El diestro murciano Rafaelillo ha dado una vuelta al ruedo tras lidiar el quinto toro de una mansa, descastada y floja corrida de Miura. José Luis Moreno ha sido ovacionado en sus dos toros. Serafín Marín, desconfiado e inseguro, ha sido silenciado tras finiquitar a sus dos oponentes.
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Manuel Viera.-
Ayer, Miura siempre fue sinónimo de peligro. Las secuelas que dejaron los toros de ‘Zahariche’ en dramáticas y épicas tardes obligaban al que tenía que lidiarlos al repliegue involuntario. A un medio ejercicio de prudencia que le hacía situarse en la retaguardia para ejecutar un toreo de formas muy distinta al que le definía. Y aunque las comparaciones con el pasado son odiosas, hoy, Miura, es otra cosa. Otra realidad. La realidad del toro de la modernidad y no el de ayer. La del toro ayuno de casta y fuerza que deambula a su aire por el ruedo con la única sensación de peligro que la de su defensa para no embestir. Salen, le meten puya por costumbre, por miedo, y… se paran, se caen… Toros de estampa antigua, feos, grandullones, destartalados y flojos… y hasta poco serios de cara y pitones.
Así fueron los toros de Miura que esta tarde salieron al ruedo de la Maestranza en la tradicional corrida que puso fin al ciclo continuado de Feria de Abril. Y así, ni surgió la emoción de la épica ante el bicho que amenaza, ni la emoción del toreo. Ni para lo uno ni para lo otro sirvieron. Hasta Rafaelillo tuvo que hacerse un toro a imagen y semejanza para intentarle cortar la oreja que al final no llegó.
El quinto fue un toro flojo que se dejó sin picar tras lucirse, Rafaelillo, con dos largas cambiadas de rodillas y unas buenas verónicas. Sin humillar y con cansino trote acudió al cite del murciano que, con su personal estilo y experiencia con este tipo de toros, ‘vendió’ a la perfección una faena de izquierda de largos muletazos en línea, emotivos cambios de manos y pases por bajo, epilogando el trasteo con dos series al natural rematadas con toreros adornos. Con tan deseado toreo calentó la helada temperatura ambiente, por el sufrible frío de invierno reinante en la plaza, y motivó a un publicó dispuesto a concederle el merecido apéndice. Se tiró en rectitud con enorme valor y pinchó. Una lástima.
Con el ‘mulo’ segundo, manso, descastado y parado, le fue imposible, pese a su denodado esfuerzo, hacerlo pasar ni a derecha ni a izquierda. Con valor y habilidad lo finiquitó de estocada trasera y descabello.
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José Luis Moreno pudo sufrir un grave percance al perderle la cara al cuarto, otro manso morlaco que se negó a pasar. Antes le habían pegado en varas como a ninguno y… se paró a la defensiva sin que el torero de Dos Torres lograra darle un solo muletazo. Ya digo, tras unos de los intentos, perdió su mirada y se lo echó a los lomos en espeluznante voltereta. También le ‘avisó’ que iría a su caza al entrar a matar, y así lo hizo en el primer intento de una suerte sudada y trabajada para, por fin, mandarlo al desolladero. Al primero, largo como un tren, soso, sin humillar y de embestidas distraídas, le costó un mundo bajar la mano en una faena que transcurrió monótona y anodina. Tras la estocada le ovacionaron. |
A Serafín Marín le devolvieron el tercero por inválido, y en su lugar salió un sobrero del Conde de la Maza, serio y de complicadas embestidas, al que había que poderle con seguridad e intenciones. Muchas más de las que mostró el diestro catalán que, desconfiado y con dificultad, fue dando pases desconexos sin atisbo de poder resolver. La estocada cayó baja.
Con el flojo y descastado sexto le vino el ánimo en un final de faena de pases diestros que le sirvieron para recrearse en un toreo donde dominaba más la voluntad que la facultad de emocionar. Media estocada y el silencio de un público que abandonó la plaza helado de frío y con enorme decepción.
AL NATURAL |
¿Mantener la tradición?
Francisco Mateos.- Escaparse por dos veces de las cornamentas de un Miura en Sevilla es milagroso. José Luis Moreno puede celebrar esta noche su nueva fecha de nacimiento. Impresionante cómo el toro levantaba el cuello y lo lanzaba, con qué fuerza. Y menos mal que el torero cordobés estuvo listo y rodó por el suelo buscando la huída de los pitones. Como si no hubiéramos tenido ya imágenes de espanto y horror por la mañana con el destripamiento del caballo de Rui Fernandes… ¡Vaya día! Y para intentar desafiar aún más a la suerte y la tragedia, un espontáneo que se lanza en el del Conde de la Maza sobrero con una cazadora a modo de capote… Creo que el alocado chico también puede dar gracias a Dios por estar íntegro a estas horas. De todos modos, la corrida de Miura ya no es lo que era. Es cierto que hubo tensión, pero los toros miureños están faltos de casta y de empuje, de fuerza. Esta ganadería sevillana se ha venido abajo. El públlico asiste con escaso interés a este cierre ferial. Cada vez es menor el aforo registrado. No es ya tarde de heroicidades y toreros maduros y curtidos en mil batallas para enjaretar esa ‘otra lidia’ que precisaban estos toros; ahora se le puede incluso hacer la ‘lidia moderna’ sin demasiados problemas. Realmente no sé si tiene sentido seguir manteniendo esta corrida denominada ‘tradicional’. También era tradicional el lunes de Guardiola, y pasó a mejor vida… O la corrida de la Virgen de los Reyes, que este año se la han cepillado los empresarios con el visto bueno de los maestrantes… O la corrida del Corpus, reconvertida en sólo una novillada esta temporada… ¿Será la de Miura del domingo ferial la próxima (tradición) en caer? |
PATIO DE ARRASTRE |
¡Un espontáneo!
Sixto Naranjo.- Que el toreo y sus circunstancias han cambiado es algo más que un hecho y una evidencia. Hoy en día en el mundo del toro se conoce todo casi al instante gracias a Internet: los portales taurinos, los blogs, las redes sociales como Facebook o Twitter. Se ha ganado en inmediatez pero se ha perdido en romanticismo. Por eso, a mucha gente ha extrañado que este domingo un hombre haya saltado durante la lidia del tercer toro de Miura a jugarse la vida sin vestir de luces. Un espontáneo. Algo atípico, es verdad, sin capote ni muleta, pero con ganas de ponerse delante de un toro. No es que defienda esta práctica, pero de toda la vida, los maletillas, los novilleros o los toreros que querían reivindicarse se lanzaban al ruedo para exponer a la desesperada sus argumentos. Durante unos segundos, la Real Maestranza ha recobrado una estampa añeja que nos ha devuelto a tiempos pasados. |
AMBITOTOROS |
Las últimas diez
Javier García Baquero.-
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LA CORRIDA, AL COMPÁS |
Tocata y fuga
Fernando Naranjo.- ¡Vamos! ¡Echad el cerrojo! ¿El cuajo va con el peso? De Dos Torres un ‘rubiacho’ |
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Y llegó desde el Segura Del Conde, con Maza y hacha, Hay que ver lo que parece |
GALERÍA GRÁFICA (lopezmatito.com) |
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GALERÍA GRÁFICA (Paco Díaz) |
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OTRAS IMÁGENES (Javier Martínez) |
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