En la tarde del día 13 tiene puestas todas sus esperanzas, su ilusión porque le cambie la vida. El domingo torea en la Maestranza tras la larga espera de toda una temporada sin ceñirse el vestido de torear. Martín Núñez tiene hambre de triunfos y está seguro de que lo va conseguir en su plaza de Sevilla. El valor y el arte son conceptos básicos en sus formas y los quiere mostrar, no sólo con los novillos condesos, sino en el festejo de triunfadores que la empresa Pagés tiene anunciado para el 4 de octubre.
Martín Núñez
Sevilla, 4 de agosto de 1984
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Manuel Viera.-
Parece ser que tiene las cosas muy claras y una seguridad en sí mismo que sorprende…
Es que si a los 25 años uno no sabe aún lo que quiere estamos listos. Sí, estoy pasando por una etapa de mi vida en la que estoy muy centrado y muy preparado. Sé lo que quiero, y aunque se me ha pasado la temporada en blanco considero que tengo la preparación adecuada para afrontar este importante compromiso en la Maestranza. Y además voy con unas ganas tremenda y una ilusión inmensa en busca de un triunfo que no puedo dejar escapar.
Sin embargo, no son precisamente los novillos del Conde de la Maza los más adecuados para mostrar su personalísimo toreo…
Sí, mire: lo duro de esta temporada ha sido que yo me quité el vestido de torear hace ahora un año, concretamente el 21 de septiembre de 2008 después de lidiar aquí, en la Maestranza, y me lo voy a poner doce meses después. Ha sido un año entero de preparación y de mentalización, por lo que considero que esta es una novillada más que tengo que torear. Seguro que saldrán dos o tres animales embistiendo, y si uno es para mí lo voy a aprovechar. Es verdad que son novillos a contra estilo para mi concepto del toreo, pero es lo que tengo y con ellos tengo que triunfar. Para mí es lo mejor. Llevo mentalizándome para ello desde el mismo momento que me lo propusieron, y creo que lo he conseguido. Además, físicamente estoy mejor que nunca. Así que espero disfrutar y que la gente, que aún no ha tenido la oportunidad de verme, disfrute también con mi toreo.
De todas formas debe ser una dificultad añadida para toreros de su corte enfrentarse a este tipo de toros…
Sí que es una dificultad, pero verá: en la época que estamos, en la que vemos a un figurón del toreo, como es Morante, dándolo todo cada tarde, arrimándose y arreando todos los días, yo que soy novillero y estoy empezando tengo que dejar apartado el ‘cuento’ del arte y arrimarme más que nadie con el principal objetivo de abrirme paso. Comportarme en la plaza como un león, pegar bocados y no dejar que nadie me gane esta pelea. Todos los días que toree tengo que morder, y si no lo hago ya sé que me quedaré fuera. Y si me quedo fuera… no como.
Y esa posible presión provocada al verse anunciado en la Maestranza tras una temporada en blanco, ¿le puede, o se la sabe sacudir?
Yo creo que sería un fallo muy grande por mi parte que me pudiera la presión. Sí es verdad que llevo muchos días que me cuesta dormir, pero no me preocupa, incluso me gusta pensar en esa tarde y así mentalizarme de lo que debo hacer y conseguir. Me ronda por la cabeza no el estar bien o el estar mal, sino que el público no note que me he pasado un año sin torear. Para ello he intentado suplir esas novilladas no toreadas con un intenso trabajo físico, de campo, y sobre todo mental.
En esto último parece ser que ha tenido mucho que ver un matador de toros, muy de aquí, llamado Víctor Puerto.
Sí que me he aprovechado de la sabiduría del maestro; de él he aprendido mucho y sus consejos han sido vitales. Me ha sabido llevar por un camino muy necesario en la mentalización para este día. Así que ahora no puedo fallarle. Espero que no me traicionen los nervios y asumir la tarde mucho mejor que lo hice el pasado año. No quiero defraudar a nadie, ni a mí mismo, y de manera especial a los que han pensado en mí para estar en este festejo en la Maestranza.
¿Y esa técnica tan depurada que le ha podido transmitir Puerto le ha aumentado su seguridad para afrontar esta importante tarde?
Muchísimo. Uno no sabe lo que es anunciarse con este tipo de novillos hasta que no te ves puesto en los carteles. Para lidiar estos animales se necesita inteligencia y mucha técnica. No son esos otros que te dejan pegarles veinte pases seguidos; con estos sabes a lo que vas. Sabes que van a apretar y necesitas oficio para solventar las dificultades. Yo no he podido lidiar quince o veinte utreros antes, y he tenido que valerme de la persona que sabe de esto, del que ya ha vivido este mundo y ha pasado por las mismas dificultades para aprender de él todos los secretos de la lidia. Aunque es verdad que no es lo mismo estudiar cómo se ponen dos ladrillos que ponerlos. De todas formas los deberes los llevo bien hechos y aprendidos, así que lo único que deseo es que uno del Conde me medio embista y me deje pegarle esos veinte muletazos que siento y llevo dentro.
¿Y la espada? Porque los veinte muletazos hay que firmarlos después.
Al carretón lo tengo aburrido. Espero que bien.
Y de valor me dicen que está usted a tope.
Intento estarlo. Poco a poco he ido cambiando mi concepto y he aprendido que el valor se adquiere con la técnica, y si la dominas te da seguridad. Sé que la gente me tiene como un torero medroso, sinónimo de torero artista, pero no me importa, ya hace tiempo que me dí cuenta que tengo que coger la moneda y tirarla para arriba. A mi edad no puedo quedarme en la línea, tengo que cruzarla. No puedo dejar escapar una sola oportunidad. Ya la tuve el pasado año con los novillos de Millares y en buena parte se me escapó. Esta vez con los del Conde estoy seguro que no la voy a dejar escapar.
Una lesión de clavícula que ha arrastrado casi toda la temporada le impidió estar en el abono sevillano. ¿La tiene superada?
Sí, está olvidada y superada. Agradezco al doctor Jiménez cómo me trató. Quizás por esos dos meses que me llevé parado en casa me quedé fuera del abono. Y ese fue uno los mayores palos recibidos en mi vida, porque estar en el abono de la Maestranza es algo muy especial para mí. Pero ahora estoy totalmente recuperado. Teniendo médicos como Domingo Jiménez no importan que a uno lo cojan los toros. Y es verdad, lo que parecía cuatro o cinco meses de sufrimiento en cuarenta días estaba rehabilitándome y entrenando.
Por edad, por como están las cosas en la celebración de novilladas… ¿Se ve de matador de toros en el futuro más inmediato?
Sí, la idea es que cuanto antes mejor, lo que pasa es que necesito estar muy preparado para afrontar ese importante día. De momento quiero triunfar el domingo y el 4 de octubre, también en Sevilla, porque estoy seguro que estaré en esa novillada de triunfadores y que estos triunfos me abran las puertas para torear los suficientes festejos, y en las primeras plazas del país, para afrontar una alternativa con garantías.