Un Juli antológico ha vuelto a revolucionar la Maestranza abriendo de par en par la Puerta del Príncipe. El madrileño ha cortado tres orejas tras dos faenas de distinto calado. Enrique Ponce se mostró técnico aunque no dejó satisfecho a nadie con su toreo falto de emoción. Cayetano sólo mostró empaque en aisladas ocasiones.
Manuel Viera.- Lo hecho por Julián López ‘El Juli’ esta tarde en la Maestranza ha sido una joya. Una obra de una belleza y encanto singular. Dentro de la pureza de estilo la faena al noble y buen toro segundo de Garcigrande poseyó una frescura fascinante. Momentos estelares con la diestra y magistral la versión del natural. El madrileño ha vuelto a mostrar su perfil de consumado maestro con un toreo poderoso, técnicamente perfecto, ligado, refinado, auténtico y de contagiosa emoción. |
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El Juli abordó la faena a su primer toro con el talento, la perfección técnica y la personalidad que le caracteriza. Ejecutó el natural con una grandeza que se puede calificar de sublime. Y además con la hondura y autenticidad que el público reclama. Con claridad de ideas y con un sentido del temple fuera de lo común. No se puede bajar la mano más que la baja el madrileño. Ni hacer el toreo con más verdad. Fue un trasteo de gran firmeza e intensa expresividad en cada uno de los muletazos. Fue una faena de envergadura reveladora del gran talento del torero de Madrid.
Ha sido una tarde en la que el sentimiento se hizo natural para cobrar vida en un mundo de sutilezas al límite de la expresividad. Hoy ha sido una tarde para recrearse en el mando que impuso Julián en ese puñado de pases diestros, largos, hondos, templados y de grandes remates. Uno de pecho fue único y, sin más, emocionante. Cambios de manos y adornos portentosos. Y esos naturales apasionados, lentísimos, largísimos, de muleta arrastra, parecían mostrar el milagro del toreo.
Lo hecho por Julián López ‘El Juli’ esta tarde en la Maestranza ha sido una joya. Una obra de una belleza y encanto singular. Momentos estelares con la diestra y magistral la versión del natural. El madrileño ha vuelto a mostrar su perfil de consumado maestro |
En suma, El Juli toreó. Lo hizo a la verónica de forma magistral. Lances auténticos cargados de verdad. La media en la réplica al quite de Cayetano fue antológica. La espada fue un cañón que se desvió del objetivo de manera insignificante. Dos orejas que nadie dudó en pedir y el palco en conceder. La única manera de encarar la lidia del soso, aunque noble, quinto y poderle a las desganadas embestidas fue una exhibición de técnica combinada con una sabiduría excepcional y unas ganas tremendas de terminar de abrir la ansiada puerta que conduce a la gloria. Volvió a torear de capa, a templar embestidas, a alargar naturales hasta el infinito, a bajar la mano, a cambiar de derecha a izquierda, a adornarse con excelsos pases por bajo y de trinchera, a… jugar con el toro para su disfrute y el de los que lo vieron. El Juli cumplió con estos requisitos, y aunque pinchó antes de la contundente estocada, el juego funcionó con excelente resultado: abrir de par en par la deseada Puerta del Príncipe. |
La tarde fue de, y para, el torero de Madrid. Porque Enrique Ponce con ambos toros nobles y sosos se limitó a poner en práctica su sapiencia y depurada técnica. Con el primero, un toro de nula transmisión en la muleta, se esforzó con un toreo a media altura sin una pizca de emoción. Muletazos a derecha e izquierda perfectamente dibujados, aunque discontinuos, que no sirvieron para entonar una faena sin demasiado contenido que quedó, además, sin firmar con la espada. Con el noble y parado cuarto pareció impotente ante las cansinas embestidas del toro de Garcigrande. Como si no estuviera convencido de lo que hacía. Muy desajustado y con continuos enganchones no dejó a nadie satisfecho. Mató mal y se fue de Sevilla y de su feria cabizbajo y en silencio.
Cayetano tan sólo plasmó no más de tres muletazos diestros con suavidad y acostumbrado empaque al noble tercero, sin importarle después dejar media faena en blanco. Tras estos prometedores inicios se apelmaza y pierde naturalidad con un galimatías de pases sin emoción que no condujeron a nada positivo. La estocada caída provocó los primeros, aunque leves, pitos de la tarde. Al sexto, con movilidad en la muleta, le realizó un trasteo chusco, oscuro, en la línea de lo banal, sin confianza y en el que sólo destacó algún que otro muletazo diestro con estilo. Con la espada mal.
AL NATURAL |
Idilio El Juli y la presidenta
Francisco Mateos.-
A El Juli le gusta Anabel Moreno. Para presidir, se entiede. Le da suerte al madrileño. Y la suerte le da las orejas. Bueno, tampoco la suerte. Las orejas se las da su enorme capacidad y la madurez de un auténtico ‘ingeniero del toreo’. Sabe perfectamente qué hacer, cómo hacerlo y cuándo hacerlo. La diferencia -la abismal diferencia- entre El Juli y la inmensa mayoría de los toreros actuales es que El Juli ‘sabe lo que hace’, mientras que otros muchos compañeros suyos ‘hacen lo que saben’. Estudien la diferencia, que tiene su contenido. El año pasado le presidió a El Juli la corrida de El Ventorrillo Paco Teja. El torero estuvo cumbre -mejor incluso que esta tarde-, pero el dimitido presidente no le concedió la segunda oreja del primer toro y significó la ‘mancha’ en todo el año de Paco Teja, que lo único que intentaba era subir varios peldaños la exigencia de Sevilla. Intento vano con los compañeros presidentes que existen actualmente. En el segundo sí le dio las dos orejas. El Juli se pilló un cabreo de aúpa. Y durante todo este año no ha olvidado que podía haber marcado el hito de cuatro orejas en una tarde. Hace un mes estuvo en Sevilla en unas jornadas de políticos parlamentarios. En su intervención, El Juli, entre líneas, envió un ‘recado’ (VER) al presidente Teja: «El presidente no debe de tener tanto peso en las decisiones, el público es libre y debe enjuiciar entre otras cosas al público y dejarse de gustos personales. ¿Quién sanciona al presidente cuando se equivoca? ¿Por qué tiene que ir en contra de la voluntad de todos?» |
A El Juli le gusta Anabel Moreno. Para presidir, se entiede. Le da suerte al madrileño. La diferencia entre El Juli y la inmensa mayoría de los toreros actuales es que El Juli ‘sabe lo que hace’, mientras que otros muchos compañeros suyos ‘hacen lo que saben’. |
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Este año, por otras circunstancias aún por explicar por los responsables, el presidente Paco Teja ya no está. Tendría que haberle presidido dos corridas: la del pasado Domingo de Resurrección de Daniel Ruiz y el lunes con los toros, de nuevo, de El Ventorrillo. En la corrida del pasado Domingo de Resurrección presidió Anabel Moreno en sustitución de Teja; y El Juli cortó dos orejas en un toro, con la segunda discutida en algunos foros con razonados argumentos. Esta tarde le ha vuelto a presidir Anabel Moreno y el idilio entre ambos continúa: tres orejas. El lunes debía presidirle Teja, y en su lugar lo hará el nuevo usía, Fernández Figueroa. Evidentemente es de ignorantes creer que El Juli corte las orejas en función al presidente que esté. Está caro que no, pero lo detallo por si alguna mente cortita pudiera pensarlo. Lo que sí indico es que aquí todo cuenta, y en la memoria quedan esas declaraciones de hace un mes de El Juli en la Maestranza a modo de ‘aviso’, la enorme bronca que se llevó el año pasado Teja y los correspondientes ‘sopapos’ en alguna prensa al día siguiente,… Todo influye. Y si la segunda oreja del Domingo de Resurreccion estuviera en duda de ‘si’ sí o de si ‘no’, la presidenta Anabel Moreno se inclina por el ‘sí’. Y esta tarde ha estado cumbre el torero, pero cumbre con los toros que tenía, que no eran precisamente para lograr reventar el templo del toreo. El madrileño lo ha hecho todo, ha mejorado las condiciones de sus toros de forma clara, pero faenas rotundas, completas, de muletazos fundamentales y no accesorios, tan firme como para sumar una Puerta del Príncipe con todas las exigencias que ello debe tener, tengo mis serias dudas. ¿Que no podía hacer más de lo que ha hecho? Completamente de acuerdo, pero por eso la suerte en el sorteo también influye. Estamos desde luego ante un torero que, con José Tomás fuera de combate, es el auténtico rey del toreo. No tiene competidores en su línea. Y hoy lo ha demostrado en la Maestranza. Al margen de premios. |
LA CORRIDA, AL COMPÁS |
Fernando Naranjo.-
Ojú, con tanta pañí Pero el agua se contuvo |
Que no anduvo vacilante, ¿Y de los toros pá qué, |
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GALERÍA GRÁFICA (Matito) |
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GALERÍA GRÁFICA (Paco Díaz / toroimagen) |
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GALERÍA GRÁFICA (Arjona / lamaestranza.es) |
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LAS OTRAS IMÁGENES |
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PUERTA DEL PRÍNCIPE |
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