SEVILLA TAURINA ofrece al lector un recorrido por lo más destacado de la temporada taurina sevillana de 2011. En este primer bloque se analizan las actuaciones de los toreros que se anunciaron en la Feria de Abril, donde brillaron -a distancia del resto- Manzanares y El Juli.
Manuel Viera.-
La historia del toreo se explica con palabras, pero únicamente es posible entenderla a través de tardes como la del 30 de abril de 2011 en la Maestranza. Manzanares y ‘Arrojado’, un toro bravo, bien hecho, negro mulato y herrado con el número 217, se encontraron para seguir haciendo historia viva del toreo y de Sevilla. Eterna debería ser la vida del ‘núñezdelcuvillo’ en la dehesa gaditana, y eterna debería ser la magnífica obra de José María Manzanares marcada, desde aquel día, con el sello de la inmortalidad.
La antología de Manzanares al toro indultado, junto al perfil de consumado maestro que mostró El Juli en cada una de sus actuaciones con un toreo poderoso, técnicamente perfecto, ligado, refinado, auténtico y de contagiosa emoción que le supuso salir una vez más por la Puerta del Príncipe la tarde del 29 de abril, marcaron la Feria y un año taurino que merece ser recordado.
El diestro de Madrid, con mando en plaza, comenzó puntuando en el prólogo de Resurrección creciéndose con un complicado toro de Daniel Ruiz y embarcándose en una faena de mano extremadamente baja en la que la técnica y el valor encontraron su máxima manifestación en el natural. El Juli y Manzanares, que tras el indulto volvió a emocionar el 6 de mayo con los ‘jandillas’ al dibujar enormes derechazos y soberbios naturales en los que se pudo apreciar el pincel de quien aquella tarde dio unas cuantas vueltas por los caminos del arte, fueron los dueños absolutos del ciclo de abril colmándose ambos de gloria al salir en volandas por la mítica puerta maestrante.
También un sevillano supo decir el toreo la tarde de su doctorado. Esaú Fernández agarró con fuerza la oreja del buen toro de la alternativa y sumó una segunda del noble sexto de El Pilar tras ejecutar un trasteo con rigor y sin alivios. El Cid le cortó la oreja a un buen toro de Torreherberos tras una faena a derecha que no terminó de coger altura, mientras que Daniel Luque se la ‘arrancó’ a un manso aquerenciado en tablas tras una labor de mucho poder con la que bullían los tendidos de sol y aceptaban los de sombra.
Con dos soberbias verónicas la tarde del indulto, más un par de quites a los toros de El Pilar y algún que otro trazo con el carisma de un genio, saldó Morante una Feria en la que la suerte en los sorteos le dio la espalda. Puntuales fogonazos y chispazos de sentimiento de Oliva Soto con los flojos toros del Conde de la Maza. Con ellos Vilches dio la cara sin recibir nada a cambio, e Iván Fandiño expuso su enorme valor con los peores condesos. Antonio Barrera realizó una épica lidia a un complicado toro de Dolores Aguirre, con los que Alberto Aguilar se mostró firme y Salvador Cortés inédito. Sin embargo, el sevillano de Mairena del Aljarafe ejecutó una faena de altura a un toro de Victorino Martín en la corrida en la que Padilla brilló a la verónica y dio toda una lección de cómo se mata. La perfecta y contundente estocada tumbó al ‘victorino’ sin puntilla. Pinar y Tendero se estrellaron con la mansada de Alcurrucén. Ponce no pasó de técnico en su única comparecencia y Aparicio anduvo opaco y desconfiado.
Cayetano, sin demasiadas estridencias, exhibió su empaque y buen gusto en contadas ocasiones durante sus dos actuaciones. Perera abrevió con los mansos de El Ventorrillo y se pegó un arrimón de órdago con los descastados toros de Fuente Ymbro, corrida en la que Talavante dio una pequeña muestra de temple y ligazón con un manso de libro y Tejela sólo dejó pequeños apuntes al natural. La inspiración de Curro Díaz no encontró acomodo en la tarde en la que un pésimo toro de Manolo González le hirió de gravedad fracturándole el peroné tras atravesarle el gemelo. Juan Mora sólo pudo dejar toreros detalles, y El Fandi lo hizo como nadie con las banderillas. Rafaelillo se entregó sin cuento con los ‘miuras’ en épicas faenas. Corrida esta que le vino grande al mexicano Israel Téllez, que vio como le echaban un toro al corral, y en la que se mostró desconfiado el cordobés José Luis Moreno.
La única corrida suspendida por causa de la lluvia fue la del 1 de mayo, en la que Hermoso, Ventura y Leonardo Hernández daban lustre al cartel estrella de toreo a caballo. En la tradicional matinal del domingo de Feria un Antonio Domecq emocionado se despidió del toreo, y Rui Fernándes, Cartagena, Hernández y Palha cortaron oreja.
GALERÍA GRÁFICA (López-Matito) |
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