¿Para cuándo José Tomás?

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«…Sevilla no ve a José Tomás desde hace un puñado de ferias y eso no es de recibo. No hay inconvenientes bastantes para cruzarse entre Sevilla y un torero que la conquistó con la muleta en la izquierda y dando el pecho en la mismísima boca de riego. Posiblemente, ese bombazo que es el mano a mano entre Morante y El Cid sea el golpe con que la empresa sevillana quiera ponerle sordina al barullo que es una nueva ausencia de José Tomás. Bendito golpe, pero José Tomás tiene que estar este abril liado en la puerta de cuadrillas de Sevilla…»


FOTO: Matito.

Luis Carlos Peris.-

     Indudablemente, uno de los iconos del momento es José Tomás, ese torero que hace profesión del hieratismo y que un año más está a punto de quedarse fuera de la Feria de Sevilla. De confirmarse su ausencia estaríamos ante la figura del toreo que más a ha faltado a la cita con Sevilla. Todos los grandes, o prácticamente todos, faltaron alguna vez a la gran cita con el primer templo de Tauro. El año que no venía Ordóñez sí estaban los demás y al año siguiente estaba el rondeño y no alguno de los que sí habían estado el anterior, léase Puerta o Camino, principalmente estos dos. Pero eran ausencias coyunturales y sin el enquistamiento que se está produciendo entre José Tomás y Sevilla. Un enquistamiento que la afición contempla a disgusto, sobre todo porque no termina de explicarse el porqué de esa ausencia tan continuada.

     No debería ser que la negativa del de Galapagar a que sus faenas se vean por la pequeña pantalla repercutiese en su contratación. No puede ser que la televisión, que es el brazo alargado para que los que no caben en la plaza estén al tanto de la Fiesta, sea el objeto de la discordia para pasar de ser la gran aliada del aficionado a enemiga, a obstáculo insuperable que se interponga entre el deseo de ver a José Tomás en la Maestranza y la dura realidad de unos carteles completísimos, pero sin la redondez debida por culpa de tan dolorosa ausencia. La televisión está para hacer de hilo conductor, no de material aislante que distancie las posturas, que aleje del aficionado el gran señuelo de este tiempo, el personalísimo torero. Entre su tiempo sabático y estos años de tanta división de opiniones, Sevilla no ve a José Tomás desde hace un puñado de ferias y eso no es de recibo. No hay inconvenientes bastantes para cruzarse entre Sevilla y un torero que la conquistó con la muleta en la izquierda y dando el pecho en la mismísima boca de riego.

     Posiblemente, ese bombazo que es el mano a mano entre Morante y El Cid sea el golpe con que la empresa sevillana quiera ponerle sordina al barullo que es una nueva ausencia de José Tomás. Bendito golpe, muy necesario para que la rutina se aleje de las ferias, pero José Tomás tiene que estar este abril liado en la puerta de cuadrillas de Sevilla. Tiempo hay para solucionar las cosas y es una responsabilidad no sólo de los empresarios, claro que no. El mismo plus de responsabilidad tienen los que manejan la carrera del madrileño. ¿Alguien puede pensar que José Tomás quiere eludir el difícil trago que es Sevilla en abril? Pero, en serio, después haber visto cómo se la jugó con el toro de Madrid, ¿puede pensarse que José Tomás teme a Sevilla? Venga ya, pónganse de acuerdo y no atropellen más la razón para que podamos ver otra vez a José Tomás saliendo al Paseo de Colón.

*Luis Carlos Peris es periodista sevillano de Diario de Sevilla. / Publicado en Diario de Sevilla.

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