La seducción del toreo de Curro Díaz y la madurez del de Abellán
Real Maestranza – 2ª Feria de Abril, Sábado 18 de Abril de 2009
Curro Díaz ha cortado la primera oreja de la Feria de Abril después de realizar una faena al cuarto toro de de belleza impecable, estéticamente perfecta y de trazos irreprochables. Miguel Abellán ha dado una vuelta al ruedo tras la faena al segundo, el mejor de la desigual y mansa corrida de José Luis Pereda. El sevillano César Girón se ha lucido con el tercero, un toro de extraordinario pitón derecho, tras mostrarse decidido en fases de buen toreo.
Manuel Viera.- Si hay algo realmente inquietante en el toreo de estos llamados artistas es la improvisación. La diversidad de pases, arte puro en cada uno de ellos, son de una belleza impecable, estéticamente perfectos, visualmente impactantes y de trazos irreprochables. Curro Díaz lo demostró con el cuarto, un toro de noble embestida, distraído a mitad de faena y con su punta de mansedumbre, y lo hizo con un inicio lentísimo, a puro compás. Su dominio de la expresión fue verdaderamente notable, seduciendo y convenciendo de inmediato, por inspiración y sentimiento, a toda la plaza. Este jienense interpretó el toreo con un entusiasmo poco común, de ahí que el inspirado comienzo tuviese la estética del verdadero toreo. Después apostó por un toreo diestro hecho a cámara lenta, sustancioso en calidad, y que llegó de manera justa a los tendidos. Curro Díaz toreó muy despacio, llevando imantada a la tela la embestida del toro con la figura desmayada. Hubo pequeños altibajos en las diversas tandas que no desmerecieron el conjunto del trasteo a derecha. Fue con la izquierda cuando el toro no le obedeció propinándole una tremenda voltereta con fea caída de la que quedó desvanecido. A pesar de ello, unos bellos adornos pusieron en evidencia el talento del torero de Linares. Una estocada precedida de metisaca no fue óbice para pasear -grogui- la oreja que la mayoría le pidió. Con el primero, un manso de solemnidad intoreable, abrevió cazándolo de feo bajonazo. Miguel Abellán es un torero capaz de que la exquisitez de sus formas se conviertan en emotivas faenas, de hacer vibrar a los tendidos con cada pase, y de hacerles partícipes del extraordinario momento de su toreo. El madrileño demostró con el noble segundo, el mejor toro de la tarde, un alto grado de madurez en sus formas. Anduvo torero, con un perfecto conocimiento de los terrenos, seguro, solvente e incluso preocupado por el detalle, con calidad y conocimiento. Bien es cierto, que puestos a exigir quizá le faltase un mayor grado de acoplamiento con la muleta en la zurda. No obstante, Abellán supo improvisar transformando en espectacular redondo un cambio de mano sensacional. El diestro de Usera toreó ceñido y a compás en los lances de recibo y quitó por chicuelinas ajustadas y una media de lujo. Faena, pues, variada y homogénea, en cierta forma de derecha. La espada le jugó una mala pasada y el triunfo se difuminó en una aplaudida vuelta al ruedo. Muy dispuesto, con una enorme firmeza en todo su quehacer, anduvo con el manso quinto. Al que le pudo robar por ganas y ambición sueltos muletazos aprovechándole la huída a tablas. Con una estocada finiquitó una actuación seria y decidida. La faena de César Girón al tercero, un toro con un notable pitón derecho, fue sincera y apasionada, con neto predominio del muletazo diestro. El acoplamiento fue interesante, gracias también al planteamiento técnico del trasteo. Supo bajar la mano con trazo flexible y serio, tirar de la embestida con el compás abierto, pecando en demasía, eso sí, de finalizar los pases punteados. Hubo momentos emotivos en el toreo a derecha, especialmente en una serie de muletazos largos y ligados, y calidad en el trazo de los aislados naturales. César hizo un considerable esfuerzo con el buen toro de José Luis Pereda, que el público, bajo la lluvia, no percibió en su justa medida. Pinchó antes de dejar un contundente espadazo. Con el descastado y tardo sexto porfió a la desesperada sin conseguir su más soñado objetivo: triunfar en Sevilla. mOTRAS INFORMACIONES DEL FESTEJO: aAL NATURAL.- De playas, dorada a la sal y toros.
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VER GALERIA COMPLETA | VOLVER A TEMPORADA De playas, dorada a la sal y toros Francisco Mateos.- En tarde como las de hoy casi que tendría que ser mi obligación agradecerles a los empresarios de la Maestranza, Eduardo Canorea y Ramón Valencia, que me hayan convertido en su enemigo público número uno, y ese castigo ejemplarizante del veto a la libre información. Pues ese destierro impuesto hoy por la empresa Pagés en la que cree que es 'su' plaza casi que no vino mal. En día de perros, con agua, viento y frío, por la mañana nos fuirmos mi mujer, mi hija y el enemigo público número uno de Canorea-Valencia (quien escribe) hacia las playas de El Portil. Parada para el almuerzo en 'El Paraíso', que mejor nombre no se le podía poner a esa auténtica bacanal del pescado fresco de Huelva. Junto a las aguas amansadas de La Bota, en la rotonda que divide la carretera hacia El Portil o hacia Punta Umbría, la dorada a la sal toma nombre propio. Una vez que te la limpian y te la sirven, después de las gambitas blancas a modo de aperitivo, entra que es un placer de dioses. Y allí, entre recuerdos marineros, se va el tiempo, con el excelente servicio y la degustación marinera, esperando la hora del comienzo de la corrida de toros. Y tras el postrecito -delicioso también-, ya en casa a orillas del mar, tumbado cómodamente en el sofá y frente a la pantalla grande de 50", con la mantita de viaje sobre las piernas, a degustar el otro menú de lujo: la retransmisión de Digital Plus. Aunque es difícil, cada día se superan más. Hasta ahora, nunca había tenido la oportunidad de ver una retransmisión del Plus por la tele, ya que en estos anteriores 16 años estaba acreditado por la empresa Pagés (desde que el recordado Diodoro me dio su confianza como profesional de la información taurina que ahora su hijo me quita). Es una ueva perspectiva de la Maestranza. Se obervan detalles que apenas podría verlo de otra forma. Impresionante las repeticiones a cámara lenta del 'castañazo' de Curro Díaz. Es increíble que no tenga el cuello roto: cayó a plomo y su cuerpo le dobló contra el albero todo el cuello. Después, el estoconazo fue a ley y la imagen cercana del Plus te asegura que entró por donde tenía que entrar. O ese derechazo al cuarto: largo, muy largo, larguísimo; y templado, muy templado, tampladísimo. Con la de toreros que hay en el escalafón que no dicen ni fú ni fá y están en casi todas las ferias, es triste comprobar que existan toreros de la calidad y el gusto de Curro Díaz que estén tan desplazados de su legítimo hueco que debía ocupar en la Fiesta. Y termino como empezaba: el veto que me ha impuesto la empresa este año (por 'niño malo', supongo), al menos hoy, casi que ha venido bien; me he ahorrado un seguro resfriado. |
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Comentarios disponibles: | |
Fecha: 2009-04-19 03:08:20 | Autor: fernando |
que pena que césar girón no ha tenido suerte………!!!!!!!!! | |
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