Gesto torero del sevillano Salvador Cortés, que toreó con fines solidarios en su propio pueblo. Mañana de toreo bueno, con un Salvador Cortés aún más crecido ante la nueva temporada, en la que se le presentan grandes retos. Ocho orejas y dos rabos, con toro de Los Azores indultado incluido. El novillero Martín Núñez, bien en su novillo.
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Redacción.-
Excelente la mañana de toros en la sevillana localidad sevillana de Mairena del Aljarafe. Los fines buscados eran loables. Los componentes de la Aociación benéfica local ‘Mater et Magistra’ necesitaban un empujoncito para sus actividades asistenciales. Salvador Cortés (al igual que casi toda su familia) es de Mairena del Aljarafe, así que se habló y cerraron un festival benéfico solidario. El mundo del toro siempre presto a ayudar a los más necesitados.
La mañana, más que primaveral, era casi veraniega. Todo invitaba a ver una buena mañana de toros. También era buen momento para calibrar el estado de gracia del sevillano Salvador Cortés, a sólo dos semanas de afrontar uno de los grandes retos de su carrera taurina: lidiar en la plaza de la Maestranza en plena Feria de Abril la corrida de toros de Victorino Martín y Dolores Aguirre en sólo 48 horas. Salvador no dejó lugar a duda alguna. Tiene aún más hambre de toros. Son de esos toreros a los que las injusticias taurinas, en vez de mermar sus ánimos, le inyectan una sobredosis de moral. Seguro toda la tarde, afianzado, sólido y resolutivo. Y después, cuando el toro se atemperaba en su embestida, toreando con suavidad y gusto. Sólo con el segundo, molesto de embestida, el torero no pudo tocar pelo; era imposible hacerlo.
Destacó que a todos les hizo quites, muy activo con el capote: chicuelinas en el primero; de nuevo chicuelinas combinadas con tafalleras en el segundo; gaoneras en el quite al tercero; gallosinas perfectas en el quinto; y lances suaves en el sexto, en el que también invitó a compartir quites al novillero actuante Martín Núñez y al sobresaliente, el venezolano Javier Silva. En el tercero, puso banderillas con la calidad del que estuviera todos los días banderilleando, haciendo honores a su familia de grandes banderilleros.
Las faneas más destacadas fueron la del tercero, donde dejó unas series de naturales lentísimos y de mano muy baja, y sobre todo la del último, un gran astado que finalmente fue indultado, toreándolo el diestro sevillano con extrema suavidad tanto en tandas tanto al natural como con la derecha. En este toro invitó a su compañero, el novillero Martín Núñez, y hasta al sobresaliente a que también le dieran algunas tandas de muletazos a un toro que no se cansaba de embestir bien.
En cuanto al novillero sevillano Martín Núñez, a buen nivel en su novillo -el cuarto-, que también fue premiado con una vuelta al ruedo.
GALERÍA GRÁFICA |
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