«…Comodidad y estética no tienen por qué ser líneas divergentes, sino que bien pueden caminar de la mano. He ahí el ejemplo que los maestrantes están dando con su plaza de toros, que es la más bella del mundo, pero también de las más incómodas. Se está adecuando la plaza a los tiempos que corren, pero sin rozar para nada su estética, que es única y ciertamente intocable…»
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