Marco Antonio Gómez: «Estaba amargado; necesitaba torear»

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El novillero sevillano está muy satisfecho con su actuación el pasado fin de semana en la plaza de toros de Montoro, en una reaparición tras casi tres años de retirada para ordenar sus ideas. Marco Antonio Gómez se ha visto fuerte y preparado para afrontar el reto de un pronta alternativa. Antes quiere lidiar unas cuatro o cinco novilladas que le sirvan de rodaje antes de dar el paso hacia el doctorado.


Sentida verónica del sevillano en la Maestranza.
FOTO: Matito.

Redacción.-

     El novillero sevillano Marco Antonio Gómez no podía ocultar su satisfacción en el programa 'El Albero' de la cadena Cope, tras haber toreado el sábado. "Estoy muy contento y feliz de estar de nuevo en este mundo", eran las primeras palabras que nos decía Gómez.

     Y es que para este joven de 25 años no ha sido nada fácil estar dos años y siete meses alejado de los ruedos, tal y como nos explica. "Han sido dos años que personal y profesionalmente me han venido muy bien. Me han pasado muchas cosas por la cabeza, preguntarme por qué; quizá me ha venido todo muy rápido, y no lo había asimilado bien. Gracias a Dios tengo la cabeza en mi sitio, con mucha ilusión y dispuesto a afrontar lo que venga".

     Para Marco la temporada de 2006 fue clave, y sobre todo la tarde de Madrid en una Feria de San Isidro. "No fue una decisión de un día para otro, meditada por unos meses, incluso durante la temporada. Recuerdo en el 2006 en un San Isidro en el que las cosas no salieron como quise, y me cerraron o sentí que me habían cerrado más puertas que las que me deberían haber cerrado. Perdí la ilusión, tuve problemas personales, se diluyó un poco la carrera que tenía. A lo mejor me ha venido bien el parón; dicen que el banquillo es lo que curte a los toreros, y encantado no estoy de no haber toreado estos dos años, pero sí que ahora mismo me siento distinto como estaba antes en la plaza y en la vida".

     Para el novillero sevillano, lo más difícil durante este tiempo ha sido una etapa en la que estuvo totalmente apartado del mundo del toro. "Durante un año estuve alejado de los toros, estuve con psicólogos, con problemas que para mí eran bastante serios y me recomendó alejarme de este mundo. Lo hice así durante meses, pero mis manos pedían muleta y seguir entrenando. Hace cuatro meses decidí volver a torear, que es lo que me gusta".

     "En un primer momento no me fui con la idea nunca de no volver, si no de poner las ideas en orden. Ahora me encuentro muy seguro, confío mucho en mí, que antes no lo hacía, veo como está el toreo y le he dado muchas vueltas porque para ser alguien en este hay que arrimarse, y si no eres alguien en esto quizá no merezca la pena porque hay muchos sin sabores", continúa relatando Marco Antonio. Uno de los motivos por los que ha decidido volver es porque "yo una vida sin torear no la concebía y estos años que he estado sin torear he estado amargado, no era vivir, porque no me gustaba la vida que llevaba. Me gustaba torear, estar en el campo, entrenar; es el mundo que yo quiero y mientras no lo he tenido no he estado feliz".

     Este sábado volvía a recuperar la ilusión, volvía a sentirse feliz tras torear en Montoro en un festival en el que cortó una oreja, un día muy importante para el sevillano. "Me sentí mejor de lo esperado. Durante este año sólo había toreado tres vacas y un novillo. La mentalización y el querer y estos dos años han hecho mucho hincapié en mí. He cogido la experiencia sin torear, he estado muy firme y seguro, los que me conocen se han quedado sorprendidos, al igual que yo".

     Y es que Marco ya piensa en el día en el que tomará la alternativa "si vuelvo es para estar arriba, no para tirar la moneda al aire ni para ver qué pasa. He tomado la decisión que bastante trabajo me ha costado y a pisar los terrenos que tenga que pisar. Me ayudan un amigo y Paco Barba, y quiero tomar la alternativa este año y antes lidiar dos o tres novilladas".

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