La lección de un fenomenal Perera
Real Maestranza – 9ª de la Feria de Abril, Sábado 5 de Abril de 2008
Entretenida e intensa tarde de toros en la que Miguel Ángel Perera le ha cortado las dos orejas al sexto tras una extraordinaria faena de muleta. De nota sobresaliente se puede considerar el toreo diestro, profundo y auténtico que Manzanares le ha ejecutado al segundo y que le ha valido una oreja. Y un trofeo también ha paseado El Juli, concedido por una excelente estocada.
Manuel Viera.- La extraordinaria faena de Miguel Ángel Perera al sexto de la tarde destacó por precisión y delicadeza, y sobre todo por auténtica, estando además favorecida por la calidad de la noble embestida del toro de El Ventorrillo. De ahí, que a partir de un sólido comienzo dejándose llegar la fiera de largo para quedarse impávido en los medios y ligar tras el pase cambiado por la espalda los muletazos diestros, y seguir después con un toreo de enorme lentitud ejecutado con sobrada sapiencia, se descubriera, entonces, cualidades y calidades completas, y el calado de un fenomenal torero que nos deleitó con una tauromaquia llena de contenido y emocionante. Y hasta el momento unas de las mejores faenas de lo que llevamos de Feria. Asombrosamente bella y emotiva resultó la obra. Contó con un prólogo destacable en la seguridad y enorme valor de Perera. Luego, habría que rastrear en la memoria para encontrar una sola banalidad en tan emocionante faena. Los sentidos, largos, lentos y bien hilvanados muletazos de mano baja, tanto a derecha como a izquierda, de una espontaneidad e intensidad emocional acojonante, tradujeron en toda su infinita verdad unas formas que por la sutileza del pase y la capacidad para la ligazón, dominaron de tal forma la situación que hicieron irresistible la emoción en los tendidos. Toda una lección de toreo. Abordó la suerte de matar con igual propósito, resultando un espadazo que tumbó al toro sin puntilla. Dos orejas que no se hicieron esperar. Con el noble y manso tercero, al que saludó con verónicas a pie juntos, realizó después un toreo muy técnico hasta conseguir extraordinarios pases circulares y notables muletazos zurdos. Todo muy ligado y bien rematado. Necesitó de un golpe de descabello tras la estocada caída y fue ovacionado. José María Manzanares demostró haber heredado, a través del profundo muletazo diestro y hondo natural, la herencia genética de su progenitor. De todas formas, este Manzanares es un excelente intérprete del toreo diestro. También del trazo del natural cabe destacar la impecable profundidad del pase, que cautiva no sólo por su calidad auténtica, sino por el talento en la forma de hilvanar cada muletazo hasta alcanzar la belleza del pase de pecho. El toreo de Manzanares es lento y melódico, impregnado de bellos y peculiares detalles que lo cargan de emociones muy bien contadas. La faena al segundo, bravo aunque rajado al final, en la que se percibieron claramente las referencias de ese otro Manzanares en el clasicismo del pase hondo y ceñido, tuvo envergadura y originalidad. Fascinante en sí mismo el toreo diestro de Manzanares. Arrebatador tras ajustarse el pase con auténtica verdad. El mejor homenaje al toreo al natural se lo dio en una tanda de muletazos largos, ceñidos, de mano baja y rematados con trincherillas, unos, y extraordinarios de pecho otros. Pases y más pases engarzados que superaban lo anterior. Muletazos perfectos, de mano baja, alargados hasta el infinito y hasta que el toro se rajó. Una estocada y oreja que supo a poco. Al manso quinto le fue imposible robarle un pase. Lo hecho por El Juli al primero de la tarde, noble aunque complicado por parado, fue de una calidad técnica magnífica, y que revela el original talento del madrileño. Muletazos sueltos, pero sobrios, todo muy clásico, pero también muy puros. El madrileño parece haber ganado en técnica, inspiración y pureza. Transcurría el trasteo sin demasiada emotividad hasta que Julián se quedó quieto, le echó sabiduría y valor, y alcanzó hilvanar un toreo de izquierda de enorme calidad. Y como además su espada no ha perdido nada de punta, simplemente la ha vuelto a afilar, dejó un espadazó que fulminó al toro. Una oreja por una fenomenal estocada. Con el flojo y manso cuarto fue muy breve y acabó rápido de estocada contraria. NOTICIAS RELACIONADAS:
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VER GALERIA COMPLETA | VOLVER A TEMPORADA Cuestión de actitud Francisco Mateos.- Los cinco. entre algunos más, estaban -están- llamados a luchar por los puestos más altos de la temporada: Castella y Talavante, en el día de ayer con los de Torrealta, y Juli, Manzanares y Perera hoy con los del Ventorrillo. Analizar sus actuacioens en días consecutivos hace aún más notoria sus diferencias, al menos, en esta Feria de Sevilla. Los cuatro tienen sobrada y contrastada aptitud para ser toreros importantes, para llegar a lo más alto. Sin embargo, la diferencia de actitudes entre unos y otros es muy acusada. Lo de ayer de Talavante no se entiende: era la desgana y la tristeza personificada. Lleva dos corridas en el ciclo (mostró la misma imagen el día de Resurrección) en las que ha fracasado. incapaz de aprovechar a sus toros. Y lo de Castella ayer con posibles toros de Torrealta ha sorprendido, quizás, más aún. Se esperaba muchísimo más de este joven francés que no es el mismo de la temporada anterior. Ya ni impacta ni asusta. No sé si habrá influido el motín promovido por él que acabó con José Antonio Campuzano, pero su actitud es bien distinta. En cambio, lo de esta tarde es de alabar. Que El Juli, con una posición de privilegio ganada durantes estos últimos años muestre una ambición tan importante como en el primer toro, jugándose la voltereta y exponiendo sin reparos, sí que nos sorprendió a todos. Está en un momento perfecto, porque a su consabida técnica y poder, le ha sumado dosis de ambición. Manzanares lo tiene todo a favor para ser uno de los toreros de mayor clase del momento. Pero lo de Perera es lo que más ha impactado. Su faena al sexto ha reventado la Feria de Abril. Difícil será que se le escape el año. Su tércnica, su mejor grado de gusto y su descomunal valor le van a impulsar a lo más alto de forma definitiva. Por encima de orejas y de las condiciones de los toros, las actitudes de los toreros en ferias como las de Sevilla marcan las pautas de sus temporadas. Castella y Talavante deben mejorar, y mucho su actitud. |
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