebate a la gente de esta manera, pero es que su toreo es muy del gusto de aquí, muy estético, y se entiende que haya caído de pie. Enhorabuena. También hay que felicitar al ganadero, Villamarta trajo cuatro animales que propiciaban el lucimiento de sus matadores.
También hay que felicitar a la organización por el éxito de gente. Si les digo que los tendidos de sol estaban casi llenos y con un casi muy cortito, no me van a creer, pero es así. Mucha mejor entrada no ya que en las novilladas con caballos sino que en muchas corridas del abono. Cuando las cosas se hacen bien, la gente responde. Buen horario, precios asequibles y libertad de entrada de comidas y bebidas han hecho que familias enteras y pandillas de jóvenes pueblen los tendidos. Hasta la prensa local hace su reunión con viandas incluidas. Mis emparedados caseros también estuvieron a la altura de la noche, según cuatro comensales, y la cerveza a esa hora, se pueden ustedes imaginar cómo sienta. Noche redonda para la empresa, para la afición, para el ganadero y para los toreros. Hay futuro.
*Publicado en ABC-Sevilla.
GALERÍA GRÁFICA (lopezmatito.com) |
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