El matador de toros José María Manzanares no podía ocultar su gran alegría por cortar las dos orejas del último toro de Juan pedro Domecq, tras una faena llena de empaque y torería, a pesar del enorme aguacero que caía en la plaza. Tras la oreja cortada en la corrida de El Ventorrillo el sábado y las dos de hoy, suma tres trofeos, y aún le resta un paseíllo; el alicantino quiere lograr la Puerta del Príncipe.
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Redacción.- ¿Cómo se le queda el cuerpo después de este triunfo rotundo en plena Feria de Sevilla? Me han pasado muchas cosas en esta profesión y le doy gracias a Dios. Él es justo y luego te recompensa por tus esfuerzos. Este triunfo se lo dedico a la única persona a la que debo hacerlo, a mi tío Manolo, que es lo que él hubiese soñado vivir conmigo hoy en la Maestranza Una tarde que, en principio, era de perros… El aire, la lluvia… una tarde muy molesta. Hubiera preferido que lloviera y no hubiera hecho viento; ha estado molestando toda la tarde. Mis compañeros han estado bastante bien. Con tantos elementos en contra no se podía hacer más de lo que se ha hecho. A pesar de todo lo que estaba cayendo no se ha ido nadie y la gente ha estado muy cariñosa conmigo en ese último toro. ¿Cómo ha visto a ese toro? Gracias a Dios me ha salido ese toro y me he encontrado muy a gusto, toreándolo con mucha sensibilidad. El toro era bueno pero había que hacerlo, meterlo en la canasta. A base de paciencia ha ido rompiendo en la muleta. Quiero dar las gracias a todos porque yo en esta plaza disfruto muchísimo; ya lo hice el año pasado y vuelvo a repetir este año. Realmente me siento un privilegiado por poder entrar aquí, en esta afición. A ver si puedo cumplir el sueño de salir por la Puerta del Príncipe en alguna de las tardes que aún me quedan". NOTICIAS RELACIONADAS:
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