«…El premio al mejor quite artístico es para el gran ausente en los carteles de este año, el poderoso Miguel Ángel Perera; el providencial le toca a Carlos Casanova, que se jugó la vida agarrándose a los pitones de Gallareto, un vitorino que quería segar para siempre la de Pepín Liria en la tarde de su despedida sevillana. Premios preñados de generosidad que han superado el siempre dificultoso cabo del cuarto de siglo…»
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