Con una sola ovación para Thomas Joubert se ha saldado la tarde en la Maestranza, en la que los debutantes Miguel de Pablo y Juan Cervera fueron silenciados tras finiquitar a sus respectivos lotes. Los novillos de Javier Molina, mansos y descastados, han dado escasas facilidades para el triunfo.
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Manuel Viera.-
Sin miedo a mostrar carencias aquí vienen, quizás a echar a la ruleta de la suerte por si acaso les toca, aunque dejando pasar por alto el mínimo oficio necesario para estar en tan emblemática plaza de toros. Y están orgullosos de venir y estar. El caso es que aquí estuvieron, más que para definir estilos, para mostrar la equivocada manera de enfocar su futuro.
Lo que aquí se ha visto -si es que algo se ha visto- es una forma de intentar hacer el toreo distorsionada e incomprensible a veces, porque aunque los utreros de Javier Molina mansearon todos, algún que otro le pidió oficio, mando y talento a los que delante se ponían. Curiosamente, estas formas destilaron carencias de quienes arriesgando desean bordear el filo de lo imposible. Y es comprensible que estos chavales quieran ser capaz de avanzar por un camino que, en principio, no deja de ser difícil y sinuoso.
Y lo peor, quieren utilizar la estética como forma básica de su toreo. Y no es eso, el que se pierde en composturas banales realiza un soberbio ejercicio de confusión, ofreciendo una lectura áspera de un toreo sin argumentos.
Lo que quiso hacer Thomas Joubert con el noble y rajadito primero quedó mostrado como una realidad fracturada y cambiante, traducida en unas formas basadas en la quietud y en la ligazón, en la que los detalles de los correctos trazos a derecha e izquierda surgieron más del encuentro obligado que del mando de una muleta que desveló una escasa capacidad para transmitir emociones. Joubert toreó demasiado despegado en una faena de detalles con la que no consiguió levantar el vuelo. Con el cuarto elaboró un repertorio de estéticos pases, sin ajuste y sin una pizca de emoción. Utilizó el descabello en el primero y asomó la espada en la estocada al cuarto.
Miguel de Pablo puso unas ganas tremendas por conseguir su objetivo, incluso intentó bajar la mano durante la faena al manso y noble segundo, pero no hubo forma de sujetarlo en la tela, el novillo buscaba la salida a la desesperada. Y allí, al amparo de la tablas el debutante madrileño dibujó con la izquierda algún que otro natural sin que la gente se pronunciara por lo que hacía. Muy manso fue el quinto, con el que el diestro de Colmenar quiso y no pudo. El novillo de Molina huía hasta de su sombra hasta llegar acobardado a la puerta de chiqueros, donde De Pablo lo volvió a intentar con un toreo un poco agreste y sin asomo de una mínima expresividad.
Y están orgullosos de venir y estar. El caso es que aquí estuvieron, más que para definir estilos, para mostrar la equivocada manera de enfocar su futuro |
Así pasó la tarde, otra más de bostezos y aburrimiento. El domingo toca descanso obligado. Por favor que cambie a la vuelta, porque sino ¿para qué vienen? Amén. Así sea |
Allá por el pasado mes julio, Juan Cervera, resultó ser en esta misma plaza un principiante plenamente convincente, hoy, con sólo dos novilladas picadas en su haber ha resultado ser un debutante en esta plaza con escasísima habilidad técnica. Y así es imposible. Cervera todo lo basa en la estética, en una despaciosidad melosa que no le conduce nada. De tal guisa actuó con el mansito tercero, que acudió a la muleta con mejor o peor clase pero iba y venía sin que el valenciano apostara por bajar la mano y torear, no dibujar pases enganchados. Al sexto se lo masacraron en varas quizá con la idea de que le dejara hacer su almibarado toreo. Le fue imposible ejecutar lo que había soñado. Torear lo que no se mueve es tarea difícil.
Y así pasó la tarde, otra más de bostezos y aburrimiento. El domingo toca descanso obligado. Por favor que cambie a la vuelta, porque sino ¿para qué vienen? Amén. Así sea.
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Copy and paste
Francisco Mateos.-
Ha sido un ‘copy and paste’. Los que estén familiarizados con el uso de los programas ofimáticos más usados saben a qué me refiero. Un copiar y pegar, vamos; como lo que hace cierto crítico: por la vía de urgencia y sin cambiar ni una palabra. Por las bravas. Sin pudor alguno. Copiar y pegar, y así pasa lo que pasó aquella vez, que hasta arrastró las mismas erratas y errores… Y cuando los demás le copian lo suyo -montando en cólera, por cierto-, lo que anunciaba en primicia como el ‘notición-bomba’ del año en Sevilla, pues se monta lo que se montó; porque de notición, nada de nada, y bomba, pues sí que lo fue, bajo sus pies… Pues eso ha sido la novillada de esta tarde en la Maestranza, un ‘copy and paste’. Un copiar y pegar de la anterior. Vamos, que si nuestro compañero Manuel Viera en su crónica de arriba hubiera copiado la de hace siete días y le cambiamos sólo los nombres nadie se habría dado cuenta…
La crisis de ZP es la económica; la crisis de C-V (Canorea-Valencia) es la artística. Digo artística sólo y no económica porque menudo pelotazo los ocho festejos que le han endosado al bolsillo de los abonados. Hasta final de junio tienen asegurada una taquilla a costa del sufrido abonado. Y las novilladas están siendo casi como un día de puertas abiertas en un matadero. Cuando al toreo se le desviste de estética, de verdad, de cruzarse, de rematar para los adentros, de ponerle emoción, de colocarse en el sitio, de llevarlo largo y por debajo de la pala del pitón, de buscar la ligazón, de pensar con cabeza los terrenos que pide el animal,… todo se convierte en un matar un novillo tras otro; y eso no es el toreo.
Se cumplieron hoy 90 años de la muerte del Gallo en Talavera de la Reina. Al menos Sevilla no pierde su seña de indentidad y cada vez que un 16 de mayo coincide con festejo taurino se guarda un minuto de silencio y se hace el paseíllo con el pasodoble ‘Gallito’ en vez de ‘Plaza de la Maestranza’. Pero eso lo sabíamos los de la prensa y 20 aficionados buenos; el resto, no. Pues nada, que seguimos a la busca y captura del speaker desaparecido: la megafonía tampoco se estrenó anunciando el motivo del minuto de silencio. Con el trabajito que cuesta convencer a la Real Maestranza de cualquier cambio tecnológico y al final para que no se use. Pues la Real Corporación ya lo ha dicho por activa y por pasiva: la megafonía está instalada y funciona perfectamente. Ahora es la Junta de Andalucía y la empresa a las que le da ‘corte’ usar el normal cauce de información al espectador.
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