El novillero sevillano Esaú Fernández ha presentado la más seria candidatura al ‘Zapato de Oro’ de todo lo que va de Feria en Arnedo, precisamente en el último festejo del ciclo y ayudado por un bravo y gran novillo de José Cruz, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. El joven novillero de Camas le ha cortado las dos orejas a su primer novillo. Daniel Sotillo, ovacionado en Guadarrama.
Redacción.- El balance de las actuaciones de toreros sevillanos que han realizado el paseíllo hoy, viernes 2 de octubre, ha sido el siguiente: NOVILLADAS
Según la crónica de burladero.com sobre la actuación del sevillano Esaú Fernández esta tarde en Arnedo, "el novillero sevillano Esaú Fernández ha presentado la más seria candidatura al 'Zapato de Oro' de todo lo que va de feria en Arnedo, precisamente en el último festejo del ciclo y ayudado por un bravo y gran novillo de José Cruz, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. Este último festejo del Zapato se vivió con gran emotividad por parte de las peñas y el público arnedano que tras romperse el paseíllo, sacaron a saludar a los operarios de la plaza, leyeron un poema y tocaron y cantaron juntos el pasodoble Zapato de Oro. La próxima edición del Zapato de Oro, y posiblemente el de Plata, se celebrará en el nuevo Arnedo Arena. La última novillada de la feria, de impecable presentación, contó con este tercero que salió con muchos pies, rematando con agresividad en los burladeros y colándose al callejón después de destrozar las tablas de un topetazo. El animal continuó a más y derribó en el caballo apretando con la cara abajo, de bravo. Esaú, que no logró lucir de capote, comenzó la faena con cambiados en los medios y cuajó series de nota, trazo largo y templado por el lado derecho, con el novillo haciendo surcos en la arena con el morro. Con la izquierda bajó el tono pero levantó de nuevo ayudándose en preciosos remates, pases de pecho y broches de gran factura. Buen nivel del novillero con un novillo extraordinario pero exigente con el que no desmereció. Con el sexto, de Baltasar Ibán, encastado y exigente, ofreció una medida bien distinta y a la baja el novillero Esaú Fernández. Sólo voluntarioso el sevillano, no dio con la tecla, la distancia y la altura del novillo en una faena que no tomó vuelo".
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