Fue una de las anécdotas de la Feria de Abril. Un ecuatoriano de 62 años -los últimos seis viviendo en España- que quiso colmar su enorme afición tirándose de espontáneo en la corrida de Miura que cerraba la Feria de Abril. Logró darle tres muletazos pero no es suficiente; quería entrarle a matar incluso. Mientras vive día a día en diversos trabajos, su ilusión es verse anunciado en algún cartel: «Con eso ya me podría morir tranquilo». SEVILLA TAURINA lo ha localizado para conocer su vida.
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