Comienzo de temporada en la Maestranza

Se abre la Puerta del Príncipe

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Paseíllo en la Maestranza. (FOTO: Javier Martínez)
Paseíllo en la Maestranza. (FOTO: Javier Martínez)

«… Lo más bonito de este día sevillano es que, después del íntimo recogimiento de la Semana Santa, la ciudad se engalana de alegría, se pone guapa y parece como si recobrara su ilusión por la Fiesta de los toros. La Maestranza se viste de limpio, enjalbegada toda con ribetes de amarillo albero, y se dispone a ser escenario de una de las más bellas expresiones artísticas del ser humano…»

Antonio Lorca.-

     Mañana domingo 8 de abril se abren las puertas de la plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla para que aficionados y espectadores entren a tropel, asistan al paseíllo inaugural de la temporada y se sacudan -si los hados benignos de la Tauromaquia así lo tienen a bien- las telarañas de meses de ayuno y malos augurios.

     El Domingo de Resurrección, Sevilla viste de nuevo sus mejores galas, inicia su particular añoranza religiosa sobre las cofradías y convierte el Paseo de Colón en la carrera oficial que desemboca en la santa iglesia catedral de toreo, también conocida como la Maestranza.

     El cartel, como cada año por primavera, de lujo: toros de Juan Pedro Domecq para Morante de la Puebla, José María Manzanares y Daniel Luque. Y los ánimos, por todo lo alto; tanto es así que está garantizado el lleno en los tendidos y que volverá a lucir el deseado cartel de ‘No hay billetes’.

     Lo más bonito de este día sevillano es que, después del íntimo recogimiento de la Semana Santa, la ciudad se engalana de alegría, se pone guapa y parece como si recobrara su ilusión por la Fiesta de los toros. La Maestranza se viste de limpio, enjalbegada toda con ribetes de amarillo albero, y se dispone a ser escenario de una de las más bellas expresiones artísticas del ser humano. Una mezcla de colores y sensaciones es la antesala del pasodoble ‘Plaza de la Maestranza’, cuyas notas nos devuelven a recuerdos eternos y acompañan al primer paseíllo mientras los cuerpos se acomodan en los angostos tendidos y las almas se reconfortan ante el grandioso espectáculo que, al menos, en el deseo, está por llegar.

     Después, solo instantes después, será lo que tenga que ser, y el festejo habrá colmado o no nuestra esperanza, pero nadie podrá hurtarnos la felicidad que entraña la ilusión. Esa y no otra es la gracia del maestrante Domingo de Resurrección sevillano, un suceso que hay que vivir alguna vez para gozar de un edificio de una belleza sin par, de un gentío guapo y de una Fiesta que es un crisol de destellos inolvidables.

     Así es Sevilla, su Maestranza y la Tauromaquia hecha carne en esta tierra singular.

     ¡Qué pena que la realidad se empeñe en destruir los sueños…!

     Después del fogonazo de la corrida inaugural, un paréntesis hasta el viernes 13, día en el que una novillada de Fuente Ymbro será el primer festejo de un ciclo continuado que se prolongará hasta el domingo 29, en el que los toros de Miura pondrán el broche a la Feria de Abril.

     Los carteles no son atractivos; quizá los menos buenos de los últimos años. José Tomás insiste en su negativa en volver a Sevilla, de la que se despidió hace 10 años; y no estarán ni El Juli, ni Miguel Ángel Perera, ni Curro Díaz, entre otros. Y lo peor, abundan las combinaciones carentes del mínimo interés.

     Pero esa es la oscura y tenebrosa realidad que han creado los taurinos. Mejor que nos quedemos con el sueño: mañana domingo se abre la Puerta del Príncipe para que entren por ella los que ansían la emoción, y puedan salir a hombros de la gloria aquellos privilegiados que sean capaces de traerla al mundo.


*Antonio Lorca es periodista y escritor sevillano. / Publicado en el blog ‘Primer aviso’ del diario El Pais.


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