«…Hacía tiempo que no dábamos con un peregrinaje como el del sábado, con tanta Sevilla en busca de un torero. Y luego pasó lo que pasó, que sólo un toro de los siete que saltaron al ruedo de Espartinas dio motivo para encontrarse con Morante. No motivo para tirar cohetes, pero sí algo para que los peregrinos encontrasen justificación para la aventura. Lo decíamos hace unos días, que se ha creado un movimiento de esperanza con un torero…»
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