Madre, yo quisera ser…

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«…Yo quisiera ser empresario taurino de la ‘plazalos-toros-de-Sevilla’, innovador, con ganas, ilusión, dialogante, tolerante, imaginativo, abierto a nuevos encastes; por supuesto le iba a devolver la credencial a los compañeros de sevillataurina.com para que pudieran ejercer libremente el sagrado derecho a la información y el sano concurso de la crítica. Pero todo esto tendrá que esperar; bajemos a la cruda realidad de lo que pasa en el Baratillo….»


Álvaro Pastor.-

     En estos tiempos modernos de sevillanas truculentas, lacrimógenas, zafias -como la sociedad misma-, o sencillamente inclasificables, sigue vivo el recuerdo de Paco Palacios 'El Pali', trovador de Sevilla y sus cosas al que Antonio Burgos sacó de pila, en el Arenal de Sevilla, por supuesto.

     Lástima que Dios no me haya llamado por la métrica y las rimas –"no he sido tan necio que diera en poeta malo, ni tan venturoso que haya merecido serlo bueno", decía el cervantino y chalado licenciado Vidriera-, si no iba a componer unas sevillanas con varios deseos taurinos para mis posteriores reencarnaciones. Con todo, madre (que el ramalazo taurino me viene por la parte de los Torres Cansino), yo quisiera ser antes que un tal poeta, un buen banderillero, como el mayor de los Machado, don Manuel, pero a poder ser con un puesto como el del tercero de la cuadrilla de Ferrera, para trabajar menos que los capitalistas que sacan a los toreros por la Puerta del Príncipe.

     O picador, para lo que tengo más tipo, y coger a los toros arriba, dosificando el castigo para ver bien la segunda vara, donde un toro se entrega o canta la gallina.

     Yo quisiera ser empresario taurino de la plazalos-toros-de-Sevilla, innovador, con ganas, ilusión, dialogante, tolerante, imaginativo, abierto a nuevos encastes; por supuesto le iba a devolver la credencial a los compañeros de sevillataurina.com para que pudieran ejercer libremente el sagrado derecho a la información y el sano concurso de la crítica. Pero todo esto tendrá que esperar; bajemos a la cruda realidad de lo que pasa en el Baratillo.

     Viernes de 'feriasevilla' y bastante cemento libre: la crisis y un cartel sin más atractivo que el debut de los toros de Fuente Ymbro. La festividad de San José Obrero -antaño rebautizado por la jerarquía nacional-católica como Artesano, para evitar concomitancias políticas- hizo que se reunieran tres trabajadores del toreo, cada uno a su estilo.

     El resumen del festejo, al telegráfico y antiguo modo, puede ser el siguiente: en el 1º hubo toro pero no torero (Ferrera no acertó ni en las distancias ni en los terrenos); 2º, 4º y 5º, ni toro ni torero, lo que no justifica los bajonazos. Tejela, que venía necesitado de triunfo para justificar su anual cita maestrante, aprovechó las buenas embestidas por el pitón derecho del tercero, que se rajó antes de la cuenta; tampoco lo mató correctamente. A la muerte del quinto el páter sentenció: esto es más triste que la cuaresma. El serio sobrero, que tenía mucho que torear, alegró un poco la cosa, y el madrileño tocó pelo. ¡Aleluya! que para eso estamos aún en tiempo Pascual.

*Álvaro Pastor es escritor y abonado en la Maestranza. / Publicado en El Mundo-Andalucía.

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