Álvaro Rodríguez del Moral.-
A falta de una confirmación formal por alguna de las partes implicadas, todo hace indicar que José Tomás volverá a pisar el dorado albero sevillano cuando se cumplan ocho años de ausencia de una de las plazas que necesitaba para rubricar con seriedad su vuelta a los ruedos. A pesar de todo, volverá a perpetrar su retorno fuera de programa y entre los algodones habituales de esta etapa de canonización taurina con la que no todos tragan.
Esta ansiada vuelta merece un análisis pormenorizado, por más que las gentes del divino se hayan especializado -y bien que hacen, que es su obligación- en convertir en acontecimiento cada uno de los movimientos de su torero. Lo que está claro es que el evento disparará la expectación si finalmente hace el paseíllo en una plaza que, para entonces, habrá reducido su aforo a 10.000 localidades. Cuentan que ya hay por ahí alguno buscando entradas…
Pros y contras
Entre otros condicionantes, la vuelta de Tomás se inscribe en la necesidad de la empresa Pagés de ofrecer un gesto o una fachada de relumbrón a una temporada, la de 2010, destinada a enjugar los platos rotos de la anterior. Y aunque lo más fácil -para muchos- es echar todas las culpas a los hombros de Canorea y Valencia, las cosas son mucho más complejas y ése sería un análisis que merecerá página aparte. En cualquier caso, está claro que están cayendo chaparrones de todo pelaje que empiezan a salpicar los zapatos de los gestores de la Maestranza, que la pasada Feria echaron toda la carne en el asador en un malogrado mano a mano que, con sus malos resultados, gafó el resto de la campaña.
Con la debacle ganadera de esta temporada aún calentita, todo hace indicar que la empresa ha dejado a un lado el litigio que mantenía con Álvaro Núñez Benjumea y ya ha reseñado un encierro del codiciado y cotizado hierro de Núñez del Cuvillo, que el pasado año se había erigido en el principal escollo de unas negociaciones escenificadas con desgana en las que no quedó demasiado claro si es que no lo querían traer o es que el galapagarino no quería venir.
Problemas pascuales
La famosa divisa gaditana sería la escogida para actuar el Domingo de Resurrección, lejos de las cámaras de Digital Plus a las que Tomás es alérgico. El problema vendría con la elección del torero que abriera la terna si se mantiene la imposición del divino de poner uno por delante y otro por detrás. Con alternativa de 1995, en el escalafón actual sólo colean algunos segundones -además de Enrique Ponce- que podrían encabezar un cartel que es desde hace mucho tiempo garantía de relumbrón total. Con todos los respetos, ver a Finito, Fundi o a Manolo Sánchez un Domingo de Resurrección en Sevilla no sería de recibo. Muchos menos problemas daría el encaje del tercer espada. Desde la lógica, el primero en la lista debería ser Manzanares, aunque tampoco se pueden tachar todavía nombres como el de Morante de la Puebla -que abre un nuevo escenario en sus contrataciones- o Daniel Luque.
En la segunda tarde, ya veremos. Las últimas informaciones hablan de una corrida de El Pilar, la que mejor resultados globales dio en Sevilla este año. Pero también se ha apuntado a un encierro de Victoriano del Río. Aún queda mucho tiempo y pueden cambiar algunos ingredientes, pero parece seguro que esta segunda actuación llegará fuera del ciclo abrileño, el domingo posterior a la Feria.
*Álvaro Rodríguez del Moral es periodista taurino de EFE-Sevilla y El Correo de Andalucía. / Publicado en El Correo de Andalucía.
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