«… Estar en los toros, por lo visto, es más importante que estar en el Consejo de Ministros o en la junta general de Endesa. Aunque yo creo que muchos van a los toros sólo para presumir diciéndote que están en los toros cuando los llamas por el móvil. Yo, que soy abonado de sillón de tendido de mi salita por Canal Plus Toros, estoy haciendo el canelo….»
Antonio Burgos.-
Días de Feria y de toros. No sé en otras plazas importantes, en Madrid o en Pamplona, pero en Sevilla, será por la crisis, cada vez se oyen menos teléfonos móviles. Cuando es la plaza donde más se deberían de oir los inoportunos telefoninos, dados los tan litúrgicos como tópicos silencios de Sevilla, donde más traga la afición del mundo, anda que no traga ná, sin rechistar, todo lo que le echen, sin que se oiga una mosca de un silbido. Y estos días de Feria y de toros son fechas de coger el Ave para ir a Sevilla. A efectos de que se entere todo el mundo de que se ha ido. Compruébenlo a través de ese observatorio de la vida cotidiana que son los usos y costumbres del teléfono móvil. Tú llamas a un amigo y le preguntas la que se ha convertido en formula de cortesía casi obligada para una llamada por el móvil:
–«¿Puedes hablar o te llamo más tarde?»
Fórmula de cortesía a la que un tío ordinario que hay en Sevilla, más basto que una bufanda de esparto, contesta siempre con el siguiente borderío:
-«No, puedes hablar todo lo que quieras. ¡Estoy cagando!»
Salvo esta excepción del borde hispalense de cuyo nombre no debo acordarme, a quien llamas y le haces la pregunta de urbanidad telefónica te suele contestar:
–«Habla, habla…»
Excepto si está en los toros. En la ruptura de la intimidad que significa el teléfono móvil, yo he llamado a consejeros delegados que estaban en una reunión importantísima de su compañía y me han respondido y atendido. He llamado a ministros que estaban a punto de entrar en el Consejo de los viernes y me han contestado perfectamente. Nunca me han dicho dónde estaban, en qué sitios tan importantes. Pero si el señor al que llamas está en los toros y en Sevilla, es que no falla. Con voz muy bajita, como si estuviera retransmitiendo por la radio la salida de la Hermandad del Silencio en la Madrugada, te dice:
–«Estoy en los toros, luego te llamo»
Estar en los toros, por lo visto, es más importante que estar en el Consejo de Ministros o en la junta general de Endesa. Aunque yo creo que muchos van a los toros sólo para presumir diciéndote que están en los toros cuando los llamas por el móvil. Yo, que soy abonado de sillón de tendido de mi salita por Canal Plus Toros, estoy haciendo el canelo. Cuando alguien me llame al móvil entre 6 y 9 de la tarde, pondré voz de primera fila de barrera y le diré:
-«No te puedo hablar ahora, estoy en los toros»
Y si al fondo de la salita se oye el ‘miau’ de alguno de mis gatos, pues mayor verosimilitud tendrá mi roneo de que estoy en la plaza del Arenal y que me he gastado un pastón para ver a Manzanares. Total, en Sevilla están echando toros que muchos de ellos hasta podían berrear con un ‘miau’, de gatunos que son.
Y hay otro sitio estos días que la gente te dice obligatoriamente que está allí si los llamas: el Ave. Llamas a la gente que está en Barajas o en El Prat, y no te dice que va a coger el avión o que acaba de dejarlo. Pero llamas a uno que vaya por Puertollano, oyendo al cretino de turno que dice la patochada obligada de que ni es puerto ni es llano, y no falla. Te dice inmediatamente:
-Voy en el Ave…
¿Y a mí que carajo me importa que vayas en el Ave, joé, o en el coche de San Fernando? Pero no acaba ahí la cosa. Te añaden para darse más cuento todavía:
-«Es que voy a los toros a Sevilla, para ver a Manzanares»
Y para que cuando los llames mañana tarde puedan decirte: «Estoy en los toros».
*Antonio Burgos es escritor y periodista sevillano. / Publicado en ABC-Sevilla.