De cogidas y triunfos

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Real Maestranza – 3ª novillada del ciclo de promoción, Jueves 16 de Julio de 2009

ERALES: Se han lidiado erales de Sobral, bien presentados, mansos y complicados.

NOVELES:Pedro Luis Cabrero (de la Escuela de Madrid), palmas tras aviso y silencio en el que mató por Sarrión.
Juan Sarrión (Escuela de Castellón), cogido de gravedad.
Juan Duque (Escuela de Madrid), oreja tras aviso.
Alfredo Bernabéu (Escuela 'Manuel Cascales' de Murcia), silencio tras aviso.
Felipe Chamaco (Escuela de Sevilla), silencio tras dos avisos.
Juan Cervera (de Valencia), oreja tras aviso.

CUADRILLAS: Se desmontero tras banderillear al segundo Antonio Ronquillo.

INCIDENCIAS: Más de media plaza. El novillero Juan Sarrión ingresó en la enfermería con una fuerte contusión en la región malar, mandibular y periorbitaria derecha con pérdida de conocimiento y reaccionando con fuerte agitación. Se le suministra benzodiozepina y se procede a su traslado consciente al Hospital de Traumatología Virgen del Rocío. Pronóstico grave, pendiente de estudio neurológico y radiológico.

Juan Cervera ha cortado una oreja de peso en la tercera novillada de promoción en la Maestranza, en la que se temió lo peor con la grave cogida de Juan Sarrión, que llegó inconsciente a la enfermería tras una espeluznante voltereta. Otro trofeo paseó Juan Duque, mientras que Pedro Luis Cabrero, Alfredo Bernabéu y Felipe Chamaco fueron silenciados tras lidiar mansos y complicados erales de la ganadería portuguesa de Sobral.


Momento del golpe en la cogida de Juan Sarrion.

Manuel Viera.-

Rosalía de Castro ya decía ver y tener miedo de cosas que viven y no se ven –“teño medo dunha cousa / que vive e que non se ve”-. En cada tarde de toros, hasta en la agradable y fresca noche de julio de un festejo de promoción, la cogida ahí está. Vive abajo, en el ruedo, sin que nadie la vea. Una fea voltereta, un golpe seco que sonó a tragedia, y el cuerpo inerte de un chaval de veinte años nos hizo temer lo peor. A Juan Sarrión se lo llevaron inconsciente a la enfermería tras quitar por tafalleras y ser volteado en el último lance. El valiente torero de Castellón ya había demostrado su ambición yéndose a portagayola para seguir después de hinojos manejando la capa con suavidad y gusto. Tras el quite llegó la cogida, y la tensa espera hasta conocer un parte médico esperanzador: "Fuerte contusión en la región malar, con pérdida de conocimiento y reaccionando con fuerte agitación. Se procede a su traslado consciente al Hospital. Pronóstico grave. Pendiente de estudio neurológico y radiológico".

Pedro Luis Cabrero se hizo cargo de la lidia de este segundo eral sin que demostrara más de lo que ya demostró con el primero. Es decir: desconfianza. Aunque intentara bajar la mano y someter una embestida que iba a más, aunque sin


El colombiano Juan Luque

comerse a nadie. Antes, anduvo vulgar con la capa y poco decidido con el soso y pegajoso primero de Sobral. La espada no es su fuerte, y a ambos los mató mal.

El mejor toreo, hecho con valor y peculiar estilo en la noche de toros sevillana, correspondió a Juan Cervera. La faena al sexto eral de Sobral, un animal sin clase y de descompuesta embestida, fue ejecutada con vigor y sensibilidad, conquistando al público de la Maestranza con un toreo asentado, muy despacio, que junto a la precisión del trazo y el ajuste estableció un diálogo estético con el que convenció a una gente que de inmediato se le entregó. Y no era para menos. Su habilidad técnica y expresiva, unida al valor y la ambición mostrada, dio como resultado un excelente trasteo, aunque discontinuo, de mano baja, hilvanado y rematado con detalles de buen torero. Prologó su actuación con un templado toreo de capa y puso fin a su paso por la Maestranza con una contundente estocada. La oreja fue de peso.

Los erales portugueses de Sobral, una ganadería relativamente nueva, perteneciente a la Asociación de Ganaderías de Lidia y formada con reses de Cebada Gago y Marqués de Domecq, resultaron mansos y complicados, y sin demasiadas opciones para los que aún muestran muchas de sus carencias. No obstante, Juan Duque le cortó una


Juan Cervera, aqui hay torero.
FOTO: Matito

benévola oreja al tercero, un novillo con mucha movilidad aunque manseó de forma descarada al final del trasteo. El colombiano de la escuela de Madrid anduvo correcto con el capote y con muchas ganas en una faena de muleta intermitente, con interesantes momentos de toreo a derecha, y no tan buenos a izquierda. Pese al pinchazo y la baja estocada paseó su trofeo.

Muy asentado anduvo Alfredo Bernabéu con el complicado cuarto, un eral con genio y mal estilo en sus embestidas, al que le realizó con firmeza un trasteo muy discontinuo pero auténtico. Toreó con la muleta muy adelantada, muy quieto, e incluso hizo intentos de realizar un toreo vertical que no llegó a cuajar por las dificultades que le planteó la res. Un pinchazo precedió a la estocada que bastó.

Tampoco Felipe Chamaco alcanzó su objetivo. El portugués de la Escuela de Sevilla se encontró con un manso sin clase en sus embestidas al que le costó un mundo darle un simple muletazo. Con la capa anduvo correcto y las banderillas no es lo suyo. Tras vanos intentos con la derecha y la izquierda, su quehacer no pasó de echarle a su noche una enorme voluntad.

A la finalización del festejo el jurado al respecto eligió para la novillada final a Diego Fernández, David Galván y Ángel Jiménez.

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