«…Pero, ¿faltó la infraestructura necesaria para arreglar lo que la lluvia estropeó? Algo, y muy urgente, tendrán que hacer la propiedad de la Maestranza y la gerencia del coso para paliar de alguna forma los estragos de la adversa climatología. Porque tratar de reponer un albero empapado de agua 60 minutos antes del comienzo del festejo, echándole unos volquetes de tierra seca encima de la mojada, no es ni la mejor ni la única solución…»
Manuel Viera.- Fue la del domingo la sexta suspensión en la presente temporada taurina en la Maestranza. A las tres consecutivas acaecidas durante la Feria de Abril se les unió una novillada de abono y estas otras dos, correspondiente al tradicional ciclo de San Miguel. El mal estado del ruedo, embarrado por la lluvia caída durante todo el día en Sevilla, las motivó. Los espadas, tras inspeccionar el estado del piso de la plaza, decidieron no torear. Y de esta forma, con la no celebración de las dos interesantes corridas de toros, con Morante, Juli, Cid, Rivera Ordóñez, Perera y Talavante en los carteles, se mandaba a casa a un público paciente, infinitamente bueno, optimista y deseoso de presenciar dos festejos revalorizados por la regularidad y los triunfos obtenidos por los diestros actuantes en el transcurso de la presente temporada taurina. Además, tres de ellos, se quedaron también sin torear por culpa de climatología en la pasada Feria de Abril. Pero, ¿tuvo sólo la culpa de no celebrarse el espectáculo las inclemencias del tiempo? ¿O quizá también faltó la infraestructura necesaria para arreglar lo que la lluvia estropeó? Algo, y muy urgente, tendrán que hacer la propiedad de la Maestranza y la gerencia del coso para paliar de alguna forma los estragos de la adversa climatología. Porque tratar de reponer un albero empapado de agua 60 minutos antes del comienzo del festejo, echándole unos volquetes de tierra seca encima de la mojada, no es ni la mejor ni la única solución. Así las cosas, Sevilla se ha quedado sin su Ciclo de San Miguel y marcada en su temporada taurina por las suspensiones, dejando de nuevo a la deriva un ciclo en alza por la categoría de los carteles. Un ciclo hundido hasta los fondos marinos por ese color amarillo-submarino de Barceló, presente todo el año por los aledaños de la Maestranza y apuntando escuálido hacia lo mas profundo para terminar yéndose a pique. Y no estoy de coña. Ni la guasa es sólo mía. Así que adiós a un ciclo que no lo fue, y que por aplastante lógica se llega a la conclusión de que el máximo triunfador ha sido Pepe Moral en el prólogo. Raquítico triunfo para lo que se esperaba de unos carteles con figuras revalorizadas y deseosas, así lo quiero creer, de ponerle la guinda al pastel de la temporada en Sevilla y en la Maestranza. Otra cosa habría sido que entre las figuras de hoy hubiese estado el que lo fue ayer. Alguien cosido a cornadas al que llaman Diego y le apodaban 'Valor' apellidándose Puerta. Diego Puerta, el maestro que hoy cumple y celebra cincuenta años de matador de toros. Cincuenta años desde que se hizo torero un 28 de septiembre de 1958 en Sevilla, para después hacer historia sobrándole la valentía cada tarde por encima de la montera. Por eso, si hoy en la misma plaza se repitiera la escena, con agua, con barro, o con cascadas de lluvia, allí estaría presto a torear. En la mismísima puerta de cuadrillas. *Editorial del programa 'Toros, y punto', de Punto Radio Sevilla, cuyo autor es nuestro compañero Manuel Viera (29/09/2008). OTROS ARTÍCULOS DE OPINIÓN:
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