Diego Ventura, Enrique Ponce y Alejandro Amaya han salido a hombros tras repartirse nueve orejas y un rabo. Incoherente cifra que nada tiene que ver con lo sucedido en el ruedo.
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No obstante, el maestro de Chivas anduvo demasiado lineal y despegado con el segundo lidiado como sobrero. Antes había manejado el capote con cadencia, para imprimir después con la muleta lentitud a los muletazos diestros y ligazón en lo remates de pecho La faena careció de emotividad por la sosería de las embestidas de un toro que iba y venía sin pizca de temperamento y que buscó las tablas al final. Buena fue la estocada y lo trofeos cayeron de manera incoherente. Como todos los concedidos en la mañana. No obstante, el maestro de Chivas anduvo demasiado lineal y despegado con el segundo lidiado como sobrero. Antes había manejado el capote con cadencia, para imprimir después con la muleta lentitud a los muletazos diestros y ligazón en lo remates de pecho La faena careció de emotividad por la sosería de las embestidas de un toro que iba y venía sin pizca de temperamento y que buscó las tablas al final. Buena fue la estocada y lo trofeos cayeron de manera incoherente. Como todos los concedidos en la mañana. |
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De todas formas, a Ponce le queda mucha cuerda. No se cansa. De torear, claro. Al quinto le hizo faena incansable. Y es que su toreo es todo un manifiesto de virtudes, no sólo por su depurada técnica y total clarividencia, sino porque resulta evidente que sus formas, de una maestría indiscutible, siguen gustando. El largo trasteo tuvo ingredientes para convertirlo en lo mejor visto en la mañana. Naturales largos, quizás demasiados despegados, ligados y aderezados con cambios de manos y toreros desplantes. Y además, pese al algún que otro desarme, reactivó en los pocos poblados tendidos el viejo placer de la emoción con una sensacional estocada. |
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«Diego Ventura no pudo hoy demostrar su asombrosa capacidad para transmitir su toreo |
Diego Ventura no pudo hoy demostrar su asombrosa capacidad para transmitir su toreo. No tuvo toros. El primero de Benítez Cubero salió parado y no se movió. ‘Muerto’ en los medios aguantó estoico las cabalgadas del portugués-sevillano en los vanos intentos de clavar garapullos, clavar banderillas cortas y adornarse con demasiados aspavientos en un vano intento de dar espectáculo. Sacó nuevos caballos que quedaron inéditos por las pésimas condiciones del toro. Con el cuarto sí pudo mostrar su perfecta doma, y con ‘Orobroy’, ‘Wellington’ y ‘Califa’ clavó al quiebro, toreó ajustado y se adornó de espectacular manera. Tumbó al toro de un segundo rejón y bien que se lo premiaron con doble apéndice. |
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Alejandro Amaya ha vuelto a demostrar que es un torero sobrio y clásico, aunque algo frío y distante. Al tercero, noble y de escasa fuerza, le trazó muletazos impecables. Muy despacio toreó con la izquierda e incluso se adornó con perfectos molinetes. A la faena le faltó la emoción de la acometida que el de Domecq no tuvo. Concluyó el mexicano con una buena estocada que le hizo sumar un par de orejas. Sin embargo, con el complicado sexto realizó un trasteo de circunstancias, desordenado y aburrido, del cual desistió pronto. |
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A las tres de la tarde finalizó la prueba y entrenamiento público. Quizá, con la única conclusión del aumento de desconfianza con el comportamiento del toro en la actual temporada. |
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Manuel Viera.- |