Sevilla, la temporada más económica

Ignacio Cossío.-

     La temporada en Sevilla, con excepciones ganaderas muy destacadas, como la de El Ventorrillo y El Pilar, ha sido un fracaso estrepitoso a nivel toros que no de ganaderías, cuestión esencial que podría confundir al analista profesional de temporadas o a quienes no se enteran de la misa a la media.

     Está clarísimo que si no se pone interés y se gasta poco en el remate y calidad de los toros poco o nada se podrá sacar en claro de una corrida más allá del señorial hierro que lucen en su cuerpo. Sí señores, sí: estuvieron todas las mejores del campo bravo… pero qué toros vino de cada una, resultó ser lo peor de las mejores casas. Pareció que nos levantamos tarde para ir al mercado o sólo salimos con la calderilla dominguera, pues ya me dirán ustedes qué pasó con estos mismos ganaderos que se hartaron de lucir imponentes toros en otras ferias de categoría inferior aunque, visto lo visto, de cartera muy superior a la nuestra.

     Créanme: la empresa de Sevilla es la más astuta e inteligente del panorama empresarial español y a los de Pagés no le marca un gol nadie, ni el mismísimo Cristiano Ronaldo; al que la hace, la paga y aquí siempre repiten todos los que logran entrar traigan lo que traigan, está visto. Vienen por tanto las mejores ganaderías pero no sus mejores corridas, finas, de buen trapío y no hablo de su condición que ese es otro tema mucho más incierto. Esta claro que las preferimos gordas, sin trapío y con poca cara; ¡no te fastidia! Las otras deben costar un ojo de la cara, ¿verdad Nimes, Santander y Pamplona? Por cierto, rompo una lanza por el esfuerzo titánico para evitar suspensiones este año, lona, operarios de plaza y empresarios de Sevilla a la cabeza; me descubro. Al César, lo que es del César.

     Otra cuestión clave de este año: demasiados carteles deslabazados, poco rematados y por consiguiente más baratos; especialmente en farolillos. Cada vez nos parecemos más a San Isidro. De nuevo están todos menos el intratable José Tomás, y lo que es más grave: nos aparecen las figuras y los jóvenes talentos más dispersas y así las combinaciones resultan flojas y sin aliciente, ya veremos cuántos de lujo vemos el próximo año. Cuidado con el trato a los más prometedores Luque, Pinar y Tendero: un paso en falso y estais fuera o bailando con la más fea. Un recuerdo especial en estos momentos de crisis al irrepetible Don Diodoro, todo un señor y mi héroe empresarial.

     Por último, se echan en falta mejores aficionados en el palco y de eso Sevilla está sobrado. Por favor, si sólo hace falta darse una vuelta por el Arenal al final de cada tarde para alistar a media docena de reconocido prestigio por todos conocidos. Por cierto: evitemos el nacionalismo y busquemos al mejor presidente sin más; nos ahorraríamos muchos escándalos, hoy por hoy servidos al orden del día.

*Ignacio Cossío es escritor y periodista taurino sevillano de Onda Cero-Sevilla, lostorosenlaonda.com y elcossio.com