Juan Luis Rodríguez puede vivir de esto
Real Maestranza – Novillada con picadores de abono, Domingo 10 de Mayo de 2009
El novillero de Albacete le ha cortado la oreja al segundo novillo de la tarde tras mostrar un toreo de buen gusto y excelentes formas, pese a las rajadas embestidas de los utreros de Villamarta, serios y de bonitas hechuras, pero mansos en su totalidad. Dámaso González, poco o nada se le ha visto en la tarde de su debut en la Maestranza: anodino, muy falto de oficio y muy mal con los aceros. Tampoco ha podido lucirse el mexicano Calita, que dejó muestras de firmeza durante la faena al complicado y manso sexto.
Manuel Viera.- Los 'villamarta' corrían como galgos en busca de una salida. La ansiaban por su condición de mansos. Mansos corretones, de esos que giran y giran como norias sin que nadie sea capaz de parar su alocado trote en la búsqueda de un hueco por donde escapar. Uno tras otro mostraban idéntica condición de mansos, aunque jugaran al despiste cuando le sometían con elocuentes maneras de torero caro. Entonces humillaban, y seguían al engaño con noble bondad. Y cuando recordaban su condición, allá que iban cobardes al amparo de la tablas, huyendo de quien le podía con absoluta torería. Otros, ni por esas se quedaban en la tela roja, quizás porque los que lo intentaban lo hacían de otra manera, con otras formas no tan contundentes como las de Juan Luis Rodríguez. El joven diestro de Albacete ya mostró el pasado año en esta plaza sus excelentes maneras y un gusto en su toreo diferente a lo normal. Y esta tarde lo ha vuelto a demostrar con el segundo, un manso con un notable pitón derecho que con noble bondad acudía al primer cite de Juan Luis Rodríguez para de inmediato buscar su querencia con la huida. La faena, pese a que se mantuvo dentro un tono sin demasiadas estridencias, perteneció por sensibilidad y concepción a esa categoría que constituye el testimonio de verdad en unas formas que por si solas tuvieron la facultad de emocionar. Cabía no esperar demasiado de las cambiantes embestidas del manso de Villamarta dada la tendencia a la escapada en el segundo muletazo. Pues bien, fue otro novillo cuando el albaceteño se mostró firme con la diestra, le bajó la mano y le hizo un toreo con contenido, sensible, a veces profundo, dando la talla en una serie zurda templada y ligada con una seriedad digna del mejor toreo, para finalizar el interesante trasteo con una tanda de muletazos diestros, hondos, de muleta a rastras, hilvanados y rematados con el detalle de la trinchera y el pasa por bajo. Juan Luis Luis Rodríguez camina firme y seguro hacia horizontes de grandeza. El albaceteño vuela mecido por aires de buen toreo que lo han de llevar a lo más alto de la cúspide. Una oreja, pese a pinchar, para un torero revelador que derramó por el ruedo maestrante su espléndido toreo para disfrute de quien lo vio. Con el quinto, un buey serio y de astifinos pitones, corrió el ruedo de la plaza al hilo de las tablas en porfía continua por robarle un muletazo. Y se lo robó, con trazos muy despacio, con gusto… y hasta le hilvanó excelentes pases de pecho y algún que otro por bajo de puro estilo de por aquí. Lo dicho, buen toreo del que está ya hecho para vivir de esto. Y bien. La tarde de los mansos de Villamarta no dio más de sí. Se lidió mal y se picó peor. Y además el debutante Dámaso González no hizo honor a su dinastía torera. Este otro joven de Albacete, pese a las ya descritas características de los novillos, mostró unas formas que no convencieron a nadie, su excesiva movilidad delante de la cara de sus oponentes lo delataron. Ni con el primero, manso sosote; ni con el cuarto, manso noblón, llegó con lo que hizo. Y para colmo mata muy mal. Calita se llevó lo peor de la mansada. El mexicano de madre sevillana no pudo hacer otra cosa que mostrar unas enormes ganas en la búsqueda del hipotético triunfo. Al tercero le fue imposible sacarle un muletazo. Y al sexto, además de manso complicado por el peligro de sus discontinuas embestidas, no le quedó hacer otra cosa que echarle coraje y raza de torero hasta conseguir algún que otro muletazo diestro de maneras notables. Su esfuerzo fue premiado con algunas palmas al finalizar el largo y aburrido festejo.
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VER GALERIA COMPLETA | VOLVER A TEMPORADA De cualquier forma, NO Francisco Mateos.- Informado está en este portal que el veto impuesto por la empresa de la Real Maestranza a Sevilla Taurina no se ha ceñido sólo a la Feria de Abril, sino que se extenderá a toda la temporada, incluyendo hasta las novilladas sin picadores; menos mal que ya no hay en este coso 'El bombero torero', sino también me vetaba… Y digo me vetaba (o vetaban: ya saben, los empresarios-cuñados Canorea-Valencia) porque soy consciente que es algo más personal que al soporte de la información. En ese sentido, los lectores deben conocer algunas de mis reflexiones de por qué no voy a los toros 'pagando'. Mirando haca atrás estos tres años de Sevilla Taurina no veo nada de lo que me tenga que arrepentir ni expiar mi alma en relación la empresa Pagés. He informado con libertad, la libertad que te ofrece trabajar en tu propio soporte informativo, sin más jefes que el respeto mutuo que nos profesamos los componentes de este portal para que, cada uno, ejerza su labor de la forma más libre y profesional posible. Por otra parte, no veo motivo alguno por el que no se me trata del mismo modo que al resto de compañeros; cada uno ejerce de forma profesional y atendiendo a su ética su labor informativa. En Sevilla nos conocemos todos desde hace mucho tiempo; de ahí que no creo que la empresa Pagés ponga en duda mi profesionalidad, y por eso no acepto esa marginación a la misma. Evidentemente comprar la entrada de una novillada dominical está al alcance casi de cualquiera, pero mi independencia vale mucho más que los 15 euros de una entrada para el festejo de esta tarde. Mi independencia no está, además, en venta. Otra razón para no asistir es que siempre he entendido que uno trabaja para ganar dinero; no se trata de 'pagar por trabajar'. De este modo, yo voy a los toros como profesional de la información para realizar un trabajo remunerado, y por tanto no al contrario: pagar por trabajar. Cuando quiera ver toros por puro ocio, como otro cualquier aficionado, pasaré por taquilla en la plaza que sea. En definitiva: no se trata de volver a la Maestranza de cualquier forma. La empresa explotadora del negocio de la plaza no quiere que vea lo que allí acontece y pone todas las trabas que están a su alcance. Por algo será. De todos modos la información de Sevilla no faltará en este portal. Y regresar, regresaré a la Maestranza. Como decía el cada vez más recordado Diodoro Canorea, "la plaza está ahí y no se la va a llevar nadie"; pues eso, la plaza va a seguir estando ahí. Y Canorea y Valencia me llevan unos años de ventaja en el DNI… |
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