Los Hermanos Peralta el pasado domingo en La Puebla. FOTO: Matito.
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Antonio Burgos.-
Las medallas de las Bellas Artes que hoy entregan los Reyes en la segunda patria de Rogelio el de Trifón, o sea, en Santander, tienen un ver. Parecen un catálogo de nuevos nombres de calles sevillanas impuestas por la dictadura de los 25.772 votos. Entre otras, los Reyes entregarán la medalla de Bellas Artes (aguanten tanto la risa como la indignación) a las siguientes lumbreras de la creación contemporánea:
- Pilar Bardem: qué señora más pesada. Creíamos que no tenía nada que ver con Sevilla para quitarle la calle al General Merry y resulta que sí. Quiere hacerle la pascua a los hospitalizados en la Clínica Santa Isabel para trincar la tela del canon por tener televisión en las habitaciones.
- Miguel Bosé: otro que tal baila al son que tocan desde el poder.
- Juan María Arzak: mucho cuento de la nueva cocina, pero este tío no sabe hacer ni sangre encebollada ni papas aliñás.
- José Antonio Labordeta: el del cuento de la mochilita, no le ha sacado ná a la mochilita…
Y muchos más paniaguados del régimen por el estilo recibirán las medallas, como uno que en vez de parar los relojes, como sus compañeros de oficio antaño, los anuncia y cobra un fortunón por eso. Cuando los que tenían que estar hoy en Santander eran los hermanos Peralta. Me sumo, pues, a la propuesta que hacía ayer Zabala de la Serna, pero la matizo. Si se trata de conceder la medalla al arte del rejoneo, como se la dieron justísimamente a don Alvaro Domecq, es lógico que sea por colleras. La collera natural de don Ángel Peralta no es el del cuento del envergue de 'Cagancho', que llegó al rejoneo ayer por la mañana, sino su hermano don Rafael, en unión del cual revolucionó el arte del toreo a caballo durante medio siglo. Tan unidos están en el imaginario popular los hermanos Peralta como los hermanos Bécquer, los Álvarez Quintero o los Machado. Tan populares fueron los dos juntos a caballo en los ruedos, formando collera, que recordarán el chiste sevillano del mariquita que fue a los toros por primera vez y al ver a los alguaciles con su negro atuendo salir a hacer el despeje preguntó:
-¿Por qué van de luto los hermanos Peralta, se les ha muerto alguien?
Por mucho que sepamos de toros, de rejoneo no solemos tener idea, excepto esa moda actual del famoseo del nombre de los caballos, que un día los van a llevar a 'La Noria' y todo. Comprobé que no sabía ni papa de rejoneo la tarde que me hizo una breve historia de su evolución mi recordado Enrique Valdenebro Halcón, el marqués de Ruchena, que fue rejoneador usando su título de Conde de San Remy. Me explicó San Remy que en el rejoneo hubo un antes y un después de don Antonio Cañero, que trajo desde el campo a la plaza el arte de torear a caballo. Pero que quien realmente inventó y codificó el rejoneo tal como lo conocemos hoy e hizo la tauromaquia montada fue don Ángel Peralta. Piensen una suerte del toreo a caballo, que seguro que la inventó el Centauro de la Puebla: la rosa, las banderillas cortas, qué sé yo. Hasta los Peralta, el rejoneo era pegar caballazos y alancear toros; desde que llegaron ellos, fue torear a caballo, parar, templar con la grupa, cruzarse, mandar. Y además, dos poetas de la marisma, por si fueran pocos sus méritos para las Bellas Artes: arte popular de las sevillanas en Rafael; arte lírico de mágicas historias de caballos y pájaros en Ángel.
La justísima medalla de las Bellas Artes que hoy tendrían que entregar los Reyes en Santander, pero que ya caerá, debe ser como el monumento que van a levantar a nuestros dos artistas en su Puebla: por colleras. Trátase ahora de que el año que viene se la concedan. No sé dónde hay que escribir para pedirlo. Yo, de momento, sí lo sé: en este artículo. Así que pónganle una póliza y mándenlo al Ministerio de Cultura a modo de instancia, en tiempo y forma.
*Antonio Burgos es escritor y periodista sevillano. / Publicado en ABC-Sevilla.
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